![Los pasajeros en la estación de autobús, tras comunicarles el conductor que el servicio estaba cancelado.](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2024/01/20/IMG_8004-kDoG-U2101297065391v8E-758x531@Diario%20Montanes.jpg)
![Los pasajeros en la estación de autobús, tras comunicarles el conductor que el servicio estaba cancelado.](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2024/01/20/IMG_8004-kDoG-U2101297065391v8E-758x531@Diario%20Montanes.jpg)
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El reloj marcaba las 0.45 horas de anoche y los pasajeros esperaban pacientes la llegada del autobús de Alsa con destino Madrid y parada en la Terminal 4 del aeropuerto Adolfo Suárez de Barajas. Era raro, porque siempre llega unos minutos antes de la ... salida. Algunos pasajeros recibieron mensajes en sus móviles: «el servicio se ha cancelado», otros no, así que con las maletas confiaban en que fuera un error, aunque el mal tiempo y las nevadas hacían que la gente se temiera lo peor. «Hay coches tirados en Soria, pero nosotros vamos por Burgos, igual hay suerte», comentaba un paciente pasajero. Sin embargo, los peores augurios se confirmaron cuando el autobús paró y el conductor se bajó y sentenció: «El servicio con Madrid se ha cancelado».
Los pasajeros se acercaron al conductor para saber qué pasaba y qué alternativas ofrecía Alsa. Ninguna. «Yo tengo un vuelo a las 08.30 horas», dijo una pasajera con dos maletas grandes. «Tengo que volar, el lunes, trabajo», decía casi entre lágrimas. Una familia debía volar hacia Sudamérica. Tenía el vuelo también a primera hora de la mañana, las 10.30 horas. Nada. No había solución.
Desesperados, los pasajeros decidieron esperar al segundo autobús nocturno de Alsa, que sale a las 01.15 horas. «Igual nos colocan en ese otro autobús», decían algunos pasajeros que seguían insistiendo en la necesidad de ir a Madrid para coger sus vuelos. «Díganos un teléfono de la compañía para llamar y saber qué podemos hacer», nada por respuesta. El conductor solo se limitó a señalar que el servicio estaba cancelado por el mal tiempo y las nevadas, principalmente en Burgos, Segovia y Somosierra. Unos minutos más tarde llegó el segundo autobús. El conductor se bajó para explicar que el servicio estaba cancelado. «Soy el conductor, no es culpa mía», dijo. «Claro que no, señalaron algunos pasajeros, pero alguien nos tiene que decir qué hacemos ahora», apuntó otro pasajero que había dejado su hotel, debía coger un vuelo con destino a su casa por la mañana y no tenía dónde pasar la noche.
Algunos pasajeros empezaron a consultar el móvil, buscando soluciones, pero era tarde, hacía frío y la indignación iba a más. Ahora llega el momento de las reclamaciones, dijo otra pasajera: «¿Nos devuelven el dinero del billete de autobús? ¿Perdemos el dinero el vuelo? y ¿quién nos paga el nuevo trayecto a Madrid?». Muchas incógnitas en el aire.
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