El curso arranca en Cantabria con 87.000 alumnos, nuevas aulas y precios tope en el comedor

Tras tres años atravesados de arriba abajo por el covid, este curso arranca en situación de mayor «normalidad» sociosanitaria, según ha confirmado la consejera de Educación y FP, Marina Lombó, que esta misma mañana ha presentado las novedades de un año escolar en el que las mascarillas, como ocurre a nivel social, solo serán obligatorias en el transporte escolar.

Este es el curso de la Lomloe, la nueva ley educativa que a partir de septiembre empezará a dejar huella en Infantil y en los cursos impares del resto de etapas (1º, 3º y 5º de Primaria, 1º y 3º de la ESO, y 1º de Bachillerato). Cantabria, «a diferencia de otras comunidades, tiene aprobados los nuevos currículos» que exige la ley, ha destacado Lombó, acompañada en la comparecencia por tres directores generales: Mercedes García, Javier Gutiérrez y Ricardo Lombera. Los Bancos de Recursos adquieren ahora «mayor protagonismo» y van a permitir «contener el gasto de las familias en material escolar». Estará dotado con 2,8 millones de euros. Los centros educativos, ha asegurado Lombó, han demostrado una «sensibilidad excepcional» en este sentido.

En los equipos directivos y en los docentes recae la responsabilidad de aplicar en clase las nuevas formas de enseñar y los nuevos contenidos que trae la ley. Más de 10.200 profesionales atenderán en las aulas al alumnado a partir de septiembre: 8.446 profesores y maestros de la red pública, y otros 2.196 en la concertada. «Quiero agradecerles, de antemano, este nuevo esfuerzo que realizarán este curso», ha dicho Lombó.

Al amparo de la Lomloe, la comunidad está además en disposición de estrenar la nueva modalidad de Bachillerato General, que se impartirá en diez institutos de Laredo, Camargo, Piélagos, San Vicente de la Barquera, Torrelavega, El Astillero y Santander. Hay 125 alumnos matriculados.

Por otro lado, este es también el curso en el que se implantarán nuevas «mejoras» en el sistema educativo: la reducción de ratios en Infantil, la puesta en marcha de las primeras aulas de 1 año o de la Unidad Educativo-Terapéutica, compuesta por dos clases y pensada para acoger al alumnado de 6 a 16 años con problemas de salud mental que no puedan acudir a clase en momentos concretos del curso. «Queremos dar respuesta a las necesidades de esos niños y jóvenes para que, en ese tiempo, puedan continuar sus aprendizajes», ha dicho Lombó. En cuanto a las aulas de un año, se abrirán doce en varios núcleos rurales de la comunidad, Potes, Valderredible, Arenas de Iguña o Soba, entre ellos. Cuatro serán exclusivas para alumnos de un año, y ocho se integrarán en la red de aulas de dos años.

Los servicios de transporte y comedor escolares serán otra piedra angular en el curso 2022-23 y, según ha precisado la consejera, su departamento aplicará varias medidas para que la inflación no repercuta en las familias.

Por un lado, y gracias a las últimas ampliaciones, Cantabria contará con 501 rutas que transportarán a más de 15.500 alumnos. El servicio tendrá un coste de 19,4 millones de euros, incluido aquí el programa de acompañantes. Además, este curso, la Consejería mantiene la línea de transporte gratuita para estudiantes que residen en núcleos rurales y cursan enseñanzas no obligatorias -una FP, por ejemplo-. Ampliará los usuarios de las mismas. «Es una reivindicación histórica de la Cantabria rural», ha dicho Lombó, que ha anunciado, por otro lado, que las empresas y profesionales dedicados al transporte escolar contarán con una nueva línea de ayudas directas para mitigar el incremento de los precios de los carburantes. El decreto lo aprobó ayer por el Consejo de Gobierno.

En cuanto a los comedores escolares, Educación prevé que 10.200 alumnos hagan uso de este servicio el próximo curso. Cerca de 5.500 podrán hacerlo con gratuidad total o parcial. La Consejería asumirá el «aumento que pueda repercutirse en el servicio por parte de las empresas adjudicatarias». Es más, Educación adopta el compromiso de que «ninguna familia pague más de 5,5 euros diarios por este servicio, y será la Consejería la que se haga cargo de la cantidad» que exceda ese coste. «En ningún caso el servicio superará los 110 euros mensuales», ha dicho Lombó.

Por otro lado, Cantabria contará el próximo curso con los programas habituales de refuerzo escolar: el PROA+, que financia el Ministerio con fondos europeos, y el PREC, de carácter autonómico. Entre ambos suman casi 400 profesionales. Habrá, además, 165 auxiliares lingüísticos - «un récord histórico»- y entrarán en funcionamiento cuatro aulas de educación especial en Santoña. Castro Urdiales, Laredo y Reinosa.

Lombó también se ha detenido en las cifras «récord» de la FP cántabra, que contará con 780 plazas nuevas y 53 docentes más «para dar respuesta tanto al aumento de la oferta como a la conversión de nuevos ciclos en bilingües». En Cantabria podrán cursarse, a partir de este mes, 243 títulos de 23 familias profesionales de FP (99 de Grado Medio, 107 de Grado Superior y 37 de FP Básica, a los que se suman nueva cursos de especialización). A falta de que se cierren las matrículas definitivamente, se han registrado ya 6.000 solicitudes de la modalidad presencial y otras 4.500 para estudios a distancia.

Lombó se ha despedido confiando en que Cantabria «siga avanzando hacia una educación de excelencia» y en que la gradual implantación de la Lomloe «sea positiva para la formación del alumnado cántabro».