«Deberían facilitar más el reciclaje»

Reducir, reutilizar y reciclar. Unas reglas que hay que seguir en este orden y que España parece no conseguir poner en práctica. Mayoritariamente la basura sigue tirándose en vertederos, tal y como señalan las últimas cifras publicadas por Eurostat, de 2017. Y es que sólo se recicló el 33% de todos los residuos urbanos, mientras que más de la mitad se descartó en vertederos. Estos datos se alejan del objetivo europeo que busca reciclar la mitad de toda la basura que se generan en hogares y pequeñas empresas.

Como excepción que confirma la regla está Cantabria, cuyos datos de reciclaje aumentan cada año. En 2018 se superaron las 18.062 toneladas de envases domésticos reciclados, incrementando tanto los depositados en el contenedor amarillo (plástico, latas y briks), que han crecido un 10,2% respecto a 2017, como los que han ido a parar al azul (cartón y papel), que se han incrementado un 6,1%, según Ecoembes. Un dato más concreto: cada cántabro separó de media 10,8 kilos de envases en el contenedor amarillo y depositó 17,3 kilos de papel y cartón en los azules.

Sin embargo, no todos los municipios tienen las mismas facilidades. Mientras las principales ciudades, como Santander y Torrelavega, tienen más cubos repartidos por la urbe, los vecinos de las pequeñas poblaciones deben recorrer mayores distancias para llegar a los contenedores, lo que dificulta las tareas de reciclado. «En mi barrio no hay nada de reciclaje. Sólo hay cubos de basura, igual que hace 20 años», señala Salud González, de Los Corrales de Buelna. Vive en la calle Castilla, detrás del colegio La Salle, y se ve obligada a caminar 300 metros para poder separar la basura. «Somos una barriada de 50 vecinos, más las urbanizaciones. Deberían facilitar más el reciclaje porque, si no, te da pereza y tiras a lo cómodo», añade. En su caso, su hija de 15 años es la que le incita a reciclar porque «está muy concienciada». Pero la solución es clara. «Harían falta cubos para cartón, plásticos y aceite. Si pusieran contenedores más cerca del barrio, reciclaríamos mucho más».

Por su parte, Salvador Victorino, dueño de la joyería El Leonés y presidente de la asociación de comerciantes de Los Corrales, considera que los negocios «están comprometidos» y lo tienen «fácil» para reciclar. Y es que en el casco urbano tiene contenedores ubicados en varios puntos. «El mayor problema es que muchos dejan las cajas de cartón fuera del cubo porque no se molestan en doblarlas para que entren en el contenedor». No obstante, Salvador cree que el Ayuntamiento debería instalar más contenedores en «las zonas más alejadas del centro».

En Liébana, Óscar Vélez, dueño de la posada rural El Hoyal, en Pesaguero, dice que tiene «todos los cubos a poco más de 50 metros». «Además, a los hosteleros de la zona una empresa nos recoge el aceite usado», añadió. Sin embargo, hizo hincapié en la necesidad de «poner más cubos en las afueras». Por su parte, Gema Hoya, vecina de Cahecho, demandó la instalación de un contenedor azul. «Tengo que ir hasta el pueblo de al lado a tirar el cartón».

En Santoña, también son los vecinos del extrarradio los que habitualmente tienen que hacer más esfuerzos a la hora de reciclar. Un ejemplo son los vecinos que viven en las faldas del monte, en el entorno dal fuerte de Napoleón, por ejemplo, y que echan en falta un contenedor de vidrio. «Del resto tenemos pero, para tirar el vidrio, tengo que bajar hasta los contenedores que hay junto al colegio de Juan de la Cosa», explica Manuel Rodríguez. «Entiendo que no se puede tener todo a la puerta de casa, pero no estaría mal que se colocaran más para facilitar el reciclaje de estas botellas».

Y aunque no esté entre los productos que más se reciclan, los santoñeses también demandan más contenedores de aceite ya que la gran mayoría quedan lejos para los ciudadanos. «Mi hija me comentó que se podía reciclar el aceite que usamos para freír en vez de optar por lo fácil tirándolo por el desagüe, pero el que tengo más cerca de mi casa está en la estación de autobuses. Son cinco minutos pero ya te da más pereza», señaló María Jesús Sánchez.

Por su parte, Lucía Valle, vecina de Comillas, echa en falta «más contenedores de papel y cartón». Además, pide «más organización». «En verano, cuando la ciudad triplica el número de habitantes, los contenedores se desbordan».

La cara y la cruz del reciclaje en municipios menos poblados son Bárcena de Pie de Concha y Arenas de Iguña. El primero repartió hace más de tres años contenedores pequeños de cada residuo para tener casa y favorecer el reciclado. «Los compramos desde el Ayuntamiento y ahora la gente los llena en sus hogares y luego los lleva a los contenedores grandes de MARE, que están en el centro», relató el alcalde de Bárcena, Agustín Mantecón. Esta práctica duplicó los porcentajes de reciclaje en el municipio.

Por su parte, el alcalde de Arenas de Iguña, Pablo Gómez, lleva tiempo pidiendo la instalación de más contenedores en su municipio. «Quien menos interés tiene en que reciclemos es MARE. No nos dan facilidades». «Hablan de la España vacía, pero nos estamos quedando atrás en servicios en el medio rural», añadió. Y es que, para Gómez, «es una pena que en unos sitios, como Arenas, falten contenedores y en otros estén duplicados».

En cuanto a los residuos que por su volumen y peligrosidad no deben depositarse en los contenedores en acera y cuyos residuos voluminosos se recogen en vehículos adaptados Mare pone a disposición de los municipios que no tienen un punto limpio cerca esta prestación que ya atiende a 21 paradas de 11 municipios y dispone de cubículos de recogida en instalaciones municipales en otros quince.