«La culpa no es de las autoescuelas», la denuncia en la calle ante la falta de examinadores de Tráfico

La marcha ha partido de El Sardinero hacia la Marga y por el camino ha parado en la Delegación del Gobierno donde ha hecho entrega de las las firmas de protesta de los alumnos que están únicamente a falta de este último examen para obtener el permiso de conducción.

A los responsables de las autoescuelas no les parece suficiente los dos examinadores nuevos que ha anunciado la Dirección general ya que aunque uno es a tiempo completo el otro es itinerante y acabará marchándose de nuevo. Prueba de que no sirve es que la lista de espera ha pasado ya de las 4.300 personas, de las que 1.500 se han acumulado desde el pasado verano, ha explicado Alberto Santamaría, presidente de la Asociación Cántabra de Escuelas de Conductores .

La situación está provocada por las limitaciones establecidas por la Dirección General de Tráfico (DGT), que permite examinarse a un número «muy reducido» de alumnos en función de la cifra de examinadores disponibles. Una situación que se registra también a nivel nacional y que se ha visto «agravada» por la pandemia del coronavirus y durante los meses del estado de alarma, que engrosó las listas de espera con más de un millar de personas. Las autoescuelas consideran que los alumnos pagan «una cantidad considerable» para poder examinarse, que la DGT debería destinar a cubrir las necesidades de examinadores.

Reclaman un número suficiente de examinadores que deje en la región un mínimo de 10 u 11 cuando en la actualidad- contando esos dos nuevos- solo suma ocho.

Donde sí parece que hay vías de solución es en Laredo y Torrelavega para aumentar allí a doce los exámenes diarios y contribuir a reducir la lista.

El sector de las autoescuelas en Cantabria está integrado por más de medio centenar de empresas con unos ochenta centros abiertos que generan alrededor de 300 puestos de trabajo directos. La ACEC se queja de que faltan examinadores, aunque la DGT les ha prometido que «en breve se incorporará uno más». El problema es que una vez superada la prueba teórica, cada alumno tiene que esperar una media de dos meses antes de poder examinarse del de circulación. Si encima suspenden y tienen que volver a examinarse, el tiempo de espera puede incrementarse en otros dos más.