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Acción, reacción. El goteo de cancelaciones tras el anunció del Gobierno británico de imponer una cuarentena obligatoria a los viajeros que lleguen a Reino Unido procedentes de España, empieza a afectar a los ferris con Santander. El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, lo ... tiene claro: la decisión del Gobierno británico es «injusta y absurda». Así calificó la medida después de reunirse con el nuevo director del Puerto de Santander, Santiago Díaz, junto al consejero de Innovación e Industria, Francisco Martín, y el presidente de la Autoridad Portuaria, Jaime González. Un encuentro tras el que respaldó el plan de inversiones que tiene previsto ejecutar en la instalación a corto y medio plazo, por valor de 90 millones.
En el documento figuran actuaciones como el nuevo silo de automóviles, el Muelle 9 de Raos o el nuevo muelle en la zona de Maliaño, que posibilitará el atraque de buques de mayor tamaño –el primero de los cuales llega ya en noviembre– y adonde se trasladará la Estación Marítima.
Lo cierto es que, a pesar de las dificultades de la pandemia, hasta ahora la ocupación de las líneas de Britanny Ferries «iba bastante bien, con un tráfico de casi el 70%», señaló Revilla. Pero esta cifra se va a resentir de manera considerable si la postura del Gobierno británico no cambia. Y eso es justo lo que espera el presidente regional, que volvió a solicitar la inclusión de Cantabria en un «corredor seguro» que permita mantener las distintas conexiones aéreas y marítimas con las islas británicas. Su esperanza es que fructifiquen las negociaciones que, por el momento, mantiene el Gobierno de España con el Ejecutivo del primer ministro Boris Johnson.
El argumento es sencillo: «Cantabria está en una situación favorable, con unos índices incluso inferiores a los de Reino Unido, lo mismo que Baleares y Canarias», comentó Revilla. El presidente recalcó que, a pesar de los brotes, la evolución de la pandemia y el contexto sanitario de la comunidad autónoma «no tiene nada que ver con otras muy preocupantes que se están dando en otros sitios». Y no pueden entrar todas en el mismo saco.
Por eso considera que debería levantarse la imposición de cuarentena a los viajeros que regresen a Reino Unido procedentes de Cantabria. Las reservas de turistas extranjeros ya eran anecdóticas y esta última medida terminó de hundir las pocas llamadas que había recibido el sector. Y es que el turismo inglés representa entre un 15 y un 20% del total de visitantes extranjeros que llegan a la región, solo superados por los franceses.
Revilla también mencionó la ocupación turística durante el mes de julio que, «dadas las circunstancias» definió como «excepcional». Cantabria está llena de gente, y basta con darse un paseo por alguno de los municipios más turísticos, «y esperemos que agosto siga en la misma línea», recalcó. Por supuesto, no ayuda alejar de la región las pocas reservas de ingleses.
¿Y por qué es importante? Lo dicen los números, «eso se traduce en que tengamos 3.000 parados menos y que se haya incrementado la afiliación a la Seguridad Social en 8.000 personas». En resumen, «la actividad económica del sector está tirando de la economía», apuntó Revilla refiriéndose a los datos de paro registrado conocidos ayer por mañana.
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