Descartada la derivación al Hospital de Liencres de los casos cántabros

Ahora el escenario es distinto. Primero porque «el coronavirus no es el ébola», recuerdan los expertos. El Covid-19 aunque es altamente contagioso porque la población no está inmunizada como puede estarlo frente a la gripe estacional, con la que comparte los síntomas (tos, catarro, malestar general...), tiene una tasa de mortalidad del 2-3%. En la mayoría de los casos cursa de forma leve, aunque las complicaciones –igual que ocurre con la gripe– están ligadas a factores de riesgo añadidos, como el padecimiento de enfermedades previas o la edad avanzada. En cambio, el virus que brotó en 2013 en Guinea era menos contagioso, pero tenía una alta letalidad (60%).

Y segundo, ahora Valdecilla sí dispone de instalaciones adaptadas al aislamiento, mientras que Liencres tiene un inconveniente: la falta de Unidad de Cuidados Intensivos, vital para atender a posibles afectados de coronavirus con complicaciones respiratorias graves. No obstante, la gestión de esta crisis sanitaria obliga a ir adaptando las decisiones en función del avance del virus, sobre todo viendo los problemas a los que se enfrentan ya otras autonomías. Una situación que ha intensificado las reuniones de la Dirección de Valdecilla con sus profesionales, a través de jefes de servicio y mandos intermedios, para prepararse para lo que pueda venir y, a la vez, extremar las precauciones para evitar la propagación del virus en la medida de lo posible. De ahí que, además de habilitar una zona exclusiva en Urgencias para los casos bajo sospecha y un circuito de acceso a planta independiente del conducto habitual, también se estén diseñando ya itinerarios alternativos para eventuales situaciones futuras, como el acceso a las pruebas de radiodiagnóstico de un posible infectado.