Dejan libre a la 'banda del Kay' días después de su arresto por robar en 80 negocios

La Policía Vasca detuvo este lunes en Bilbao a cinco integrantes de la conocida como 'banda del Kay', que lleva más de dos décadas delinquiendo. Tras ser puestos a disposición judicial en la mañana del miércoles en Balmaseda, la jueza les ha dejado en libertad provisional con cargos y con la obligación de personarse en el juzgado cada quince días. La decisión de no decretar prisión preventiva, medida que sí solicitaba el fiscal en este caso, ha generado malestar en el seno de la Policía autonómica, según ha podido saber este periódico.

Un presunto integrante del grupo logró escapar de la Ertzaintza y otro no ha podido ser localizado, por lo que continúa su búsqueda para dar por desarticulada a la banda. Todos ellos cuentan con múltiples antecedentes policiales por robos con fuerza, atracos, delitos contra la seguridad vial, atentado a agente de la autoridad o violencia de género. Suman 114 detenciones anteriores.

Entre los arrestados, además del cabecilla, 'Kay', figuran dos de los hermanos Santacoloma, uno de los clanes más activos del norte de España de los últimos años. Algunos comenzaron a delinquir cuando aún eran menores. Están especializados en el robo de coches de la marca Volkswagen, que, por su potencia, utilizan en las fugas o como ariete en sus golpes. Se les imputan 115 robos, entre ellos 35 sustracciones de vehículos y 80 asaltos en empresas, bares, restaurantes, estancos, trasteros, una perfumería o gasolineras.

La operación, denominada Kaia, se inició el pasado agosto, cuando se produjo un asalto en un estanco con un coche robado en Guecho. Se encargaron del caso los agentes del Servicio de Investigación Criminal de Vizcaya (Sictb) al estar implicadas dos demarcaciones distintas. Los investigadores han llegado a identificar a ocho individuos que formaban el 'núcleo duro' de la banda. Actuaban de cuatro en cuatro, a veces seis, en dos coches, que robaban esa misma noche, y realizaban «secuencias de robos reiteradas», según explican fuentes de la investigación. Podían llegar a cometer tres o cuatro asaltos en una misma noche. Los negocios que reventaban podían estar separados muchos kilómetros entre sí, a veces en diferentes regiones.

El pasado 10 de octubre, por ejemplo, se juntaron en su punto de reunión a medianoche. Dos chabolas de un pueblo de Vizcaya, donde guardaban los objetos robados hasta que podían darles salida y donde se ha descubierto también una plantación de marihuana con más de 100 plantas. Aquel día habían sustraído dos vehículos con los que se desplazaron en primer lugar hasta una gasolinera de cobro automático, que no está regentada por ningún empleado. Allí estamparon uno de los turismos contra la caja del dinero. El automóvil quedó inutilizado, por lo que le rociaron con un spray para borrar posibles huellas. En otras ocasiones, empleaban un aerosol que aplicaban por el interior del habitáculo para después prenderle fuego.

Tras acumular suficientes pruebas en su contra, los responsables de la investigación desplegaron un operativo, en el que participaron agentes de la Unidad de Intervención, para detenerles en la madrugada del lunes. Esa noche habían sustraído una Volkswagen Touran, que suelen utilizar cuando asaltan estancos para que quepan bien los cartones de tabaco, en un garaje de Baracaldo. Cuando se estaban preparando para salir, los ertzainas pasaron a la acción. «No queríamos que llegaran a montarse en el coche, porque seguirles por carretera suponía un peligro para ellos, para nosotros y para los ciudadanos».