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El hombre, ya jubilado, se detiene un par de veces en el pasillo. Charla con unos vecinos y mete una botella en la cesta. Al poco rato pasa de nuevo y mete una más. De otra marca distinta. En la caja no tarda mucho. Lleva ... los dos litros y un par de cosas más. Pero paga 25 euros. Lo del aceite de oliva es una locura. ¿Sabe que le han quitado el IVA?, le pregunta el periodista en el aparcamiento. «¿Y qué? ¿Tres céntimos? ¿Qué esperábamos? En el volumen total sí se notará, pero para el consumidor... Yo lo he cogido porque lo necesitaba. Una de un grado y otra del virgen. Lo que menos dinero me parecía. Mira, con esto estamos empezando a comprender el uso del aceite... Ahora para freír muchos ya estamos usando el de orujo». La charla –real, de este martes por la mañana en el parking de un supermercado en Guarnizo– es un resumen de la sensación general con el condimento de color (y precio) de oro. Que sí que le han quitado el IVA desde el lunes (y hasta el 30 de septiembre), pero que sigue por las nubes, que la rebaja –de unos 40 céntimos, como media, por litro– pasa bastante desapercibida para el cliente familiar y que, cada vez más, se buscan alternativas.
El Diario Montañés recorrió ayer tres supermercados próximos. En la zona de Camargo y El Astillero. Tres grandes superficies de las más populares en la región y de las más visitadas. Echar un vistazo a los precios, ver las reacciones de los clientes, charlar con ellos... Toca coger la calculadora. El IVA pasa del 5 al 0% durante tres meses. Luego, en octubre y hasta diciembre, quedará en el 2%. Tocará otra vez hacer la ronda. De los tres comercios visitados (grandes superficies), en uno, en el que más variedad de marcas hay, no aparece información sobre la rebaja del precio. Se supone que está aplicada, pero no hay carteles de antes y después. En los otros dos establecimientos sí, pero en ningún momento se indica que esa bajada sea por el IVA. El precio anterior y el actual aparece acompañado de un 'Más barato' o fórmulas similares.
43 Céntimos
menos en un litro de oliva virgen de marca blanca. Ahora, 8,52. Antes, 8,95 euros.
1,14 euros
menos en la garrafa de tres litros del mismo producto. De 23,90 euros a 22,76.
4,75 euros
(0,24 menos cuesta el litro de aceite de orujo de oliva de una marca básica
Al precio, a lo que importa. En la primera parada el litro de virgen extra oscila (tienen hasta seis marcas) entre 8,90 y 10,09 euros. A partir de ahí, oliva virgen entre 8,49 y 9,51, y oliva –a secas– a 7,59 euros el litro. Ejemplos. Lo de pasarse al de orujo de oliva para freír –lo que decía el señor que se llevaba dos botellas– se entiende echando un vistazo a un lado de la estantería. El litro sale prácticamente por la mitad. Por no hablar del de girasol (en su día por las nubes por la guerra de Ucrania). A 1,55 euros el de una popular marca.
En el segundo establecimiento se puede cuantificar la rebaja a través de los carteles. Son 46 céntimos por litro en una marca de virgen extra, y entre 40 y 44 en dos de aceite de oliva básico. Un matrimonio repasa los precios y se decanta por una garrafa de tres litros de un «aceite de oliva suave». Cuesta 22,75 euros, 1,14 menos que antes. Es curioso. Para encontrar a alguien que compre el producto hay que esperar un buen rato. Como si los clientes esquivaran este pasillo. Pasan de largo –la caída de ventas se cuantificaron en marzo en torno al 20%–. Como si el aceite fuera el patito feo de la compra. Sólo cuando ya no hay más remedio... Ellos, explican, siguen consumiendo lo mismo. No se han cambiado al orujo, las semillas o el girasol. Pero con la vista en los carteles. «Lo hemos cogido, la verdad, porque era el que salía más barato. Te pone que cuesta menos que antes, pero no sabes si es por lo del IVA o no. De hecho, nosotros sabíamos que iba a bajar porque lo reducían, pero no nos hemos dado ni cuenta cuando lo hemos cogido. Está carísimo. Ha subido como cuatro veces y sigue. No para».
Queda la tercera parada. Es el súper más concurrido –también porque la mañana avanza y es hora más propicia para la compra–. Prácticamente todo es marca blanca, una muy conocida. «Pues algo ha bajado», dice una mujer a su marido señalando los carteles. Como curiosidad, una pareja que estaba en el anterior establecimiento repite en este. Allí miraron los precios y aquí se llevan dos garrafas de aceite de girasol (es la estantería en la que faltan más botellas en ese momento). La de 5 litros, a 6,75. Más barato que una botella pequeña del de oliva.
Es fácil detectar la diferencia de precios con la eliminación provisional del impuesto. De 8,95 a 8,52. De 8 euros exactos a 7,62. De 9,65 a 9,19. Por concretar, los ahorros oscilan entre 38 y 46 céntimos en las botellas de litro. Y en las garrafas de tres, entre 1,14 y 1,37 euros. La media de unos 40 céntimos por litro encaja (los estudios a nivel nacional indican que los ahorros van de 35 céntimos a 75 en función de las marcas y las calidades).
Otro matrimonio comenta los precios. Dan por hecho, aunque no lo tienen claro por la información que se da, que la bajada de precio es por lo del IVA. Poca cosa, charlan, en todo caso. Y sacan conclusiones: «No se están dando cuenta de que todos nos estamos pasando a otra cosa. Porque estos precios, aunque quiten el IVA, son un atraco. Se deben estar forrando».
Y eso que no tienen el dato delante. La cuenta exacta. La subida del precio en España del aceite de oliva es la más alta de Europa. En abril, según recogieron numerosos medios, iba ya por el 200% en tres años.
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