Cuatro persecuciones de película en los últimos dos meses en Cantabria

El pasado día 26 de septiembre, un Opel Zafira de color azul, que circulaba por la A-8 a la altura de Torrelavega, a 200 kilómetros por hora, llevaba a rebufo a varios coches de la Guardia Civil. La fuga había empezado en Quijas, cuando una patrulla que buscaba al autor de un robo dio el alto a un conductor sospechoso. A las autoridades les extrañó que el vehículo tuviera matrícula de San Sebastián, con una 'S' borrada y los cristales tintados. Y ahí empezó la caza. La Guardia Civil, en una imagen que impactó a los conductores que lo presenciaron, conduciendo a toda velocidad por detrás de un prófugo que adelantaba a los coches haciendo 'zig zag' y utilizando los dos carriles dirección Bilbao de la autovía.

Aunque la Benemérita no quiso dar detalles de por qué empezó o cómo fue el final de esta persecución, fuentes consultadas por este periódico apuntan que el hábil conductor del Zafira acabó dándose a la fuga y por el momento no ha sido detenido.

Casi dos semanas antes (el 12 de septiembre), un vehículo todoterreno blanco, que había sido robado en la localidad vizcaína de Sopuerta, y en el que viajaban tres personas, fue perseguido primero por las policías locales de Laredo y Castro y después por la Guardia Civil, tras un temerario recorrido por las calles de ambas localidades. En esta ocasión hubo hasta disparos en Castro, según declararon algunos testigos. Todo comenzó en Laredo, a las 10 de la noche, cuando un todoterreno 'pick-up', con tres personas a bordo, colisionaba contra otro vehículo y se daba a la fuga. Previamente, el vehículo había circulado de forma temeraria y haciendo trompos por la parte vieja. Los agentes localizaron la furgoneta parada en un semáforo y el conductor, al verse sorprendido, dio marcha atrás un centenar de metros y chocó contra un coche estacionado. A partir de ahí se inició la persecución, pero el piloto del 'pick-up' logró zafarse de la patrulla de la Policía Local y se dirigió hacia Castro. La Policía Local castreña estaba ya alertada e intentó interceptar el vehículo junto al colegio Arturo Dúo, pero logró escaparse con «maniobras temerarias» y circulando por las aceras. Desde la ciudad, los tres ocupantes se dirigieron hacia el monte por una pista forestal y fue entonces cuando la Benemérita perdió su rastro. Los fugados llegaron hasta Guriezo y allí abandonaron el todoterreno, destrozado. La Guardia Civil ha confirmado que tampoco ha realizado ninguna detención tras este suceso.

También a mediados de septiembre, la Policía Local de Santander detuvo a dos hombres que viajaban en un coche robado, después de protagonizar una persecución y resistirse al arresto. Fue la noche del día 14, a las 23.50 horas en la avenida Camilo Alonso Vega, cuando dos agentes locales dieron el alto a un vehículo. En su interior viajaban dos hombres identificados como D.V.J. y D. B.J., que habían robado instrumentos médicos (un fonendoscopio, un tensiómetro y diversos útiles y materiales) y lo llevaban metido en el maletero. Al no detenerse, los agentes persiguieron al vehículo hasta la calle Félix Rodríguez, donde lograron detenerle.

La Guardia Civil sí que detuvo, el pasado 17 de agosto, a tres hombres, con edades entre 19 y 42 años, y a un menor de 16 años por robar en una vivienda en San Pedro de Rudagüera (Alfoz de Lloredo) una cabezada de caballo con la parte superior de plata y dos escopetas inutilizadas. Dos de los ladrones huyeron en coche y a gran velocidad, mientras que los otros dos lo hicieron a pie. Tras una batida por la zona, estos últimos fueron hallados ocultos dentro de una tubería de paso de agua. Los que se fugaron en coche (en esta ocasión no hubo persecución policial) fueron localizados posteriormente tras una ardua investigación y también detenidos.