Desconcierto en los ayuntamientos sobre la aplicación del 'tasazo' de las basuras

La gestión de residuos, como muchos servicios públicos, es deficitario para las Administraciones en beneficio de los vecinos, pero esta nueva norma rompe con ese planteamiento y obliga a que cada ciudadano se haga cargo de todos los costes que genera su basura. Pero, ¿cómo se puede saber cuántos residuos genera cada uno? ¿Un hogar de tres miembros debe pagar el triple que uno individual? ¿Y si los primeros reciclan y, el segundo, no? Cómo repercutir los gastos a los vecinos de una forma justa está generando mucho desconcierto en los ayuntamientos –de todos los colores políticos– y la mayoría desconoce aún cómo lo hará. Pero el tiempo apremia, porque en apenas medio año todos tienen que aplicar ya la tasa actualizada. Torrelavega es uno de los pocos municipios cántabros que ya ha definido cómo hacerlo y se basará en el consumo de agua. A más gasto de agua, más cara será la factura de basuras. Es la fórmula que consideran más fiel para determinar si una casa genera más o menos residuos.

La incidencia del 'tasazo' en la factura de los vecinos de la capital del Besaya es la única que ya está definida porque, al aprobar sus ordenanzas para 2025, aprovecharon para incluir las novedades de este impuesto. Así, la medida se traducirá en la implantación de una nueva tarifa fija de 19 euros más otra variable en función del consumo del agua –de 0,12 euros por metro cúbico–. En resumen: antes se pagaban 19,25 euros fijos cada trimestre y, a partir del 1 de enero, se pagarán 19 fijos más ese nuevo 'extra' en función del consumo. No esperan a abril porque ya han aprobado todas sus tasas de 2025 'en pack'.

¿Cómo quedan las cuentas entonces en Torrelavega? El Ayuntamiento estima una subida cercana al 19% en la Tasa de Residuos Domésticos, unos 3 euros y medio cada tres meses. Según datos de la Concejalía de Hacienda, tres de cada cuatro usuarios de la red de agua en Torrelavega, el 76% del total, gasta menos de 30 metros cúbicos de agua cada trimestre. Teniendo esta referencia como media aproximada y con la regla anterior –de 0,12 euros por metro cúbico– en la mano, se puede calcular un incremento de 3,6 euros y una factura de 22,6 euros cada trimestre. Al año, los vecinos que consuman esos 30 metros cúbicos de agua cada tres meses pagarán unos 90,4 euros, casi 13 euros más de los 77 que se venían pagando hasta ahora.

Pero no todos lo tienen tan claro como Torrelavega. De hecho, es el único ayuntamiento que habla ya de números. En Santander no saben, de momento, cómo modificar la tasa y han encargado un informe económico-financiero a la Universidad de Cantabria (UC) para determinar los precios que deberán aplicar a cada hogar. Además, apuntan que el impuesto por el servicio de recogida de basuras lleva diez años congelado en el municipio «y el Gobierno central impone a los municipios este nuevo tributo», critica el concejal de Economía del Ayuntamiento santanderino, Javier García.

Aunque otras tasas municipales que se cobran a los vecinos con carácter anual tienen que estar aprobadas antes de que arranque el año, no es el caso de este impuesto porque es trimestral. Por eso, es suficiente con que se modifique la tasa antes de abril.

El presidente la Federación Cántabra de Municipios (FCM), Francisco Javier Camino, que también es el alcalde de Mazcuerras, señala «el nerviosismo» en el que están sumidos los regidores tanto por tener que aplicar esta nueva tasa como por el hecho de no tener unas pautas a seguir. «Es imposible saber cuánta basura genera cada uno. Al final, habrá que calcular el coste total de la gestión de residuos y dividirlo entre los vecinos. Es un sablazo que no deberíamos consentir».

Aunque muchos ayuntamientos gestionan el servicio de recogida de residuos a través de concesiones a empresas privadas, otros tantos lo hacen a través de MARE, la empresa pública dependiente del Gobierno regional. Hasta ahora, esta entidad no repercutía todo el coste de la gestión de residuos a los consistorios, sino que bonificaba una parte. Pero esto cambiará a partir de abril. «La norma nacional contempla que los ciudadanos asuman el coste real del servicio, sin bonificaciones. Por eso, los ayuntamientos tendrán que hacerse cargo económicamente del 100% de la gestión y después repercutirlo a sus vecinos», explican fuentes del Ejecutivo regional.

Las críticas a la modificación de la tasa llegan, sobre todo, de los ayuntamientos liderados por el PP, pero también hay confusión entre los socialistas. «No sabemos cómo lo aplicaremos, porque no es justo que el coste sea el mismo para el que recicla y el que no», apunta el alcalde de Colindres, Javier Incera (PSOE). Señala que en otras ciudades de España existen contenedores con chip que solo se abren con tarjetas individuales que tienen los vecinos, por lo que se conoce con exactitud lo que genera cada uno. «Pero requiere inversiones millonarias que no se pueden llevar a cabo en municipios pequeños. Tampoco es justo basarse en cuántas personas viven en cada domicilio, pues uno con seis personas igual recicla y otro con uno, no», ejemplifica.

Desde la Delegación de Gobierno recuerdan que se trata de una directriz de la Unión Europea. «De hecho, ni siquiera el PP se opuso a la Ley de Residuos y favoreció su aprobación en el Congreso», apuntan. «La cuantía total de la tasa la deben establecer cada ayuntamiento en función de sus características. Es importante resaltar que la recaudación de la tasa va a las arcas municipales, por lo que esos ingresos extra que se puedan generar van a quedar en manos de los ayuntamientos».

Hay ayuntamientos en Cantabria que no incluyen entre sus impuestos tasas de recogida de basuras. Algunos, por su pequeño tamaño, asumen el gasto directamente con su presupuesto. En el caso de Meruelo, los vecinos del municipio no pagan la recogida de basura porque allí se ubica la planta de residuos de la que hace uso toda la región. Por esa razón se alcanzó el compromiso de que estos vecinos estén exentos de pagar el servicio. Pero la nueva norma pone en jaque la promesa municipal, ya que reitera que cada uno debe hacerse cargo de su propio gasto, sin bonificaciones que valgan. El alcalde, Evaristo Domínguez, aunque aún no tiene una solución –como la mayoría de regidores–, estudiará la legislación a fondo para, dentro de la legalidad, asegurar que sus vecinos «no tienen que pagar más». «Restaremos dinero de las fiestas o de lo que haga falta, encontraremos la forma de compensar, pero apostamos en su día por no cobrar la gestión de los residuos y dentro de la legalidad haremos lo que podamos para que nuestros vecinos no tengan que pagar. Encontraremos la forma de compensar la tasa».

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