DEMOCRACIA INTERNA Y DESGASTE

En la agrupación de Santander, la más numerosa del partido, el actual secretario general, Pedro Casares, también portavoz en la Corporación municipal, ya está desde hace diez días en la campaña con la que postula su reelección. Esta vez se propone conformar un equipo cohesionado sin fisuras, sin las concesiones que tuvo que satisfacer a los grupos y familias socialistas que lo apoyaron en su acceso a la secretaría general en pugna con Judith Pérez Ezquerra, en noviembre de 2014. Una Ejecutiva por cuotas que ha funcionado con lealtades y dedicaciones desiguales.

Desde el optimismo, Casares y su gente de confianza, alineados con la actual dirección del partido que encabeza Pablo Zuloaga, sólo estaban pendientes de conocer a su adversario para evaluar si su victoria será más o menos contundente. Tendrán enfrente –no ha sido una sorpresa para ellos- a Ramón Ruiz, un candidato potente después de que el ‘martirio’ en el Gobierno fortaleciese su perfil político.

A la facción que apoya a la exsecretaria general y vicepresidenta del Gobierno, Eva Díaz Tezanos, le ha costado designar aspirante al liderazgo del partido en Santander. A la hora de tomar la decisión manejaban varios factores. En primer lugar, la idea generalizada de que ganar la elección no es nada probable, si sirve como indicio que en las primarias la militancia santanderina apoyó claramente al bando de Zuloaga y Casares. Por otra parte, tampoco era fácil encontrar candidatos de consenso entre las diversas familias y sensibilidades con un largo historial de desencuentros. Además del veterano Ramón Ruiz se consideró la opción del joven Óscar Calzada, pero no cuajó.

Finalmente, se trataba de valorar si merecía la pena gastar la pólvora en salvas ahora o guardar la munición para las primarias que decidirán la candidatura electoral dentro de unos meses. Con Ramón Ruiz, el grupo crítico aspira, cuando menos, a obtener un resultado digno en la asamblea del próximo sábado, pero también mira al futuro. Especula con la eventualidad de unas elecciones generales anticipadas que situaran a Pedro Casares al frente de la lista socialista al Congreso de Diputados, lo que le haría más difícil mantenerse también como candidato a la Alcaldía. Todo puede ser, por elucubraciones que no quede.

En la elección de Santander también se disputan cuatro puestos en el futuro Comité Regional, con reparto proporcional a partir de un mínimo del 20%. Cuando concluya la renovación de las asambleas, el nuevo Comité Regional volverá a medir las fuerzas de los dos bandos enfrentados y verificará si hay cambios con respecto al ajustado desenlace de las primarias y el congreso, un 53% de apoyos a Zuloaga y un 46% para Díaz Tezanos.

Si en Santander van a competir primeros espadas, la pugna en Torrelavega tiene un rango inferior. El alcalde socialista, José Manuel Cruz Viadero, que en su día derrotó en primarias a la entonces regidora y secretaria general, Lidia Ruiz Salmón, esta vez ha cedido el estandarte del oficialismo a Bernardo Bustillo, de momento en liza con el concejal José Otto Oyarbide. Al sector de Díaz Tezanos le habría gustado explorar alguna otra vía, pero Oyarbide, al lanzar su campaña, no ha dejado mucho margen de maniobra. La militancia torrelaveguense también apoyó mayoritariamente a Zuloaga en las primarias.

En el conjunto de las agrupaciones no se prevén ni mucha competencia ni grandes sorpresas, aunque puede haber algunas respecto a las adscripciones que se produjeron en último proceso ganado por Zuloaga. El también alcalde de Bezana ha delegado la candidatura a la secretaría general del partido en uno de sus concejales, lo que le permitirá ganar espacio en el Comité Regional y centrar su labor en la dirección del partido y en las primarias autonómicas.

Mientras avanza el proceso de renovación en las agrupaciones, el conflicto interno ha perdido decibelios pero sigue en sordina. La vicepresidenta Díaz Tezanos, que tiene pendientes los relevos en Sodercán y MARE, acusa la soledad en el Ejecutivo y el aislamiento en las relaciones entre la dirección del partido y los demás consejeros socialistas, pero los suyos confían en su fortaleza anímica. Para eso están dando la batalla, para llegar a las primarias que definan las candidaturas electorales. Cuando eso suceda, se supone que antes del verano próximo, quedarán pocos meses para que el PSOE cicatrice las heridas antes de confrontar en las urnas en mayo de 2019 con los que son, o debieran ser, sus verdaderos adversarios.