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«Aquí cuenta cada paquete de lentejas»
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Los cántabros responden con bolsas llenas de conservas a la campaña del Banco de Alimentos, que partía de una situación de necesidad totalBuenos días. ¿Quiere colaborar con la campaña del Banco de Alimentos? Aquí tiene su bolsa». Ainhoa Miñambres y Daniel Gago, voluntarios en uno de los ... supermercados BM que colabora en la Gran Recogida de Santander, esbozan una gran sonrisa mientras tienden la bolsita de plástico a la clienta que se ha detenido a escucharles a la entrada del establecimiento. Ambos le explican que puede llenarla con productos no perecederos: legumbres, conservas, pasta, arroz y un largo etcétera de comestibles, toda vez que, este año, el Banco de Alimentos parte de una situación de desabastecimiento y necesidad totales. Después, todos estos productos se distribuirán entre familias cántabras en situación de vulnerabilidad. La mujer asiente y se pierde en los pasillos del supermercado. Al cabo de un rato, vuelve con la compra solidaria lista para ser almacenada en la caja que custodian los voluntarios: botellas de aceite, paquetes de arroz y mucho 'laterío'.
Ainhoa y Daniel, alumnos de 2º de Bachillerato en el Colegio Esclavas de la capital, ordenan todo con diligencia y sin perder de vista a los clientes que siguen entrando en el súper esta mañana soleada de noviembre. No se les escapa ni uno. «Vamos bastante bien, mejor de lo que esperábamos. Aquí cada grano de arena cuenta, cada paquete de lentejas cuenta», dicen con seguridad antes de tender una nueva bolsa al cliente que ha cruzado el umbral del local.
Ainhoa Miñambres y Daniel Gago
Voluntarios
Manuela
Vecina de Santander
Esta escena, con toda probabilidad, se repitió en los 150 supermercados adheridos a la Gran Recogida del Banco de Alimentos, una campaña que ha devuelto a los voluntarios a las calles tras el parón provocado por la pandemia. Además de la recogida física, está la posibilidad de comprar en las cajas de los súper bonos a nombre del Banco, que luego la entidad canjeará por los productos que necesite. Y si bien este sábado finalizó esa recolección presencial –a excepción de los establecimientos que abran hoy, domingo, y que seguirán recaudando alimentos– se pueden seguir donando bonos hasta el 6 de diciembre.
Lucía, vecina de Santander, ha optado por contribuir a la campaña con un carro que ha llenado generosamente de leche, aceite y pañales. Los productos de alimentación e higiene para bebés, de lo más caro de la cesta de la compra, son una aportación muy preciada. Lucía, que ya conocía la Gran Recogida porque vive pegada a la radio y a los periódicos, ha llegado a uno de los supermercado Lupa de Santander con idea de donar 'dodotis'. «He venido a aportar mi granito de arena», dice la profesora de Secundaria antes de abandonar el local. «Hay mucha gente necesitada y en estos momentos de crisis, hay que ser solidarios».
Manuela, que colabora con la Cocina Económica a lo largo del año, opina igual. Antes de hacer la compra, ha preguntado a las voluntarias qué donaciones eran más oportunas y, tras pasar por caja, les ha entregado un carro con botellas de aceite, legumbres, leche, galletas y potitos para bebé. «Los que tenemos la suerte de trabajar, los que podemos, tenemos la obligación de ayudar al que no puede», explica sucintamente.
La donación presencial funciona bien. Por eso, en el Banco celebran el regreso de una campaña cuyos resultados, por el momento, son prometedores. «Las sensaciones son muy buenas. En algunos puntos hemos tenido que volver a mandar cajas porque ya estaban llenas. Hasta que termine la campaña no podemos hacer balance definitivo, pero la sensación es buena», comenta María Calvo, una de sus coordinadoras.
Este año, el Banco necesitaba «de todo». Y en las grandes cajas de cartón que escoltan María Ibáñez y Encarnación Cortázar a la entrada del supermercado, las dos vestidas con los petos azulones que las identifican como voluntarias, se ve, efectivamente, un poco de todo. «La gente está respondiendo», valoran.
Ellas también han respondido con su tiempo a la llamada del Banco de Alimentos. «Oí en la radio que hacían falta voluntarios, me organicé y aquí estoy», resume María, que ha hecho el turno de 12.00 a 15.00 horas, relevando en el punto de recogida a Javier Maza, Pablo Peral e Ibon Beristain, que han cubierto el primer tramo de la jornada. Estudiantes del grado para técnico superior en Integración Social, el trío de voluntarios apela a la empatía. «Hay que ponerse en la situación de quienes no pueden poner un plato de comida en la mesa. Ymás en estas fechas».
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