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Si alguien ha dado ejemplo durante la pandemia han sido los más pequeños, que han cumplido las medidas de seguridad sin rechistar. Tras meses de distancia, grupos burbuja y mascarillas en clase, ahora por fin les ha llegado el turno de recibir las dosis contra ... el covid. «Quitando los nervios, tenía ganas de vacunarme», contaba Diego Mediavilla a la salida del centro de salud de El Alisal, en Santander, donde este miércoles arrancó la vacunación de los niños de entre 9 y 11 años que reservaron su hueco mediante el sistema de autocita puesto en marcha el lunes. El miedo de Diego al pinchazo era, sobre todo, porque «no me gustan las agujas», añade. Una inquietud que le acompaña siempre y eso que hace apenas 15 días se vacunó también contra la gripe, pero son nervios que no desaparecen hasta recibir el pinchazo.
Como la mayoría de los menores que acudieron este miércoles al ambulatorio donde les inocularon una de las dos dosis de Pfizer, el pequeño de 11 años fue de los primeros de su clase en vacunarse. ¿Y qué dirá hoy a sus compañeros? «Que no duele nada, así que les animaré a venir». Esta vez la ilusión de inmunizar por fin a los menores de doce años –para los de 5 a 9 años se irán abriendo las citas, según vayan llegando las vacunas– es compartida. Este miércoles la contaban los niños porque eran los protagonistas y a su lado la confirmaban los padres. «Teníamos ganas, sí. Además él es asmático, ha tenido ya muchos problemas que hemos dejado atrás y no queríamos tener otro», reconocía su madre, Ada Pascual, que fue quien le acompañó al ambulatorio.
Elsa Vía
10 años
Entre los padres del colegio también lo habían comentado. «Estábamos pendientes porque hace unos días estuvieron confinados», añade. Y la campaña abre la puerta a despedirse de esas idas y venidas por positivos en el aula y contactos estrechos. Aunque la pauta completa no la recibirá hasta dentro de ocho semanas, al menos este primer paso les concede cierta tranquilidad que aumenta de cara a las navidades y las reuniones familiares aparejadas a estas fechas. Y más aún si, como en su caso, compartirá mesa con alguna persona mayor. Es un respiro «por él, por la familia y por todos».
Diego Mediavilla
11 años
Los pequeños asumieron su turno en la campaña de vacunación con responsabilidad y algunos sin ningún miedo. «Quería vacunarme y no me ha dolido nada. Ha ido bien», resumía Elsa Vía, de 10 años, pocos minutos después de recibir el pinchazo y todavía con el algodón en la mano. Antes de terminar las clases, su profesora del colegio le lanzó un mensaje: «Felicidades» por acudir a la cita. Ella también es una de las primeras de su clase así que este jueves pasará la entrevista de sus compañeros. A ellos les dirá que ni se enteró de la vacuna y su madre, Encarna Diego, comentará al resto de familias la «tranquilidad» de cara a juntarse con el entorno cercano. La decisión de si vacunar o no a su hija estaba «casi tomada», pero habló con ella para conocer su opinión. También le surgieron «dudas, pero te informas», admite la madre. En su casa ya sólo queda su hermano por vacunar que, con 6 años, aún tendrá que esperar unas semanas para pincharse.
Elsa Val
Madre
En concreto este miércoles estaban citados los primeros 360 menores de los 38.000 niños con edades comprendidas entre los 5 y 12 años de Cantabria que ya son objeto de la campaña de vacunación. A falta de diez días para la Navidad son el grupo diana de la estrategia. El lunes el SCS abrió el sistema de autocita. El primer día más de 3.600 familias apuntaron a sus hijos para vacunarse y los que pasaron ayer por la tarde, desde las 15.30 horas, por el centro de salud de El Alisal (que también vacunará hoy y mañana por la tarde), fueron los más rápidos en reservar su hueco. «Estábamos deseándolo y en cuanto se pudo, entramos en la página para coger la primera hora que salió», comentaba Elsa Val mientras su hijo de 9 años, Yeray Chao, se colocaba la sudadera tras el pinchazo. No se demoró ni un día en pedir cita porque «en la familia hay gente de riesgo y esto nos da más tranquilidad», añade. Por mucho que los pequeños se cuiden, «y tengan cuidado» entre el colegio y las actividades extraescolares resulta complicado mantenerse lejos del virus. «Ybastante han aguantado», opina.
La madre lo tenía claro, Yeray «no tanto», reconocía. Le daba «miedo» el momento del pinchazo. Unos nervios que desaparecieron rápido porque ni se enteró. «Ha ido muy bien», reconoció él. Además de estar ya a medio camino de inmunizarse, los pequeños que salieron ayer de El Alisal, llevaban un título bajo el brazo: la mayoría fueron los primeros de la clase en poner el brazo para pincharse. «Animaré a mis amigos a vacunarse», comentaba Pablo Oria que, a sus 11 años reconocía estar nervioso aunque al final todo fue «mejor de lo que esperaba». A Henar Lavín su padre le dijo «que no dolía» y fue convencida, pero el pinchazo sí le hizo «un poco de daño», admitió ella. A su lado su hermano Neco coincidía con esa valoración. Y poco a poco reconocían empezar a notar el brazo algo resentido. Pero daba igual, porque estaban contentos.
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Además de la campaña de los más pequeños, el Servicio Cántabro de Salud (SCS) continuará, como hasta ahora, citando a las personas pendientes de vacunar con la dosis de refuerzo. En concreto a la gente de la franja de edad de 70 a 79 años –un colectivo en el que la campaña está ya muy avanzada– a quienes se inmunizaron con la fórmula monodosis de Janssen, al colectivo de entre 60 y 69 años y a las personas con discapacidad. Por otro lado, desde el pasado martes, el Hospital Ramón Negrete de la Mutua Montañesa está administrando la dosis adicional al grupo 3, que corresponde los sanitarios. A estas alturas, casi un año después del arranque de la campaña de vacunación, en Cantabria está ya inmunizada el 82,9% de la población.
Desde este miércoles el Servicio Cántabro de Salud también realiza citación clásica, con llamada telefónica personalizada, para vacunar a los menores en los centros de salud Alto Asón, Bajo Asón, Gama, Nansa, Liébana, Alto Pas, Miera y Selaya. Además, continúa abierto el servicio de autocita para recibir los pinchazos los próximos 18 y 19 de diciembre en los centros de El Alisal, Bezana, Cotolino, Santoña, Tanos y Saja, en horario de mañana y tarde, y en el Hospital Tres Mares, sólo por la mañana. Eso para la franja de 9 a 11 años. Para los menores de entre 5 y 9 años, se irá abriendo de forma progresiva el sistema de autocita, según vayan llegando las vacunas. El lunes llegó el primer envío de 18.000 dosis
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