El debate del helado de cada verano
Un clásico ·
. Proliferan las heladerías, pero la discusión se mantiene. Como si de seguir a un equipo de fútbol se tratara, cada establecimiento tiene sus fieles seguidoresSecciones
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Un clásico ·
. Proliferan las heladerías, pero la discusión se mantiene. Como si de seguir a un equipo de fútbol se tratara, cada establecimiento tiene sus fieles seguidoresUno camina por el Paseo de Pereda a eso de las ocho de un día de playa -en Santander hay días buenos, malos y de playa- y, a poco que esté atento, se dará cuenta. No es que vea a parejas o familias, a santanderinos ... de toda la vida o a turistas, a madrileños de los que vienen siempre o a un par de rubios de 1,90 en chanclas y hablando en alemán comiendo helados (que también). Es que les escuchará defender que el suyo es mejor que el resto. «El tipo puede cambiar de todo: de cara, de casa, de familia, de novia, de religión... Pero hay una cosa que no puede cambiar. No puede cambiar de pasión», dice uno de los personajes de la película 'El secreto de sus ojos' en un diálogo inolvidable. Hablan de la pasión por un equipo de fútbol. Pero, aquí, vale también para el helado. «Yo de Regma», «de Capri de siempre»... Frases reales escuchadas el martes tarde. De los clásicos o de los nuevos. Porque el número de heladerías ha crecido. Mucho. Sólo en el Paseo de Pereda hay siete. Y si se le suman las cercanas (los jardines, Amós de Escalante, Plaza del Cuadro o Calvo Sotelo, por ejemplo), doce. En sólo un kilómetro de camino.
Regma, Capri, Monerris o La Polar. Las clásicas. Vacanze Romane, Vía Mazzini, 43 o Bico de Xeado, entre otras, las más recientes. Siete ejemplos (cada uno que añada lo que quiera a su lista, porque hay más). Quedan algunos establecimientos de yogur helado, aunque menos que hace unos años, cuando hubo una explosión de negocios de este tipo. Y eso sin salir de la capital, porque hay devociones muy conocidas por toda la comunidad (el famoso de queso de Helados López, en Ontaneda; los de Covadonga con origen en Torrelavega; los de Trueba, en Sarón...). Aquí es imprescindible mencionar la tradición de los pasiegos que conquistaron Francia con sus barquillos y sus helados (una historia preciosa que ya se ha contado muchas veces en este periódico).
Con el mismo parámetro El paseo por siete de las heladerías habituales en Santander ha incluido, entre la amplia oferta que existe, siete paradas (cuatro el martes por la tarde y tres el jueves como postre tras la comida). En todas se ha pedido el helado sencillo servido en cucurucho (el cono clásico), aunque se han probado diferentes sabores (eso no afecta al precio).
Regma. Paseo de Pereda, 5. Helado sencillo de cucurucho. Sabor elegido: Avellana y queso. Precio: 3,20 euros.
Capri. Paseo de Pereda, 3. Helado sencillo de cucurucho. Sabor elegido: Stracciatella. Precio: 3,20 euros.
Vacanze Romane. Paseo de Pereda, 23. Helado sencillo de cucurucho. Sabor elegido: Pistacho y tarta de queso. Precio: 2,90 euros.
Vía Mazzini, 43. Paseo de Pereda, 24. Helado sencillo de cucurucho. Sabor elegido: Pistacho de Sicilia y sobao pasiego. Precio: 2,90 euros.
Bico de Xeado. Calvo Sotelo, 16. Helado sencillo de cucurucho. Sabor elegido: Dulce de leche y nata con virutas. Precio: 3,50 euros.
Monerris. Amós de Escalante, 8. Helado sencillo de cucurucho (tienen uno pequeño). Sabor elegido: Vainilla & Cookies. Precio: 3,00 euros (el pequeño son 2,05).
La Polar. Paseo de Pereda, 34. Helado sencillo de cucurucho. Sabor elegido: Pistacho e higo. Precio: 3,00 euros.
El caso es que el debate existe. Entre locales y, contagiados por ellos, también entre foráneos. El recorrido para comprobarlo se hizo el martes por la tarde (cuatro visitas) y el jueves después de comer (otras tres) -en una sola hubiera sido demasiado-. Y más allá de probar helados (todos en el formato de cucurucho sencillo) y ver las variaciones en cuanto a tamaño, precio, cremosidad o sabor (al final, cada persona tiene su gusto), sirvió para corroborar las teorías. Primero, que el número de heladerías en un espacio reducido es amplio. Tanto, que Capri y Regma, por un lado, y Vacanze Romane y Vía Mazzini, 43, por otro, están casi pegadas (tal vez por eso, cada 'pareja' comparte precio). Y, pese a la competencia, en la visita de la tarde había cola para comprar en casi todas. También que, si uno hace mucho que no va a comer uno, se dará cuenta de la cantidad de sabores nuevos que se han ido incorporando. De la nata, el mantecado o el tutti frutti (en su día, modernísimo) al arroz con leche, el tiramisú o el sobao pasiego.
Lo mejor, con todo, los comentarios. «Regma, sin discusión», «Capri de toda la vida», «el de La Polar de higo es de higo de higuera, no de sabor a higo», «¿probamos estos de las italianas?»... El Paseo de Pereda convertido en un 'simposio' alimentario -la papelera estaba abarrotada de tarrinas y envoltorios de cucuruchos de cada local-.
¿Cuál es el mejor? El que más le guste a cada uno. «Una pasión es una pasión».
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