El decreto del taxi permitirá crear licencias temporales en las épocas de mayor demanda

Básicamente, habrá que demostrar que existe una «insuficiencia manifiesta de la oferta de servicios de taxi para dar respuesta a las necesidades detectadas». Desde la Asamblea de Taxistas de Santander y Cantabria consideran que esta norma va en la buena dirección. Su presidenta, Pilar Terán, recuerda que era una de las demandas que hicieron al Gobierno regional cuando anunció su intención de actualizar el decreto que regula el sector y confirma que esta misma semana el colectivo se reunirá con los responsables municipales de la capital para ver cómo se materializa, porque hay muchos asuntos que están sin concretar.

Por ejemplo, Santander tiene que decidir qué tipo de canon pagarán los profesionales que consigan estas licencias de taxi temporales y las fechas del año en las que se podrán conceder. Por lo demás, lo que es seguro es que los vehículos que consigan estos permisos tendrán que cumplir los mismos requisitos que los que tienen la licencia ordinaria. El servicio será el mismo, podrán utilizar las paradas, tendrán que aplicar las mismas tarifas y deberán instalar los mismos taxímetros. Eso sí, la norma deja claro que las licencias tendrán que concretar fechas de inicio y de caducidad.

¿Quiénes podrán solicitarlas? Esa parte no está en manos de Santander ni del resto de ayuntamientos turísticos de Cantabria porque también queda detallada en el decreto. A la hora de la concesión, tendrán preferencia las personas «que ya sean titulares de una licencia ordinaria de autotaxi en esa misma entidad local». Terán añade que, en caso de que durante el concurso quede alguna vacante, también podrán acceder a ellas los taxistas que trabajen como asalariados. Eso sí, desde el colectivo entienden que estos casos serán los menos por la gran inversión que se requiere -además del coche como tal, es necesario equiparlo con el taxímetro- para empezar a recoger viajeros desde cero. Incluso podrían solicitarla personas ajenas al sector, aunque «no es lo ideal, porque alguien que ya esté dentro de la profesión va a poder dar un mejor servicio».

La otra gran novedad del decreto tiene que ver con el traspaso de las licencias -aunque el Ayuntamiento tiene que validarlo, es un acuerdo entre particulares- una vez que el taxista se jubila o cesa la actividad por cualquier otro motivo. Hasta ahora, para 'vender' la concesión, el nuevo propietario tenía que haber estado al menos un año trabajando para el anterior titular. Con la nueva redacción de la norma se suprime esta obligación, lo que flexibiliza las condiciones. «Era una de nuestras demandas y agradecemos el cambio, porque nos da mucha tranquilidad», concluye Terán.