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Las personas que cada día prestan apoyo a las víctimas no necesitan ninguna cifra estadística para sobrecogerse por la situación. Aun así, cuando se les pregunta por el incremento del 22,6% en el número de delitos contra la libertad y la indemnidad sexual en ... Cantabria en lo que va de año, no pueden evitar que el dato les impacte. Según el portal de criminalidad del Ministerio del Interior, desde enero hasta septiembre se han registrado 65 casos, frente a los 53 de los que tuvieron constancia las autoridades en el mismo periodo de 2016. De todos ellos, cuatro fueron agresiones sexuales con penetración.
«Hay que tener en cuenta que sólo sale a la luz el 10% de los episodios», explica Lourdes Díez, portavoz del Centro de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales (Cavas), que desde 1986 trabaja en la atención a los afectados. Señala que en su organización cada año tienen alrededor de 100 expedientes. En los últimos meses, sí que han notado un aumento destacado de los casos que afectan a menores -ya son más de la mitad-, pero las cifras generales son muy similares a las de ejercicios anteriores. Entonces, ¿a qué se debe ese aumento del 22,6% en los datos oficiales? Ana Bolado, representante de la Asamblea de Mujeres de Cantabria, expone su teoría: «El aumento es muy preocupante, pero por otro lado puede ser esperanzador si significa que no hay más casos, sino que se denuncian más». Es decir, que las víctimas están perdiendo el miedo.
Díez apoya ese análisis: «Notamos que hay una mayor sensibilización. La gente que acude lo hace con más iniciativa». No sabe si se deberá a que hay más información, a que se habla más de ello o a la existencia de algunos casos muy mediáticos que han puesto el problema sobre la mesa, pero es un hecho. Como la mayor implicación de los profesionales. Si hace años el profesor, el psicólogo o el policía que detecta una situación de este tipo prefería no involucrarse, ahora la actitud es muy distinta. De hecho, la mayoría de los casos que llegan a Cavas vienen derivados de los sistemas sanitario y educativo y de los Servicios Sociales. Para los profesionales que atienden a los afectados, la «mala noticia» es que no hay un perfil concreto de víctima. Da igual la clase social, la edad, las características personales... «Hay que pensar que la mayoría de estos delitos se cometen por conocidos o por familiares en el caso de los menores. Le puede ocurrir a cualquiera que esté expuesta a alguien con esa intención», detalla.
13.281hechos criminales se registraron en Cantabria entre enero y septiembre de 2017, lo que supone un aumento del 4,5%respecto al mismo periodo del año anterior. Por tipología, crecen de forma importante los delitos contra la libertad sexual y más puntualmente los de lesiones, riñas y sustracciones de vehículos. En cambio, caen los robos con fuerza en domicilios y el tráfico de drogas.
En la asociación piensan que a la vez que aumenta la sensibilización también mejora el trato a las víctimas por parte de las instituciones. Continúan los fallos a nivel judicial. La Justicia sigue siendo lenta, no tiene «la paciencia y los métodos adecuados» para tratar con menores y «a veces usa un lenguaje que tropieza con la realidad y que demuestra que no siempre lo legal es lo justo». Desde el punto de vista de la asistencia psicológica, Cavas defiende que la cobertura es buena, pero sería mucho mejor con más medios. «Hacen falta más profesionales. A la víctima de un abuso no le puedes decir que hay lista de espera y que vuelva en dos meses», puntualiza su portavoz.
Bolado es menos optimista. «Es fundamental denunciar, pero en el caso de las mujeres muchas veces resulta casi incomprensible que lo hagan porque el proceso que tienen por delante es durísimo. No es raro que se las ponga constantemente en cuestión desde el punto de vista social y judicial», denuncia. A la vez, pide medidas integrales de atención para que las víctimas que dan el paso no se encuentren solas. En su opinión, todavía falta mucho por hacer desde el punto de vista social. Y pone un ejemplo: «Cuando hay un suceso de este tipo siempre se buscan excusas, como que el agresor estaba borracho. Si te roban la cartera, seguro que eso no sería una justificación. ¿Vale más una propiedad que una vida que puede quedar destrozada?».
El informe también confirma el descenso durante este año en Cantabria de los robos con fuerza en viviendas (-10,5%), hurtos (-1,3%) y tráfico de drogas (-36%) y el aumento en otros tipos como los robos de vehículos (+1,7%) y los homicidios (+100%). En este último caso, la estadística es poco representativa porque un solo caso ya puede provocar variaciones muy grandes. Hasta septiembre se produjeron tres homicidios, en la línea de años anteriores. Lo que ocurre es que en 2016 no se registró ninguno. En términos globales, hubo un aumento del 4,5% en el número total de delitos. En total, fueron 13.281, de muy distinta categoría.
En lo que va de año, el número de robos con violencia que se produjeron en Cantabria ha caído un 10,5% con respecto al mismo periodo del mes anterior. Después de que las cifras se dispararan durante el año 2016, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han logrado frenar este fenómeno y los casos denunciados vuelven a disminuir en septiembre por tercer trimestre consecutivo. En este periodo hubo 641 episodios de este tipo frente a los 716 del ejercicio anterior.
«Es verdad que hubo un pico que ahora se corrige, pero no hay una causa concreta. Este fenómeno va por temporadas», detalla Azucena Renedo, de la Policía Nacional de Santander, que se encarga de esclarecer estos delitos. Según señala, los protagonistas de estos robos suelen ser grupos itinerantes que se mueven por toda España –incluso toda Europa– y que van cambiando de zona cuando notan que se sienten acosados. Es decir, que planifican una campaña y en el momento en que termina se marchan.
«No es solamente un robo, sino una vulneración de tu intimidad. Crea una sensación de inseguridad muy grande», remarca Renedo, quien afirma que por ese mismo motivo es por lo que los agentes ponen un interés especial en las labores de prevención de estos hechos. Por ejemplo, con más coches camuflados en las calles. «Hay muchos aspectos que no se pueden desvelar para no dar pistas», cuentan desde la Policía Nacional, que ha hecho un perfil del ladrón tipo: «hombres georgianos y mujeres croatas de mediana edad».
Por municipios, donde más desciende el número de robos en vivienda es en Castro Urdiales (-20,6%), mientras que en Santander y Camargo el porcentaje cae un 15,2% y un 8,7%, respectivamente. La única excepción es Torrelavega. Allí se produjeron 69 episodios de este tipo hasta el pasado 30 de septiembre, un 27,8% más que en el mismo periodo de 2016.
Interior también desgrana cada uno de los supuestos en los cuatro ayuntamientos cántabros de más de 30.000 habitantes. Como ocurrió en el último análisis, en el tercer trimestre Santander vuelve a ser la única gran ciudad de la región que presenta unos índices de criminalidad mejores que entre enero y septiembre de 2016. A pesar de la caída en el número de casos es del 0,8%, uno de cada tres episodios que tuvieron lugar en la región se concentraron en la capital. En total, 4.439 y de ellos 1.625 hurtos. Caen los robos con violencia (77 hechos conocidos) y el tráfico de drogas (19). En el lado contrario, suben las sustracciones de vehículos un 13,8%; en los últimos nueve meses se produjeron 66.
En Torrelavega, los delincuentes han tenido tiempo a acumular 1.248 delitos, lo que supone un incremento del 5,9%. En todas las variables que analiza el informe, la tendencia es muy similar a la de Santander. La gran diferencia, para mal, es que allí las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado aún no han logrado frenar el incremento de robos con fuerza en viviendas. En el caso de Camargo, la subida del 4,9% en la cifra total de hechos tramitados (948) tiene que ver, principalmente, por el crecimiento en los robos en la vía pública, tanto violentos como de carácter más leve. Por último, Castro Urdiales es la localidad donde más crece la delincuencia. Entre enero y septiembre de 2016 hubo 757 expedientes. Este año, en este mismo periodo, ya van 828.
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