Eloísa del Pino Matute
«Los problemas globales son tan desafiantes que es fundamental que todos estemos a una», indica la máxima responsable del Consejo Superior de Investigaciones Científicas
Puede que Cantabria sea uno de los lugares en el mundo de Eloísa del Pino (Soria, 1969). Lo deja caer mirando al Cantábrico, en La ... Magdalena. Como poco, Cantabria es sede de tres «importantes» institutos adscritos al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que preside desde 2022. Dos son mixtos: el Instituto de Física de Cantabria (el IFCA, gestionado junto con la Universidad de Cantabria) y el de Biomedicina y Biotecnología (el Ibbtec, con la UC y con el Gobierno cántabro); y el tercero es el Instituto Español de Oceanografía, 'cien por cien' CSIC. «Nos dedicamos a todas las áreas del conocimiento humano, de la investigación espacial a las profundidades del océano, pasando por la biomedicina», subraya la titular de la agencia estatal, en Santander para presidir la reunión semestral de dirección del CSIC.
–¿Las siglas CSIC son conocidas y reconocidas por la ciudadanía?
–Yo creo que sí y de manera creciente. El CSIC ha tenido un papel muy relevante en crisis importantísimas. Hemos sido los principales asesores científicos de la dana; tuvimos un papel clave durante la pandemia; hemos sido también determinantes en el asesoramiento del volcán de La Palma. Lo que no sé es si la gente es igual de consciente de que es la institución es el principal organismo científico de nuestro país. Somos 17.000 personas dedicadas en cuerpo y alma a la ciencia. En nuestro país está el tercer organismo científico más importante de Europa y el sexto del mundo en términos de productividad. En Europa pertenecemos al G6 de la ciencia.
–¿Con qué 'plantilla' cuenta el CSIC en Cantabria?
– En la comunidad autónoma trabajan casi 260 personas y lo más importante es que la plantilla ha crecido un 22% en los tres últimos años, y es previsible que siga creciendo. Hasta donde sabemos y según nuestra propia planificación, la plantilla crecerá más en los próximos años. Igual que el presupuesto.
–¿Y qué presupuesto se maneja?
–La inversión que estamos realizando ahora en 2024, por mencionar un año ya cerrado, fue de 9,5 millones de euros y esto significa que en diez años se ha multiplicado por tres la inversión que hace el CSIC, que es el principal organismo científico del Gobierno de España (adscrito al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades). Otra cosa es lo que además se capte por los investigadores e investigadoras en convocatorias internacionales, nacionales, el sector privado, etc.
–¿Esa competitividad es la que coloca en el mapa a los centros?
–Desde luego que sí. Primero es muy importante porque parte de la investigación la tienen que hacer con los recursos que captan y esto agudiza el ingenio: los científicos y científicas, todo el personal del centro –sin el técnico y de gestión no sería posible– compiten con terceros para captar recursos, lo que les hace ser muy emprendedores. Además, a los científicos y científicas se nos mide por indicadores como las publicaciones en revistas científicas importantes; o la captación de recursos: si captas muchos recursos, quiere decir que tu ciencia es interesante en términos científicos y también sociales, porque parte de la financiación tiene que ver con los recursos que ponen sobre la mesa los gobiernos para financiar temas sobre los que necesitan conocer más, como la biomedicina, lo verde, lo digital, y otras prioridades.
–Volviendo a los institutos cántabros tienen una proyección que parece trascender su tamaño. ¿Es así?
–El tamaño importa hasta cierto umbral y hay que tener una masa crítica, pero desde luego lo más importante de todo, y es lo que estamos intentando hacer en los centros del CSIC, es que se tengan las condiciones necesarias para hacer ciencia de excelencia. Y eso significa esa masa crítica –científicos y científicas buenos y brillantes– e infraestructuras científicas fundamentales. Aquí estamos haciendo esfuerzo, por ejemplo, en un laboratorio de criogenia en el IFCA. Estamos en las últimas etapas previas a poder inaugurarlo. Está financiado con recursos propios, los Fondos de Resiliencia a través de los Planes Complementarios, y específicos del CSIC a través de fondos asociados a las PTI (Plataformas Temáticas Interdisciplinares). El laboratorio permitirá caracterizar dispositivos a temperaturas cercanas al cero absoluto, como sensores cuánticos, útiles en aplicaciones de física de partículas, misiones espaciales, y en otras aplicaciones de transferencia del conocimiento del centro, en particular, en física médica.
El IFCA tiene un proyecto europeo, Arrakis, que es clave y está aquí en Cantabria, desarrollado por la ciencia española, la ciencia cántabra y que tiene como objetivo estudiar la materia oscura y ver el 80% de la composición del universo. El Oceanográfico es extraordinariamente importante aquí, y en su sede nacional, desde donde hace asesoramiento científico del más alto nivel y desarrolla tecnología oceanográfica; y muchas políticas que tienen que ver con la agricultura, la pesca... se basan en la evidencia que se produce en este instituto. Y el Instituto de Biomedicina y Biotecnología de Cantabria también tiene proyectos clave: por ejemplo, tiene una ayuda europea Marie Curie, y va a hacer un esfuerzo formando a más de 20 personas en temas de biomedicina y biotecnología; de biología sintética en concreto.
–El IFCA y el Ibbtec funcionan en alianza con la UC. ¿Cómo es la relación? ¿Es posible hacer ciencia sin aliarse con otras instituciones?
–La relación con la UC, con Ángel Pazos, rector hasta hace poco, ha sido más que excelente y nos hemos entendido siempre muy bien, pensando siempre en cómo podemos fortalecer los centros. Y con la nueva rectora, Conchi López, estoy segura que va a ser excelente también.
Tener una inversión del Gobierno de España a través del CSIC es clave, y las instituciones regionales, la sociedad civil y la propia universidad también lo entienden así. Nosotros establecemos estrategias en común vinculadas al desarrollo de infraestructuras. Si decidimos hacer una inversión en uno de los centros, lo compartimos con la universidad. La universidad es muy importante también para nosotros porque nos proporciona más contacto con los estudiantes. El CSIC no hace docencia, la Universidad, sí. Estas alianzas son fundamentales, lo problemas socioeconómicos y globales son tan desafiantes que es fundamental que todos estemos a una. Nosotros estamos extendiendo estrategias de colaboración con el sector privado, por ejemplo, para transferir el conocimiento. La idea es que la ciencia que está en el laboratorio tiene que salir del laboratorio y la alianza con el sector privado es aquí fundamental. Y desde luego, la alianza con las otras administraciones y con la universidad también es clave.
«La plantilla del CSIC en Cantabria ha crecido un 22% en los últimos años y es previsible que siga creciendo»
«Estamos en las últimas etapas previas a poder inaugurar un laboratorio de criogenia en el Instituto de Física»
Eloísa del Pino
Presidenta del CSIC
–El sector privado, por tanto, también está en el centro de la ciencia
–Estamos trabajando en esa dirección y no solo nosotros, sino también la propia UE, que está ahora rediseñando la financiación de la ciencia y está insistiendo mucho en esta idea que yo creo que se ha se ha generalizado en todas las administraciones después de la pandemia. La ciencia tiene que ayudar a afrontar los desafíos de los de los de los gobiernos y de la sociedad. ¿Cómo puede afrontar? Cómo puede ayudar a los desafíos que tienen que ver con las epidemias, con las pandemias, con el envejecimiento, que va a ser uno de los problemas centrales en Europa en los próximos años. Con la resistencia microbiana que será la primera causa de muerte en el mundo si no hacemos nada los científicos para remediarlo., con el tema del cambio climático, y tantos y tantos otros desafíos. Es muy importante que los científicos entendamos cuáles son las necesidades sociales y de las empresas desde el momento cero para que los desarrollos tecnológicos que hacemos se hagan en paralelo y luego no haya que adaptarlos, sino que directamente sean de aplicación a la sociedad.
–¿Podría aprovechar ya no el CSIC sino España ese posible «éxodo» de científicos que dejen atrás EE UU? ¿Cómo hacerlo?
–La ministra [Diana] Morán, en los últimos días, en las últimas semanas, ha hablado de ese tema y el Ministerio tiene varios programas, como el Atrae, que facilitan la incorporación de talento internacional; hasta 1,2 millones por investigador para favorecer ese retorno. Todavía no tenemos un saldo neto positivo entre aquellos que se van y aquellos que retornan, pero estamos avanzando a pasos largos y grandes, y estamos consiguiendo retornar y atraer talento, porque la ciencia española ha mejorado muchísimo en los últimos años.
No es solo un cliché, es que podemos verlo desde distintos puntos de vista. La financiación del Gobierno de España se ha se ha incrementado; todavía nos falta un tramo para llegar a la media de la Unión Europea, pero la idea es que se llegue en el 2027 a esa financiación. Nosotros y el Gobierno estamos haciendo un esfuerzo muy grande en algo que antes no considerábamos, pero que ahora es clave para hacer ciencia, que son las infraestructuras científicas: si tienes buenas infraestructuras, también atraes a través de ellas el talento; si tienes las mejores no tienes que irte a usar determinado microscopio o telescopio al exterior. Por ejemplo, nosotros tenemos una flota de siete barcos ya, y nuestro barco oceanográfico Odón de Buen es uno de los mejores del mundo.
Y luego también estamos haciendo un esfuerzo grande en buscar otros incentivos, en trabajar con los investigadores desde desde la universidad hasta el desarrollo completo de su carrera científica. Hemos pensado en formas más fáciles de estabilización y cumplimos nuestros compromisos de estabilización, cosa que no se hacía hace una década, pero ahora estamos siendo cuidadosos porque sabemos que nos va la vida en ello. España puede ofrecer muchas cosas, a lo mejor no los salarios más competitivos del mundo, pero sí hay equipos muy buenos, infraestructuras muy sólidas, una carrera larga y estable, con lo cual tenemos ya esa capacidad de atraer.
La Magdalena, sede del encuentro semestral del CSIC
Santander es la sexta parada en la gira del CSIC por España. Es deseo de Del Pino y su equipo que los encuentros semestrales de dirección se descentralicen, salgan de Madrid, y sirvan para «visibilizar» la labor de la agencia en todo el país y afianzar las relaciones con las autoridades locales. Por dos días –ayer y hoy–, la capital será punto de reunión de 180 responsables del Consejo llegados de toda España, Roma y Bruselas. La inauguración contó con una conferencia sobre catálisis química de Avelino Corma.
Eugenia Gómez de Diego visitó ayer el Paraninfo de La Magdalena, donde transcurre la cita. «Cantabria es una apuesta estratégica del CSIC», destacó la delegada del Gobierno, que alertó «sobre el auge de discursos anticientíficos», tanto «desde la ultraderecha como desde movimientos alternativos», y defendió el papel de la ciencia «en la toma de decisiones públicas».
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