«Debemos parar a reflexionar sobre la vida»
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La vida le ha enseñado a que nada está escrito. Tras crear una escuela en Nepal, fundó una exitosa firma de moda que ahora se ve afectada por la crisis del covidSecciones
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La vida le ha enseñado a que nada está escrito. Tras crear una escuela en Nepal, fundó una exitosa firma de moda que ahora se ve afectada por la crisis del covidCasilda Díaz de Bustamante (Madrid, 1986) tuvo que parar para volver a seguir. Con una carrera exitosa en L'Oréal Chile, decidió dejarlo todo por unos meses en Nepal. Allí construyó una escuela para niños huérfanos y creó la semilla de lo que sería su ... empresa: Stone, marca de ropa basada en tejidos naturales y materiales sostenibles que se hizo internacional de la mano de las grandes tiendas de lujo de París. La crisis provocada por el covid le ha vuelto a poner un muro en su camino. Pero incansable ante la adversidad, sabe que todo momento difícil se convierte en una oportunidad. «En este momento, Stone se encuentra en un momento de reflexión mientras se cura las heridas tras la pandemia. Una gran oportunidad para volver a mirar el mapa de rutas y escoger bien qué camino seguir».
-Su vida dio un giro cuando hace siete años se pidió un año de excedencia en la empresa en la que trabajaba (L'Oréal Chile). ¿Hay que perder el miedo a parar cuando uno se siente perdido o vacío? ¿Cuál fue su caso?
-Mi experiencia me ha enseñado que sí, que es fundamental cada cierto tiempo pararse a pensar, a reflexionar sobre qué estás haciendo y sobre cómo estás enfocando tu vida. Lo asemejo a cuando quieres alcanzar la cima de una montaña. Si vas con muchas prisas y con el único objetivo de alcanzar la cima, no disfrutas del proceso de subir, te cansas antes. Sin embargo, parando cada cierto tiempo, retomas fuerzas, reconfirmas la ruta y disfrutas del paisaje.
-Nepal no sólo le dio la fuerza para decidir su camino, sino que también para construir una escuela.
-Creo que es el proyecto más bonito que he realizado en mi vida. Yo vivía en un orfanato (más de 16.000 niños nepalíes son huérfanos o han sido abandonados) y, en ese momento, los niños no podían ir a la escuela por lejanía o por la dificultad para llegar a ellas por caminos de difícil acceso. Y un día me levanté y pensé: si ellos no pueden llegar a la escuela, hagamos que la escuela llegue hasta aquí. Así, construí, con la ayuda de gente local, cuatro aulas, las pintamos de blanco y rojo (muy alegre), compré los libros, diseñé los uniformes, conseguimos las licencias... Lo más difícil fue convencer a los profesores, pero contratamos a cinco. Fue apasionante, en cuatro meses trabajamos a destajo para inaugurarlo a tiempo, y lo conseguimos. Tristemente, con el terremoto de 2015, el edificio se vino abajo. Fue una etapa inolvidable.
-Su año en Nepal le descubre otra manera de consumir, basado en los materiales sostenibles.
-Hice grandes amigos que me ayudaron mucho con la creación del colegio. Uno de ellos tenía una fábrica de tejidos naturales. Me cedió una mesa en su despacho para trabajar por las mañanas y así poder salir del orfanato y concentrarme. Gracias a él descubrí un nuevo mundo, los procesos de producción, de hilatura, de tinte de las fibras... Y ahí es cuando me enamoré de los tejidos naturales.
-Es entonces cuando decidióvolver a Chile, pero no a L'Oréal, sino para crear su empresa, Stone, basada en la moda sostenible. ¿Qué la caracteriza?
-Sí. Ya en Nepal decidí dejar L'Oréal. Me costó tomar la decisión, pero necesitaba un cambio. Para crear Stone me inspiré en las personas que conocí en Nepal, en los paisajes, en los colores de las ciudades... De ahí nace nuestro lema: 'El homenaje a la belleza involuntaria'. También me propuse el gran reto de que si creaba una marca, un producto nuevo, sería bajo unos pilares firmes: calidad y sostenibilidad. Únicamente utilizamos tejidos naturales.
-Stone surge de explorar los productores de Nepal y Perú. ¿Cómo se hace viable su empresa?
-Volví a Chile en 2014, con una maleta llena de muestras de bufandas, gorros, guantes... Lo presenté directamente a Falabella (un equivalente a El Corte Inglés de España), quienes me hicieron mi primer pedido, un gran pedido que me permitió poner en marcha la empresa y lo que hoy es Stone.
-El mimo y respeto hacia los pequeños productores y materiales sostenibles le fueron devueltos en forma de Gisele Bündchen. ¡Otro golpe de suerte!
-¡Sí! Sorprendentemente, la primera persona que tuvo una bufanda Stone en sus manos fue Gisele Bündchen. Ella era en ese momento la imagen de Falabella y quisieron agradecerle su visita a Chile con un buen regalo y de calidad. Aún me acuerdo cuando me enviaron la foto de Gisele abriendo la bolsa de Stone. Cuando estás empezando un nuevo proyecto, este tipo de anécdotas te hacen mucha ilusión.
-Todo va como un tiro. Su colección se presenta en París y se vende en las mejores tiendas del mundo. Y llega el covid. ¿Habéis sufrido mucho?
-Mucho. El 5 de marzo de 2020 volvimos de las ferias encantados (Londres, París, Copenhague...). Teníamos todos los pedidos cerrados para la temporada de invierno. Y en abril empezamos a recibir las llamadas de clientes (tiendas multimarca), anulando los pedidos debido al cierre temporal de las tiendas y la incertidumbre que vivíamos en ese momento. Hemos vivido de cerca el cierre definitivo de tiendas maravillosas, da mucha pena.
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