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Es la crónica de una caída anunciada, pero en julio, en pleno verano, duele más. Y más aún si se trata de uno de los descensos más acusados entre los aeropuertos del país –que, de media, aumentaron su volumen de pasajeros–. El Seve Ballesteros perdió ... el mes pasado un 15% de viajeros respecto al mismo mes del año anterior (en concreto, un 14,9%) y ya acumula cerca de un 11% de pérdida (un 10,7%) en lo que va de año. De hecho, el balance de julio hace mella en la distancia no sólo con las cifras del pasado ejercicio –el del récord de viajeros–, también con las de 2019, el periodo completo previo a la pandemia y el segundo mejor registro en la historia del aeropuerto. ¿Sorpresa? Ninguna. En esto, las cuentas son muy predecibles. No engañan. Como ya explicó este periódico, la terminal cántabra mantuvo para la campaña de verano sus 29 destinos, pero se perdieron tres rutas (a ciudades que volaban dos compañías ya sólo vuela una) y numerosas frecuencias. Con menos asientos disponibles, menos pasajeros.
Sirva el ejemplo que puso El Diario en marzo basándose en un cálculo que, por entonces, hacía la Asociación de Amigos de Parayas. «Tomando como referencia los siete días centrales de la Semana Grande de Santander –que fueron, precisamente, en julio–, en relación con el verano pasado habrá seis operaciones menos con Barcelona, cuatro con Sevilla, otras cuatro con Valencia y dos con Londres, Roma y Bruselas. Eso, sólo mirando lo que ofrece Ryanair. Porque la oferta a Madrid (Air Nostrum) también será menor que en 2023 esa semana y a lo largo de los próximos meses». Ojo, que eso se contaba en marzo, pero sirve perfectamente para explicar qué ha pasado en julio.
Vamos con los números concretos. Los que este lunes hizo públicos Aena. Fueron 112.449 pasajeros. Un 14,9% menos que en 2023 y un 8,1% de caída respecto a 2019. Cayeron los viajeros y también las operaciones (8,8% y 0,8%, respectivamente). Contando los números más recientes, en lo que va de año van ya 640.798 personas por las terminales. La diferencia se va a 10.7% y a 4,1% cuando ya se ha pasado el ecuador anual.
Queda fea la comparación por tiempos y también al hacerla con los números de otros aeropuertos. Sin ir más lejos, en Bilbao –mucho más grande, es una obviedad– celebraban el balance de ayer como el mejor de su historia. Ya rozan el 10% de mejoría en el acumulado. El tema es que también crece en lo que va de año Asturias, Santiago, San Sebastián o Logroño. Aunque otros próximos (Vitoria, Valladolid, León o Burgos) sí que caen, la media de los aeropuertos de Aena refleja un aumento en positivo casi calcado al negativo que tiene la instalación cántabra (10,6%).
112.449 pasajeros
pasaron por la terminal del Seve Ballesteros durante el pasado mes de julio. En lo que va de año son 640.798, según los datos que hizo públicos Aena. En el acumulado es una pérdida del 10,7% respecto a 2023 y del 4,1% si se compara con 2019.
Y la tendencia, de momento, no va a cambiar. Viene ya desde noviembre del año pasado. El récord se celebró en 2023, pero dejó avisos en forma de caídas en los dos últimos meses del año. Sobre todo, y más allá de circunstancias puntuales (cancelaciones por la meteorología), porque hubo una ruta menos (Bucarest) y por el desplome de las dos más importantes: Madrid y Barcelona. La tendencia es a la baja desde entonces.
«He visto al Real Madrid empezar mal la temporada y luego ganar la Champions. Todavía estamos en marzo. ¿Vamos por debajo? Sí ¿Son malas las cifras? No. De todos modos, no buscamos batir récords, sino la sostenibilidad. El aeropuerto sigue manteniendo los mismos vuelos, no ha perdido nada, y creemos que va a ser un buen año», decían en los primeros meses de 2024 desde Cantur. El problema es que sí que se perdían vuelos –no destinos–, así que al poco ya dieron por imposible el récord. Sobre todo, cuando la oferta para el verano de Ryanair –con una guerra abierta por las tasas y con problemas en la entrega de nuevos aviones– incluía una reducción de más de quinientas operaciones. Eso y echarse atrás en la ruta que el Gobierno anunció con Oporto y que no llegó a despegar.
Teniendo todo eso en cuenta (Ryanair, Madrid, Barcelona...), los números han resistido lo mejor posible y estarán entre los mejores de la serie histórica. El Ejecutivo, además, acaba de sacar a licitación nuevos contratos de promoción para Madrid y Barcelona, rutas que pretende mejorar, aunque ya no lleguen a tiempo para aliviar de forma sustancial el balance de 2023.
Y, claro, la oposición está al acecho. En esto, sobre todo, el PRC (el Seve fue una de las 'niñas bonitas' de los regionalistas). El exconsejero López Marcano saltó ayer para decir que el balance contradice el «discurso hiper-optimista» pronunciado en Cabezón de la Sal por la presidenta, María José Sáenz de Buruaga, con motivo del Día de Cantabria. Dijo que los números son «auténticamente desalentadores» y exigió al Gobierno recetas que supongan «más conexiones, más vuelos y más asientos».
Aseguró eso y le pidió a Buruaga «abandonar el triunfalismo y reconocer los problemas que está provocando la falta de iniciativa y de proyectos de su Gobierno».
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