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Más fácil que tirar de memoria es mirar las estadísticas. Si se cogen seis estaciones meteorológicas de referencia de Cantabria (Reinosa, Los Tojos, El Astillero, Torrelavega, Castro Urdiales y Los Corrales de Buelna) y se cruzan los datos de precipitaciones durante de todo julio, el ... resultado es que sólo cuatro días estuvieron libres de lluvia. O lo que es lo mismo, que cayó con mayor o menor intensidad durante 27 de las 31 jornadas del mes, unos registros más propios del invierno o la primavera.
Después de un mes de junio que la Agencia Estatal de Meteorología calificó como «cálido y muy húmedo», las semanas siguientes siguieron el mismo camino. Porque, aunque hubo tormentas y lluvias torrenciales, los termómetros se mantuvieron en niveles relativamente elevados. De hecho, no fueron pocas las ocasiones en las que en un mismo día hizo para ponerse las botas, luego el bañador y después la chaqueta. «Sigue la inestabilidad», repetía insistentemente el responsable de la Aemet en Cantabria, José Luis Arteche, cuando después de las inundaciones que sufrieron en Arnuero, Bareyo, Santillana del Mar o Piélagos se le pedía una predicción.
Los turistas que eligieron el litoral tuvieron algo más de suerte que los del interior. En la zona de Bárcena Mayor sólo se libraron del agua cinco días a lo largo de julio, mientras que en el entorno de la bahía de Santander esa cifra ascendió a 14 y en Castro Urdiales a 19. Vistos estos últimos números con perspectiva pueden parecer demasiados, pero hay que tener en cuenta que la ausencia de lluvia no es sinónimo de sol y buen tiempo: jornadas de playa fueron muchas menos.
Hay más datos significativos. Por ejemplo, que en Santander, en lo que va de verano -estadísticamente comienza el 1 de junio y se prolonga hasta el 30 de agosto- ha caído tres veces más agua de lo normal. En concreto, casi 240 litros por metro cuadrado frente a la media de 85 de los últimos 30 años. Y el año pasado, en pleno episodio de sequía profunda, ni siquiera llegaba a los 70 litros por metro cuadrado. Las proporciones en otras estaciones meteorológicas de la comunidad autónoma no son muy diferentes.
Ayer, a pesar de que las nubes y la lluvia volvieron estar presentes en gran parte de Cantabria, comenzaron a notarse los primeros efectos de la ola de calor que a lo largo de la semana afectará a toda España y que también se manifestará -de manera más limitada- en la región. En Campoo y Valderredible, los termómetros se acercaron a los 30 grados. En cambio, en el litoral, apenas superaron los 25.
La tendencia al alza continuará durante este jueves y, especialmente, mañana, cuando las alertas por calor también tocarán Cantabria. En concreto, la comarca de Liébana, donde las temperaturas podrían alcanzar los 36 grados.
Algo menos calurosa, aunque toda una novedad en este verano atípico, será la situación en el litoral. En las zonas más cercanas al mar el mercurio se quedará en torno a los 30º grados. En cualquier caso, lo que está prácticamente descartado son las lluvias y las tormentas. Sábado, domingo y lunes el panorama será similar.
El Gobierno regional y Cermi Cantabria han editado un folleto adaptado a personas con discapacidad que contiene medidas preventivas para evitar accidentes en las playas. El tríptico, también publicado en formato estándar, está elaborado siguiendo los parámetros de lectura fácil y cuenta con un código QR que lleva a vídeo explicativo en lenguaje de signos. Recomienda leer los carteles, localizar los puestos de socorro, fijar puntos de encuentro por si alguna persona se pierde, extremar la prudencia con flotadores y colchonetas y evitar la exposición directa al sol.
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