Roberto Castilla
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Roberto Castilla
Profundo conocedor de la compañía naviera francesa, a la que arribó con 22 años con un contrato de prácticas y por la que ha escalado de departamento en departamento hasta hollar la dirección general, Roberto Castilla, que ya tiene 45, gobierna por aguas tranquilas el ... buque empresarial de Brittany Ferries en el norte de España tras sobrevivir a dos tempestades, a cada cual más virulenta. Una, el 'Brexit'. Otra, el covid-19. Para él, dos pésimos recuerdos que quisiera hundir bajo el mar, del que está haciendo emerger nuevos y buenos proyectos para la empresa, que es lo mismo que hacer emerger nuevos y buenos proyectos para Cantabria.
–Cuatro meses antes de su nombramiento, en febrero de 2020, Reino Unido abandonaba la UE provocando un corte en la vena por la que fluye la actividad comercial de la naviera.
–Sí. Aunque hacía tiempo que teníamos claro que iba a suceder, tuvimos que trabajar muy duro durante los meses anteriores para tener preparada esa salida. Sobre todo en el aspecto aduanero. Si bien es verdad que el 'Brexit' apenas originó cambios en el tránsito de pasajeros, sí los causó en el tráfico de mercancías, donde retrocedimos casi 30 años. Pasamos de no tener que pedir prácticamente ningún papel a los transportistas a pedírselos todos. Se produjo un cambio realmente muy brusco.
–Y un mes después, en marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaraba el covid como una pandemia global dándole otro tajo a la arteria mercantil de la compañía.
–Ese ha sido, junto con el 'Brexit', el momento más tenso que hemos vivido en nuestra empresa, porque ya no es que afectara a cuestiones meramente laborales, es que afectaba también al ámbito personal de los empleados. Fueron meses muy complicados que Brittany Ferries pudo vadear volcando toda su actividad so- bre el transporte de mercancías, la mayoría de ellas productos de primera necesidad.
–En semejantes circunstancias, ¿cómo se sujeta el timón de una empresa de este perfil?
–No es posible hacerlo sin ayuda, y yo tuve la inmensa suerte de contar con un equipo humano magnífico que supo responder con una gran profesionalidad a esos momentos tan duros que tuvimos que vivir en esos días. Debo decir, porque es de justicia, que yo nunca me sentí solo en aquella travesía.
–El covid hizo retroceder un 40% la cifra de pasajeros.
–Así es.
–Sin embargo, en solo dos años, Brittany Ferries ha pulverizado todos sus récords.
–El año pasado llegaron a Santander más de 239.000 viajeros, la cifra más alta en los 45 años que llevamos aquí.
–¿A qué obedece este espectacular incremento?
–En 2021, los británicos todavía estaban sujetos a algunas restricciones fronterizas que les impedían moverse con plena libertad. Pero en 2022 esto ya no fue así, y vinieron a España en tromba. Y de otro lado hay que subrayar que ese mercado, el británico, tiene su punto de mira cada vez más centrado en nuestro país. Bueno, en nuestro país y, le diré, en el norte de nuestro país preferentemente.
–Ah, ¿sí?
–Sí. El número de británicos que vienen y se quedan en Cantabria está aumentando, sí.
–Pues aquí hay otra creencia: pasajero que se baja del ferri, pasajero que se va de la región casi sin decir ni adiós.
–Esa es, en efecto una creencia que está muy extendida por aquí y que nosotros llevamos ya tiempo desmintiéndola con números. Y no solo nosotros. Si le pregunta a los hosteleros de Santander le dirán que los datos niegan que eso sea así.
–Entiendo.
–Es verdad que en otro tiempo una gran mayoría de los británicos que venían se iban derechos al sur de España o a Portugal, pero en los diez últimos años esa tendencia se ha invertido y estamos hablando de que, en 2022, más del 33% del total de viajeros –y le estoy hablando de 240.000 pasajeros– pernoctó en Santander o lo hizo en otras localidades de Cantabria.
–Conseguir que esos pasajeros echen el ancla en Cantabria no es una tarea de Brittany Ferries sino del Gobierno autonómico. ¿Están ustedes alineados con ese propósito?
–Por supuesto. Nosotros procuramos facilitar en los puertos con los que tenemos conexiones –en Plymouth y en Portsmouth– toda la información de Cantabria que pueda interesar al cliente si quiere descubrir nuestra región, sus principales reclamos turísticos, sus ofertas hoteleras, etcétera. Aunque, si le digo la verdad, muchos de ellos no la necesitan, lo que prueba que el turismo verde, el que tenemos en el norte, está ganando adeptos.
–Los usuarios de sus buques son preferentemente extranjeros. Tanto los que vienen como los que se van.
–Así es. El 95% de nuestros pasajeros son británicos.
–¿Cómo es posible que teniendo el barco en la puerta de casa, y le hablo casi de forma literal, no se vean apenas cántabros en las cubiertas?
–Pues no sabría qué contestarle. Es un hecho que al ferri lo conoce todo el mundo en Santander (llevamos 45 años operando aquí y nuestros barcos forman parte del paisaje cotidiano de la Bahía), pero también lo es que, quizá, no lo conocen tan en profundidad como nosotros quisiéramos. Y uno de los objetivos en los que debemos incidir es precisamente ese, intentar dar a conocer el ferri a todos los santanderinos, animarles a que viajen con nosotros y conozcan el Reino Unido. Igual que antes le decía que los británicos están interesándose cada vez más por las joyas que tenemos en el norte de España, y por descontado en Cantabria, abogo porque los cántabros hagan lo mismo y se interesen por todo lo que puede ofrecerles el sur de Inglaterra.
–Igual es que los cántabros son más de tren.
–Jajaja. Ya. Pues ahora mismo... Pero ahora que dice esto igual es el momento indicado para invitarles a que conozcan la navegación en buque, que no les va a dar ese tipo de problemas.
–Será en francés, porque lo mismo que sucede con el pasaje, la tripulación de los buques es gala casi en su totalidad.
–Es una decisión que en su día tomó el director general de nuestra empresa, Christophe Mathieu, que, en esa misma línea, y siendo la naviera de origen bretón, también decidió que los barcos fueran bautizados, todos ellos, con nombres de distintas regiones francesas.
–Pero eso ya no es así.
–No. Ya no es así. En el año 2021 la empresa decidió dar un paso y desde entonces han ido llegando el Galicia, el Salamanca y enseguida lo hará el Santoña, que para todos los que trabajamos aquí es un orgullo.
–Ya. Y ese paso dado dio lugar al siguiente, el más reciente, que ha sido contratar mano de obra española.
–Así es. Hace apenas unos días Brittany Ferries abrió un proceso de selección para la contratación de 16 cocineros y 32 empleados del servicio de restauración que se incorporarán próximamente al buque Santoña.
–Un proceso en el que han recogido 800 currículums.
–Sí. Pero como por desgracia no podemos hacer 800 entrevistas, al final hemos optado por preseleccionar a cien.
–Cuando Santander perdió la línea de ferri con la ciudad irlandesa de Cork usted introdujo un único factor causante.
–La inmigración ilegal.
–Ese problema se ha reducido. ¿Lo suficiente como para que se replanteen la recuperación de la conexión?
–Si nos ceñimos al año pasado, ese problema está bajo control. Tenemos muy pocas intrusiones gracias, fundamentalmente, a las medidas que ha adoptado la Autoridad Portuaria de Santander y al laborioso trabajo que han venido realizando la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía, cuyo esfuerzo ha ayudado decisivamente a que las cifras relacionadas con las intrusiones sean casi residuales.
–Le repito la pregunta. ¿El problema se ha reducido lo suficiente como para que se replanteen la recuperación de la conexión?
–Esa es una decisión que no me corresponde tomar a mí sino a la dirección general de la empresa. Lo único que puedo decirle es que uno de los requisitos necesarios para poder volver a traer esa línea era que se garantizara seguridad en el Puerto de Santander y, como le he dicho, ahora mismo se dan las condiciones, con lo cual no me cabe duda de que si se abre una ventana esa línea podrá volver.
–¿Esa u otra?
–Podría ser, sí. Ya para este año están cerradas todas las rutas, pero de cara al futuro podría ser. No hay duda de que el esfuerzo que la Autoridad Portuaria ha realizado para tener unas instalaciones seguras merece unas consideraciones que, estoy seguro, la dirección general en Francia tiene muy presentes.
–Más allá de tratar de garantizar la seguridad de sus buques, el Puerto también ha realizado un notable esfuerzo inversor vinculado a la naviera.
–Como ya sabrán sus lectores, el próximo día 1 de marzo se incorporará al servicio el Santoña, que es el primer buque propulsado con gas natural licuado que va a operar en Santander, un gran desafío que hemos planteado a la Autoridad Portuaria y al que esta ha respondido con la construcción de un nuevo muelle que está a punto de finalizar y de una nueva terminal de gas para abastecer nuestros barcos. El esfuerzo que el Puerto ha realizado en ese sentido ha sido realmente titánico y de agradecer, porque nos consta que ha puesto todos los medios a su alcance para que la instalación esté completamente operativa a partir del día 1 de marzo.
–¿Y ese esfuerzo se compensará de alguna manera?
–En 2024 y 2025 está prevista la incorporación a nuestra flota de dos nuevos buques híbridos que en principio van a cubrir la ruta del Canal de La Mancha pero, como ya ha sucedido en el pasado, no tengo ninguna duda de que uno de esos dos buques podría recalar perfectamente en el Puerto de Santander.
–¿Qué significaría eso?
–Pues al margen de que ese sería un hito más para el Puerto, supondría aumentar las líneas. Ahora mismo tenemos cuatro escalas semanales en Santander pero hay muchas posibilidades de aumentarlas.
–A más corto plazo, en marzo, esperan que se produzca otro al que se ha referido de soslayo; la próxima puesta en servicio del buque Santoña.
–Esa es, para nosotros, una de las mejores noticias que hemos recibido durante los últimos años. Es una bendición por dos motivos, porque ese barco va a contribuir en la adaptación de nuestra compañía a los nuevos tiempos, que marcan la utilización de combustibles más ecológicos, y porque las cifras de ocupación van a ser realmente muy altas. Si no pasa nada raro, vamos a superar las cifras récord que logramos en 2022.
–Brittany Ferries cumplió recientemente su 50 aniversario. ¿Seguirá mucho tiempo anclada en Cantabria?
–Sí. Estoy seguro de que las generaciones futuras seguirán viendo un buque de Brittany Ferries surcando la bahía de Santan- der cuatro veces por semana. No tengo ninguna duda de que este seguirá siendo nuestro puerto base mucho tiempo.
–Por la cuenta que le trae.
–¿Por qué lo dice?
–¿Por su miedo a volar?
–¡Ah! Jajaja. Tengo mucho respeto al avión, sí, es verdad, y cuando tengo alguna reunión de trabajo en Inglaterra prefiero desplazarme en nuestros barcos. La calidad de los servicios a bordo es superior.
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