La cuenta atrás de los grandes proyectos

El pasado jueves, con motivo de la comparecencia de José María Lafuente en el Aula de Cultura de El Diario, la alcaldesa Gema Igual aún confiaba en que Guirao continuase de titular de Cultura en este Gobierno de coalición porque, a su juicio, existía una sensibilidad y una sintonía especiales entre ambas partes respecto a la administración y gestión de proyectos importantes. Pero no ha podido ser. Ahora se abre una etapa con muchas incógnitas. En cualquier caso en la política y en los grandes proyectos –y aún más, se presupone, en lo que concierne a la cultura–, las decisiones son fruto del talante de las personas.

En la última década, con el Centro Botín tras su apertura en verano de 2017 como exponente, la arquitectura cultural de la capital ha crecido en expectativas. Hay museos de valor proyectados a corto, medio y largo plazo, rehabilitaciones en curso y zonas que se postulan como nuevos corredores artísticos. El sector de la cultura ha venido generando propuestas de diferente tamaño y permanece un debate abierto sobre una idea de anillo cultural. Son seis los proyectos que se han convertido en permanente latido del futuro más optimista.

Hay casos como el del museo de arte MAS y del Mupac que no han logrado superar la condición de mantras que cada cierto tiempo anuncian pasos que se antojan decisivos, pero que luego se han demostrado ineficaces. En el bloqueo unas veces o en la paralización otras, las iniciativas en general se han visto lastradas por demoras, aplazamientos o incluso rectificaciones. La burocracia y la tramitación envuelven a la mayor parte de los proyectos. Incluso el consenso político no ha sido suficiente para acelerar algunos de ellos. Hacer convivir las grandes y pequeñas realizaciones se considera clave para abordar un escenario basado en la diversidad de ofertas y en una integración del tejido cultural en correspondencia con la población y con sentido de proyecto de ciudad.

La colección Enaire, el Proyecto Pereda del Banco Santander, el Mupac, el centro asociado al Reina Sofía-Archivo Lafuente o la rehabilitación del MAS son las metas más deseadas, pero todas ellas con plazos, problemas y fases de tramitación muy diferentes. Un panorama muy esperanzador podría fijar la fecha de 2023 como perspectiva en el horizonte para que se hayan hecho realidad. Pero las demoras precedentes no invitan precisamente al optimismo. Solo de la sede de la Colección Enaire en Santander, en las antiguas naves de Gamazo, con las obras encauzadas y cumpliendo los plazos, puede hablarse de certezas. El centro de arte que albergará la colección abrirá sus puertas antes de final del presente año. No obstante, falta por firmar entre las partes, en este caso con Fomento, el convenio que regulará su funcionamiento. Ahora, con el nuevo Gobierno habrá que certificar cuál es el grado de compromiso desde Cultura con el Gobierno regional para lograr el apoyo económico al nuevo Museo de Prehistoria y Arqueología (Mupac) siempre y cuando cuente con un proyecto definitivo, que según los planes del Ejecutivo cántabro estará listo en 2020.

En el caso del centro asociado al Reina Sofía-Archivo Lafuente, una obra que el consistorio –con un presupuesto que supera los diez millones de euros, quiere poner en marcha este mismo año con el apoyo ministerial–, la tramitación está en marcha. El Ayuntamiento, entre la cerca de treintena de proyectos que pretende impulsar este año, hará hincapié en la rehabilitación del MAS y de la Biblioteca de Menéndez Pelayo. Además, en este caso dependiente de Educación, el Consistorio plantea que la Fábrica de Creación abra sus puertas pero con una actividad paralela asegurada que defina su identidad cultural y formativa. La nueva Biblioteca Municipal también comenzará en breve la ejecución de sus obras.

Enrique Bolado, director general de Cultura desde hace apenas dos meses, está convencido de que en 2020 los pasos permitirán «visibilizar la fortaleza» de tres grandes proyectos culturales en marcha: Reina Sofía, Pereda y MAS. La burocracia, los excesos administrativos y cargas urbanísticas han marcado muchos de los procesos pero en perspectiva se han planteado como metas la puesta en marcha de las obras del MAS, con un plazo de ejecución de quince meses; y el final de los trámites del Reina y el Pereda/Santander con el objetivo de lograr plasmar la modificación puntual urbanística antes del verano y la licencia inmediatamente posterior. En paralelo, la Fundación Santander está definiendo el proyecto museológico y museográfico, que quedará listo en poco tiempo. La rehabilitación de la Biblioteca de Menéndez Pelayo, como en el caso del Palacete de Cortiguera, depende de Fomento.

Se consensuaron modificaciones puntuales y son dos proyectos viables que se prevé desbloquear con el nuevo Ministerio.