Secciones
Servicios
Destacamos
Sorpresa. Desolación. Consternación. Existen muchas maneras de describir un desplome en una noche electoral. Pero quizá la mejor definición sea vacío. La sede de Ciudadanos fue esta noche una oficina desolada. Hecha de silencios solo rotos por expresiones incrédulas. Durante el escrutinio, a eso de ... las 21.00 horas, solo ocho personas ocupaban las instalaciones de la calle Cádiz y ninguna de ellas sabía si los principales candidatos, Rubén Gómez (Congreso) y Ruth Pérez (Senado), aparecerían en las horas siguientes. Había un atril solitario. «Están siguiendo el escrutinio en privado», señalaban en la sede.
Luego sí, llegó el anuncio de que la dirección del partido encabezada por Félix Álvarez analizaría los datos al final del recuento. El mensaje que confirmaba la rueda de prensa entró justamente a las 23.20 horas, nada más Albert Rivera finalizó su comparecencia en Madrid. Las noches electorales son como los trenes británicos. La coordinación y puntualidad se mantienen incluso en caso de catástrofe. Que lo fue: Ciudadanos sufrió una derrota histórica en la tradición electoral de Cantabria al caer un 68,56% en representación: de 54.161 votos cosechados el pasado abril a unos exiguos 15.390 de la convocatoria de ayer.
«Ha sido una hostia como un piano». Algunas frases tienen la virtud de decirlo todo. Rubén Gómez se expresó así, acompañado de una ejecutiva cuyos rostros lo traslucían todo, para explicar el «toque de atención» de los votantes. «No hay mucho que explicar. Son malos resultados a nivel nacional» y «una debacle en Cantabria «sobre la que tendremos que reflexionar y ver qué hemos hecho mal o bien».
El descalabro no es autonómico. Es global. Pero en la región se siente con especial tristeza. C's ha perdido la representación que logró el 28 de abril y también buena parte de su caché: ocupa el sexto lugar en el arco que se presentaba a estas elecciones, por detrás de Unidas Podemos y diez puntos por debajo de Vox. En Santander el retroceso ha supuesto quedarse en 5.178 votos frente a los más de 17.000 de abril. Pero la radiografía de la derrota es la de una fractura múltiple. En Torrelavega, segunda ciudad de la autonomía, apenas suman algo más de un millar de votos. Significativa es la caída en El Astillero, donde Ciudadanos ostenta la alcaldía y ha pasado de segunda a sexta fuerza, con 721 papeletas (en abril superó ligeramente las 2.000). En Castro Urdiales pierde casi ocho puntos y en Piélagos el descenso llega nada menos que 13 puntos (808 votos frente a los 2.860 de la anterior cita general).
El candidato, diputado efímero durante seis meses en los que ha presentado en el Congreso varias interpelaciones sobre asuntos como la influencia del Brexit en el sector pesquero de la región y el estado de los transportes, se encargó de las reacciones. Centró la derrota en un protagonista: Vox. «El pueblo, que es sabio, ha decidido que los extremos crezcan». Consideró que «después de una situación de hastío por la repetición electoral, los discursos más simples pueden ser más efectivos que otros reflexivos», aunque Rubén Gómez aseguró que no se resigna a que «en este país no haya centro político». La cúpula anunció, de hecho, su intención de «trabajar» desde hoy «para recuperar la representación que conseguimos en abril porque aquello no fue un sueño».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.