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«Todos los datos apuntan a que lo peor ha pasado, pero no podemos bajar la guardia». Con suma cautela y con la serenidad con la que ha dirigido la batalla contra el Covid-19 en Valdecilla desde el minuto uno, el médico Rafael Tejido (Reinosa, 1964) comparte cómo se ha vivido la irrupción del coronavirus en el buque insignia de la sanidad cántabra, «un reto enorme» al que «los profesionales han respondido de forma impresionante». En lo personal, confiesa que «el peor momento era la salida del hospital hasta que llegaba a casa. De noche, las calles vacías, dando vuelta a algunos números... el telediario».
-¿Cómo interpreta el respiro que dan las estadísticas de la epidemia en Cantabria en los últimos días?
-Los datos son muy positivos. El Instituto Carlos III ha confirmado que Cantabria es una de las ocho autonomías en las que se ha iniciado la remisión de la epidemia, y de hecho somos la comunidad con el menor promedio de casos nuevos en España. En el hospital se refleja la misma tendencia, en los últimos días ha disminuido notablemente el número de casos, ha habido más altas que ingresos y varios pacientes han salido de cuidados intensivos. Estamos mucho mejor de lo que esperábamos, pero de momento hay que seguir manteniendo todas las medidas instauradas.
-¿Lo peor ya está pasando o el coronavirus aún puede dar mucha guerra?
-El reto al que nos estamos enfrentando es enorme. En un mes se han diagnosticado 500 casos de infección por coronavirus en Valdecilla, hemos tenido que ocupar 11 plantas del hospital y se ha ampliado el Servicio de Cuidados Intensivos con dos nuevas salas. El coronavirus no se ha ido, hay que medir y seguir planificando. Todos los datos apuntan a que lo peor ha pasado, pero no podemos bajar la guardia.
-¿Cuáles han sido las mayores dificultades a la hora de reorganizar el hospital para la llegada del coronavirus?
-La crisis del coronavirus ha exigido un cambio radical en la organización, los equipos, los espacios... Por ejemplo, dejabas de ser cardiólogo o enfermera de Urología para convertirte en profesional Covid. La respuesta ha sido impresionante. El Hospital Covid ha contado con un equipo multidisciplinar que ha sabido trabajar unido por un objetivo común. Ha sido un éxito de los profesionales, que entendieron el reto y han estado a la altura para responder a la mayor crisis sanitaria de nuestra historia moderna.
-Los planes para hacer frente al Covid-19 han ido ampliándose casi día a día. El Gobierno dice que hay suficientes camas (aunque a la vez prepara el Palacio de Exposiciones) y puestos de UCI. ¿Cuál es la capacidad que puede llegar a tener Valdecilla? ¿Hay margen suficiente?
-En esta epidemia está siendo muy difícil hacer previsiones. Ha sorprendido a todo el mundo. Así que lo prudente es planificar respuestas que permitan abordar escenarios más complicados de lo previsto. En Valdecilla hemos planificado para llegar hasta 500 camas de hospitalización y aproximadamente 75 de UCI, lo que es un margen suficiente. La situación en Cantabria ha evolucionado favorablemente. Con los datos actuales es probable que después de Semana Santa podamos disminuir progresivamente camas Covid y reajustar algunos de los servicios que hemos tenido que desplazar.
-¿Hay coordinación en la respuesta a la epidemia con los hospitales comarcales?
-La coordinación se ha liderado desde la Consejería y el Servicio Cántabro de Salud. Nos reunimos todos los días para analizar la situación y tomar medidas conjuntas. El Servicio de Salud en Cantabria es muy potente, tanto en Atención Primaria como en los hospitales. Sierrallana y Laredo han hecho un enorme esfuerzo y un trabajo excepcional. Esta tarde, mi aplauso de las 20.00 horas va a estar dirigido especialmente a ellos.
-¿Dentro de esos planes de anticipación al propio curso de la epidemia, han contemplado cómo actuar en caso de que llegue el colapso a las UCI?
-Tenemos espacios disponibles, respiradores, y sobre todo equipos profesionales muy competentes, expertos y absolutamente implicados en la gestión de esta crisis. A los equipos de cuidados intensivos se han añadido los servicios de anestesia y cardiología críticos. En cuanto a espacios, actualmente tenemos 56 camas, pero tenemos otros dos escenarios preparados por si fuera necesario. Los profesionales están haciendo un trabajo fantástico, además con iniciativas maravillosas de humanización. El escenario de colapso en las unidades de intensivos no lo contemplamos. Nuestros ciudadanos deben saber que vamos a dar una asistencia de calidad.
-¿Para un médico hay algo más difícil que tener que elegir a quién salvar?
-Durante esta crisis, en Valdecilla no ha sido necesaria la toma de decisiones que quiten ningún derecho individual. Lo estamos haciendo como siempre. Por encima de todo, prevalece la persona, el individuo. Sin embargo, no estamos acostumbrados a trabajar en las condiciones que impone el aislamiento, tan difíciles para profesionales, familias y pacientes. En estas circunstancias hemos apostado por la humanización. Los profesionales se están volcando y han desarrollado numerosas iniciativas como el proyecto CO-VID, comunicación y vida liderado desde el Servicio de Psiquiatría. Sentimos enormemente el fallecimiento de 26 personas en unas condiciones difíciles de aislamiento estricto. Queremos transmitir a sus familias que les hemos dado todas las posibilidades de tratamiento y que los profesionales les han acompañado, querido y cuidado.
-¿Cómo está viviendo el colectivo sanitario esta crisis? ¿Qué proporción de profesionales han pedido ese apoyo emocional ofrecido desde el Servicio de Psiquiatría?
-El Servicio de Psiquiatría está realizando una extraordinaria labor de apoyo, tanto a profesionales como a enfermos y familiares. Aunque esta situación supone una enorme presión que afecta de forma desigual a cada persona, creo que en estos momentos prevalecen el sentido de responsabilidad, la vocación profesional y el cuidado de nuestros pacientes sobre nuestro bienestar personal. Hablamos de compromiso con nuestros ciudadanos, de solidaridad entre compañeros, de sensación de pertenencia a nuestro hospital. Son nuestros valores, pero la situación es complicada y dura. Por eso las muestras de cariño recibidas desde la sociedad sirven cada día para reforzarnos.
-Se vivió con emoción la salida de la UCI del primer extubado. ¿Puede apuntar algún otro momento que quedará entre los recuerdos de esta crisis?
-La situación inicial era tan extrema y con tantas incertidumbres que cualquier buena noticia se recibía con especial emoción. La salida del primer extubado significó la victoria frente a la enfermedad de un paciente en estado crítico; las primeras altas hospitalarias, el retorno al entorno familiar; el primer nacimiento, la ilusión de la vida a pesar de virus. Las personas mayores trasladadas a Liencres tras superar la fase aguda de la enfermedad nos recuerdan nuestro compromiso hacia ellos.
-Tiene a más de 65 profesionales de baja por contagio, ¿la falta de personal puede suponer un grave problema en servicios clave?
-Es prácticamente imposible que no haya profesionales afectados. En Valdecilla tenemos una tasa de infección en el personal del 1,2%. Jamás diré que es una buena cifra, por respeto a los compañeros contagiados, pero estoy completamente seguro de que es de las mejores del país. Para controlar al máximo esta situación hemos potenciado las consultas del Servicio de Riesgos Laborales con una consulta de Enfermedades Infecciosas. Entre ambas han valorado a más de 1.500 profesionales, de los cuales el 6% está afectado. Cada vez que se detecta un caso, se realiza un estudio completo del entorno. Además, hemos realizado cribados a todos los profesionales de algunos servicios esenciales. Cada caso nuevo nos duele, siempre es una pésima noticia. Estamos atentos y les deseamos a todos una pronta recuperación.
-Han circulado críticas de personal del hospital por la carencia de equipos de protección. ¿Ha faltado material?
-En Valdecilla no ha faltado material. Siempre hemos insistido en el cumplimiento de las normas básicas de prevención, y en el uso adecuado de los equipos de protección (EPIS). Ya en febrero pusimos en marcha un plan de adquisición y custodia del material que nos ha permitido que los profesionales siempre puedan llevar el nivel de protección adecuado a su actividad. Agradecemos al Gobierno de Cantabria su esfuerzo.
-Nadie estaba preparado para esto. La infección por coronavirus es un huracán, te destruye un hospital en cuestión de días. El problema es la contagiosidad, la transmisión de la infección... En la organización se comporta igual que en los pacientes; en las personas utiliza las propias células para reproducirse; en el hospital, a los profesionales y enfermos que se contagian para transmitirse de forma imparable. En este sentido, los hospitales grandes somos más débiles que los centros más pequeños, porque tenemos muchas puertas abiertas, más profesionales, más enfermos y áreas que no podemos cerrar. Cuando estamos unidos, somos muy fuertes. Tenemos momentos inolvidables: la reunión con todos los jefes de servicio cada día a primera hora. Es imposible hablar de nuestra enfermería sin emocionarse, han hecho un trabajo extraordinario. No hay huracán vírico que pueda doblegar nuestro hospital, que ha respondido excelentemente. No ha habido ningún caos. Ni demoras en Urgencias. Siempre ha habido disponibilidad de camas de hospitalización, y a los pacientes se les ha tratado con todos los medios necesarios para el diagnóstico y el tratamiento más adecuado.
-Sí, efectivamente, este es uno de los efectos colaterales del coronavirus. Queremos trasladar un mensaje de tranquilidad a todas aquellas personas que, en estas fechas, tengan que ser atendidas en el hospital. Para garantizar una estructura hospitalaria segura hemos mantenido un hospital NO-Covid, que cuenta con un circuito asistencial completamente separado del hospital Covid. El mensaje que queremos transmitir es: si no es necesario quédate en casa, pero si nos necesitas no dejes de venir, estamos aquí para atenderte.
-La situación del país, de las personas. Esta es una crisis social y económica sin precedentes que excede a la crisis sanitaria. Vamos a quedar muy tocados, la recuperación no va ser fácil.
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