Secciones
Servicios
Destacamos
Los datos evidencian una desigualdad que perjudica a las mujeres en Cantabria; desde el ámbito laboral, educativo o familiar, este decálogo dibuja una realidad que apremia a la sociedad a tomar partido por la igualdad, que hoy celebra su día.
Las mujeres copan las jornadas parciales, con una diferencia importante respecto de los hombres. El 96% de los hombres tienen un contrato a jornada completa, frente al 80% de las mujeres en Cantabria. Este indicador, traducido a la inversa, deja a las mujeres con jornadas más reducidas y, en consecuencia, con salarios más bajos. Además, la maternidad y paternidad tienen efectos contrarios en mujeres y hombres, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística. La maternidad lastra la carrera profesional de las mujeres, y lleva a aquellas con hijos a tener tasas de empleo dos puntos inferiores de las que no tienen criaturas. Pero en el caso de los hombre se se produce el efecto contrario y, entre ellos, la tasa de empleo es superior después de tener hijos que antes de tenerlos: en concreto este indicador es cinco puntos superior para aquellos hombres trabajadores que tienen hijos frente a los hombres que no tienen criaturas a su cargo. Por último, y a pesar de la Reforma Laboral, la contratación temporal afecta en mayor medida a las mujeres: los datos cántabros dejan un 18% de mujeres con contratos temporales, frente al 13% de los hombres, según la última Encuesta de Población Activa del último trimestre de 2022.
La brecha salarial entre hombres y mujeres en Cantabria superó, en 2020, los 4.800 euros anuales, según datos del INE. ¿A qué se debe esta frontera? En buena medida, esta diferencia de renta anual se debe a que las mujeres tienen trabajos parciales, temporales o con reducciones de jornada para permitir la conciliación. Según la última Encuesta de Estructura Salarial mencionada, correspondiente al año 2019, el salario medio bruto de las trabajadoras de Cantabria alcanzó los 20.600 euros, tras aumentar casi un 5% y en 970 euros en comparación al año anterior; el doble en cuantía que el incremento registrado en las remuneraciones masculinas, 446 euros y un 2,7% más (de 25.349 a 25.795 euros). De esta manera, según UGT, la brecha salarial de género está en Cantabria en un 20% y 5.195 euros anuales, una cantidad que baja según las últimas cifras disponibles del INE, correspondientes a 2020, al cifrarlo en 4.800 euros de diferencia entre las nóminas que reciben los hombres y las mujeres. A esta bajada ha contribuido, según el informe de UGT, a las subidas del SMI (Salario Mínimo Interprofesional) lo que recortan las diferencias de las remuneraciones entre trabajadores y trabajadoras, ya que «sufren la temporalidad y la precariedad laboral y tienen los salarios más bajos».
La excedencia por el cuidado de menores o personas dependientes es otro de los indicadores que muestra una gran desigualdad en la región. Según los últimos datos publicados por comunidades autónomas, 9 de cada 10 personas que se acogen a una excedencia por motivos familiares en Cantabria es mujer. El indicador cántabro se encuentra tres puntos porcentuales por encima de la media nacional, que se queda en un 87%, frente al 90,3 de la región. Según las cifras absolutas, publicadas por el Ministerio de Trabajo y pertenecientes a las estadísticas de 2021, la distribución de las excedencias por cuidado de menores y personas dependientes al cargo quedó así: de las 270 solicitudes de excedencia que se realizaron en la región ese año, 244 eran de madres y solo 26 en el caso del padre. Sin embargo, este indicador quizá sí sea uno de los que más evolución ha registrado desde la puesta en marcha de medidas más igualitarias en el mundo laboral, aunque avanza a pasos lentos: en 2005, el reparto de las excedencias por sexo dejaba un dato casi absoluto: el 97% de quienes se acogían a esta medida era una mujer. Aquel año, solo 6 hombres se acogieron a una excedencia, frente a casi 200 mujeres en el mismo periodo de tiempo.
El tiempo de retirarse para las mujeres marca otro de los momentos de desigualdad. Los salarios más bajos, la mayor probabilidad de tener un trabajo a jornada parcial o la salida del mercado laboral para afrontar otros planes vitales, como la maternidad, impactan de lleno en el momento de la jubilación de las cántabras. Tal es así, que según los últimos datos de pensiones en la región, las mujeres cobran, de media, 500 euros menos al mes en concepto de jubilación. La pensión media de los trabajadores llega hasta los 1.474 euros, y en el caso de las mujeres se queda en 942 euros al mes. Estos indicadores laborales previos también lastran los ingresos de las mujeres cuando deben acceder a una incapacidad permanente: por este concepto, la pensión media de las mujeres es de 211 euros menos mensuales. La mayor longevidad de las mujeres y el nivel salarial adquirido por los hombres en su etapa laboral también se refleja en las pensiones po rviudedad. En este campo, las mujeres reciben, de media, mejores pensiones que los hombres: según los datos del Instituto Nacional de Estadística, las mujeres cobran 250 euros de media más que los hombres. También es ligeramente superior en el caso de prestaciones por favor familiar, unos 20 euros al mes.
Las mujeres suman el 36% del alumnado en titulaciones del ámbito de la Tecnología, Ingeniería, Ciencia y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés), una cifra muy por debajo de la Unión Europea, que en el caso de los máster es más preocupante: un 24% en España frente al 52% de la media europea. Si nos fijamos en la Universidad de Cantabria, las mujeres son minoría en titulaciones como Ingeniería en Recursos Mineros, con un 9%, situación que se repite en Ingeniería Informática, el programa Cornell (titulación bilingüe en Ingeniería Civil) o en Ingeniería Marítima, donde solo un 14% son mujeres.
Por el contrario, son mayoría en titulaciones dedicadas a la Educación y representan nueve de cada diez estudiantes en el doble grado de Educación Infantil y Primaria, o en Magisterio en Educación Infantil. En Ciencias de la Salud, como Enfermería, Ciencias Biomédicas o Medicina, las mujeres representan más del 80%. En la carrera científica, las investigadoras suponen el 43% de la comunidad científica, sin embargo solo el 11,5% ocupa algún puesto de responsabilidad, y con datos del CSIC en la mano, de los 96 investigadores de instituciones españolas que figuran en el 1% de los científicos más citados del mundo, 85 son hombres y solo 11 son mujeres.
n la universidad, las mujeres son mayoría. Sin observar las distintas ramas de estudios, la proporción de mujeres egresadas cada curso es de seis mujeres de cada diez estudiantes universitarios. Pero el reflejo en la incorporación al trabajo es algo más injusta y así se refleja en las cifras de la EPA. El 79,5% de las mujeres cántabras con titulación superior tiene un empleo, según la media del año 2022. En el caso de los hombres, es del 82,2%. Y según se va bajando en la escala educativa, las brechas en el acceso al empleo de las mujeres son todavía más abruptas. Tal es así que entre aquellas mujeres con una titulación básica, es decir, por debajo del Segundo Ciclo de Educación Secundaria, la tasa de empleo no llega al 50%, mientras que en el caso de los hombres, este indicador supera el 73% de tasa de empleo en ese mismonivel educativo.
Estos indicadores se suman a la mayor predisposición de las mujeres a seguir formándose a lo largo de su vida laboral, aun teniendo un empleo. El 18% de las mujeres cántabras de entre 25 y 64 años sigue formándose en etapas posteriores a los estudios secundarios y universitarios, según recoge el portal estadístico del Ministerio de Educación, frente al 15% de los hombres del mismo grupo de edad.
El 2,9% de las trabajadoras en Cantabria tiene un puesto directivo o de gerencia. Es lo que se concluye de la última Encuesta de Población Activa, referente al cuarto trimestre del pasado año. La proporción de hombres en los mismos puestos directivos es del doble: el 5,3%. Sin embargo, se trata de una proporción que ha ido a la baja en los últimos años para ambos sexos: en el caso de las mujeres ha caído en un punto porcentual y, en el caso de los hombres, 2. Por contra, las mujeres ocupan los puestos intermedios y sobre todo los relacionados con oficina y con comercio al por menor: según la última EPA, la mitad de las trabajadoras en Cantabria se encuentra englobada en estos grupos laborales.
En concreto, según la información relativa al último trimestre del pasado año, el 50% de las mujeres trabajadoras en la región están afiliadas en puestos relacionados con servicios de restauración, protección y venta al por menor (un 32%) y en puestos administrativos contables y trabajos de oficina (otro 18%). En el caso de los hombres, estos dos tipos de trabajos solo emplean al 20% del total de trabajadores y, por contra, se encuentran de forma mayoritaria en las funciones técnicas, industria manufacturera y maquinaria e instalaciones.
Las mujeres dedican 43 horas semanales no remuneradas a las tareas domésticas y al cuidado de menores, frente a las 28 horas que les dedican los hombres, según datos del estudio del Observatorio Social de la Fundación laCaixa 'Desigualdades de género en el trabajo remunerado y el no remunerado tras la pandemia'. De esas 43 horas no remuneradas que dedican las mujeres, 30 son al cuidado de sus hijas e hijos y 13 a las tareas del hogar, mientras que las 28 horas que dedican los hombres, 19 son para el cuidado de los menores y 9 para las tareas del hogar. Sin embargo, estas cifras han variado con la pandemia: ahora los hombres destinan 28 horas semanales al cuidado de sus hijos y tareas del hogar, esto es 4 horas más que antes del confinamiento. ¿Aqué se debe este cambio?Según el estudio, la mayor exposición a las responsabilidades familiares durante el confinamiento y la promoción de horarios laborales más flexibles son las causas de que los hombres hayan aumentado ligeramente su nivel corresponsabilidad en el cuidado de sus hijos y las tareas de su hogar. Aún así, Pese a ello, las mujeres siguen siendo las principales responsables de las tareas del hogar y de los cuidados domésticos a las que dedican un 62% de su jornada, frente al 43% que le dedican los hombres.
La programación musical del Año Lebaniego de 2023 presentó una veintena de actuaciones de las cuales ninguno de los artistas eran grupos de mujeres o solitas mujeres. Mención aparte merecen los reconocimientos oficiales que ha hecho el Gobierno de Cantabria a lo largo de su historia y que realiza a través de distintas figuras: las Medallas de Oro y Plata, el nombramiento como hijos predilectos o hijos adoptivos.
Estos galardones dieron comienzo en el año 1987 y en sus casi cuatro décadas de historia solo hay una mujer que ha recibido esta distinción: Paloma O'Shea, presidenta de la Escuela Superior de Música Reina Sofía. En Santander, la Ruta de los Ilustres (recorrido que pretende destacar las biografías de personas de relevancia cultural, científica o social) acaba de llegar a los 20 nombres y solo cinco son mujeres: las pintoras María Blanchard, y Leonora Carrington,la religiosa Ramona Ormazabal, y las escritoras Concha Espina y Matilde Camus. En cuanto a la gestión museística, de los cinco que gestiona Cultura, tres están liderados por mujeres: la Casona de Tudanca, dirigida por Agustina Monasterio desde el año pasado; Marta Sainz de la Maza, en el Museo de la Naturaleza de Cantabria, y Lucía Fernández, al frente del Museo Marítimo Cantábrico, desde febrero.
La política es otra de las áreas donde las mujeres han estado, hasta ahora, en minoría. Un ejemplo de ello es el equipo elegido para liderar las consejerías del Gobierno de Cantabria. Junto con la presidencia de Miguel Ángel Revilla y los nueve consejeros, son diez los departamentos a cubrir. De ellos, cuatro consejerías están lideradas por mujeres: la de Educación, por Marina Lombó; la de Empleo y Políticas Sociales, por Eugenia Gómez de Diego; la de Presidencia, por Paula Fernández y la de Economía y Hacienda, liderada por Ana Belén Álvarez. En la casa de representación de la ciudadanía cántabra hay paridad, pero por la mínima. De los 35 diputados del Parlamento de Cantabria, 15 son mujeres, lo que deja un porcentaje de presencia femenina del 42,9% y supera, por muy poco, los planes de las administraciones públicas a nivel estatal de impulsar la representatividad de las mujeres en los espacios políticos y de poder. Donde queda una asignatura pendiente es en el ámbito municipal, espacio en el que se nota más la ausencia de las mujeres como alcaldesas: solo 20 lideran consistorio de los 102 ayuntamientos. A pesar de ello, las mujeres lideran cuatro de los ocho grandes municipios de la región: Santander, Castro-Urdiales, Camargo y Piélagos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.