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Cuatro niños juegan en su primer día de guardería.

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Cuatro niños juegan en su primer día de guardería. ROBERTO RUIZ

«Dejo al niño sin miedo, ahora hay más higiene que nunca»

Las guarderías abren sus puertas bajo estrictas medidas de seguridad y permiten a los padres volver a conciliar el trabajo con el cuidado de los niños

María Causo

Santander

Martes, 9 de junio 2020, 07:11

«Nos da la vida que abran las guarderías. En mi caso, los dos padres estamos teletrabajando y con dos peques en casa era un lío». Esa es la respuesta de Ana Grande sobre la reapertura de las escuelas infantiles tras casi tres meses cerradas por la pandemia de coronavirus. Ayer fue el primer día que pudo conciliar de nuevo su vida familiar y laboral tras dejar a sus dos hijos en la guardería La Media Luna, en Santander. «He dejado a los niños, me he ido al trabajo y mi marido se ha quedado teletrabajando».

Esta nueva conciliación trae consigo unas estrictas medidas de seguridad para proteger a los menores, las familias y las trabajadoras de las escuelas infantiles. En el caso de Grande, fue informada por la dueña de la guardería del nuevo protocolo. «Dejo al niño sin miedo, ahora hay más higiene que nunca. Ya nos habían comentado las medidas y también somos conscientes de que no se pueden guardar las distancias por la naturaleza de la actividad en sí misma. Contamos con ello», señala la madre.

Sin embargo, hay muchos progenitores que todavía no se atreven a dejar a sus hijos en las escuelas infantiles y otros que ya han dado por terminado el curso académico y no volverán hasta septiembre. Es el caso de Mercedes Cano, que no llevará a su hijo Nicolás a la guardería hasta después de verano. «A estas alturas prefiero que se quede en casa y vaya turnándose entre los abuelos y mi marido, que es profesor y en breve coge vacaciones».

Sobre el miedo a un posible contagio del menor, Cano asegura estar tranquila. «Confío en las medidas de las guarderías, pero yo sólo llevaba a mi hijo para que interactuase con otros niños. No era una cuestión de conciliación porque tengo flexibilidad de horario».

Imagen. Una educadora lleva a un niño de una sala a otra.

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Imagen. Una educadora lleva a un niño de una sala a otra.

Primer día

En la guardería La Media Luna, la jornada de ayer se vivió como una auténtica vuelta al cole. Con nervios por el protocolo de seguridad y con las ganas de volver a trabajar. Cristina Ruiz, propietaria del centro, comenzó antes su jornada laboral para poder ventilar las aulas antes de la apertura y para higienizar nuevamente las instalaciones. «La norma más importante es que los padres no pueden entrar a la guardería», indicó. Por lo tanto, Ana Grande se vio obligada a dejar a sus hijos en la entrada y no los pudo acompañar a clase. Además, les tomaron la temperatura a los tres. «Si alguno presentase más de 37 grados, no podría entrar al centro», explicó la directora.

«Nos da la vida que abran las guarderías. En casa estamos mi marido y yo teletrabajando, y con los dos peques era un lío»

Ana Grande | Madre de dos hijos

Tras marcharse su madre al trabajo, los pequeños se han descalzado, desinfectado los pies y zapatos y los han dejado en una caja en la entrada de la guardería. «En esta zona de la entrada también dejan su mochila con la comida y la ropa de recambio. Entran sólo con lo que llevan puesto y en calcetines y no está permitido que los coches de los niños se dejen aquí. Se los tienen que llevar los padres», apunta Ruiz.

Antes de empezar a jugar con sus otros compañeros los dos hermanos deben limpiarse las manos con gel hidroalcohólico. «Se han portado bastante bien y han cumplido con todas las normas sin rechistar. Algún otro niño se ha puesto a llorar por los cambios y el vernos a las profes con mascarilla, pero a los diez minutos se les ha pasado».

«Es imposible guardar distancia en una guardería pero intentamos enseñar a los niños a estar separados a través de juegos»

Cristina Ruiz | Guardería La Media Luna

Durante el primer día, la principal actividad ha sido enseñar a los niños a guardar la distancia de seguridad. A través de marcas dibujadas en el suelo, los pequeños intentaban situarse sobre esos dibujos, que estaban separados entre sí del resto de sus compañeros. «Sabemos que es imposible guardar las distancias en una guardería porque tenemos que darles de comer o limpiarles el pañal, pero estamos intentando enseñarles a estar separados mediante mecánicas de juego y a lavarse las manos más a menudo».

Otras novedades de la reapertura ha sido la obligación de que los niños traigan sus propias sábanas para la cuna y sus cubiertos de casa para la comida.

Imagen. Una profesora desinfecta los zapatos de los menores en la entrada.

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Imagen. Una profesora desinfecta los zapatos de los menores en la entrada. Roberto Ruiz

«Lo estamos pasando mal»

El balance del primer día de apertura de las guarderías es agridulce. A pesar de que tenían muchas ganas de abrir, hay algunas que no han conseguido el aforo deseado. Ruiz, de la guardería La Media Luna, ha abierto con casi todos los niños inscritos, pero no podrá llevar a cabo el servicio de ludoteca durante el verano, lo que les va a llevar a una situación económica «complicada».

Aurora Tijero, de la guardería Tijero, ha abierto con menos niños de los que esperaba. «A todo esto hay que sumar que el protocolo definitivo de seguridad lo publicaron en el BOC el domingo por la noche, a pocas horas de abrir. No tienen en cuenta a las guarderías y lo estamos pasando muy mal», cuenta.

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