La debacle del 16
Cantabria Positiva ·
«El Gobierno de Cantabria sólo invirtió 116 millones ese año. Los ayuntamientos ejecutaron solo un 25% y el Estado lo bajó a la mitad»Secciones
Servicios
Destacamos
Cantabria Positiva ·
«El Gobierno de Cantabria sólo invirtió 116 millones ese año. Los ayuntamientos ejecutaron solo un 25% y el Estado lo bajó a la mitad»Si alguien se anima a escribir algún día la historia económica de Cantabria, no dejará de notar la debacle del año 2016. Cuando parecía que ... desde el fondo de recesión en 2013 la comunidad empezaba a remontar el vuelo con buen ritmo, de pronto muchos indicadores se deterioraron, entre ellos el del empleo. Hasta tal punto se generalizó la atonía, que incluso los discretos resultados de 2017 parecen, comparados con los del ejercicio precedente, amenísimos.
¿Cómo pudo ocurrir lo del 16? Seguro que no hubo una sola causa, pero los historiadores harán bien en reparar al menos en una de ellas: el desplome de la inversión de las administraciones públicas.
Nuestros debates presupuestarios son siempre poco rigurosos, en el sentido de que se discuten las previsiones, pero jamás las realizaciones. El debate sobre la liquidación del presupuesto, sobre lo que realmente se gastó o no, y si fue útil o no, nunca tiene lugar. Sin embargo, la ley presupuestaria es solo un 'queremos hacer', mientras que la liquidación es un 'hemos hecho'. Se debate mucho la voluntad, pero no la realidad. Me parece un fallo grueso, que convierte el debate de la ley anual en un ejercicio de propaganda política pura y dura.
Tenemos los debates imaginarios y no los reales, así nos va.
Disponemos en el Icane desde hace unos días de los datos de la actividad económico-financiera de las administraciones públicas (central, autonómica, universitaria, local) en Cantabria en el periodo 2012-2016. Y es imposible no ver el mencionado desplome de la inversión en ese último año. El Gobierno de Cantabria marcó un mínimo del periodo con solo 116 millones. La Administración del Estado bajó a la mitad de un año para otro. Los ayuntamientos ejecutaron solo un 25% de las inversiones programadas y regresaron al nivel inversor de la más aguda crisis. Hasta la Universidad de Cantabria, que tenía pintados en el presupuesto 34 millones para invertir, solamente ejecutó un 48%. En conjunto, se invirtieron en 2016 unos 100 millones de euros menos que el año previo. Si a esto añadimos la evolución también negativa de las ayudas a la inversión, el resultado fue deprimente. Se dejó de invertir un volumen equivalente a un punto del PIB regional. Una locura macroeconómica.
¿Por qué sucedió? En los ayuntamientos, por la mudanza política, la bisoñez de equipos y el clásico bajón posterior a las elecciones, bien conocido por los empresarios cántabros que suelen acudir a licitaciones. Pero no bajaron los impuestos locales. El resultado ha sido la acumulación de superávits municipales: no solo redujeron la inversión, sino que quitaron a los hogares el dinero que podrían haber gastado en el comercio local.
En España, porque 2016 fue el año de la parálisis, cuando Pablo Iglesias se negó a votar a Pedro Sánchez para La Moncloa. Ello condujo a repetir elecciones al inicio del verano, y a perder un tiempo presupuestario que, para Cantabria, era importante y no se pudo recuperar. Y en Cantabria, el presupuesto de 2016 estuvo marcado por las concesiones a Podemos, pues los partidos gobernantes prefirieron socios por la izquierda y no por el centro. Resultado: más gasto corriente y menos inversiones. Así pues, la nota común de todas estas situaciones políticas fue la influencia que las urnas habían otorgado a Podemos dentro del sistema político nacional, regional y municipal. Un experimento que a Cantabria le costó una súbita debacle.
De los 5.058 millones de euros que las administraciones gastaron en Cantabria durante 2016, solo el 5% fueron a inversiones. En 2012, en plena crisis, eran un 7%. Se invertía más cuando éramos más pobres, he ahí lo insondable, un aritmético 'j'accuse' de Zola.
El periodismo tiene la obligación de poner transparencia en la ejecución presupuestaria.
Nuestro gobierno autonómico presume de haber ahorrado en 2017 unos 30 millones que podría perfectamente haber gastado sin vulnerar sus compromisos de estabilidad presupuestaria. ¿No había colectivos cántabros necesitados de esos 30 millones? Algunos van a tener que usar con los votantes el desmemorizador de 'Men in black' si quieren seguir en el Parlamento en 2019.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias seleccionadas
Ana del Castillo
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.