La desgracia de 'Nacio' a pocos metros de su casa

Todos sus amigos están consternados porque Ignacio era, en todos los sentidos, un tipo «extraordinario». Lo confirma también la familia: «Lo era como marido, como padre y como tío», asegura Clara, su viuda. «Estamos completamente destrozados». La mala suerte quiso que ella y el hijo de ambos, Ignacio, de 14 años, viajaran en coche tras él, a unos pocos metros, cuando se produjo el accidente.

«Es una desgracia muy grande y una situación muy triste para todos», lamenta Carlos Caramés, un buen amigo de Cernada. «Todos le apreciábamos mucho, la verdad. En estos casos siempre se dicen cosas buenas de la persona que ya no está pero es que en este caso es cierto. 'Nacio' era una gran persona y siempre que quedábamos para comer, para cenar, o para lo que fuera, era el que mostraba más disposición, el que nunca ponía una pega».

Amante del motor

Décadas atrás había sido un gran amante del motor. Llegó a conducir rallies. Lo recuerda quien fuera uno de sus primeros copilotos, José María Muela. «Me dijo, ¿tú no te animarías a acompañarme y a correr? Y le dije que sí», cuenta. «Llegamos a competir en Santillana del Mar y yo luego me retiré porque vi que no era lo mío; pero aquel tiempo dentro de un Peugeot 205 me sirvió para conocerle y para forjar la amistad que manteníamos hoy en día porque era un tipo magnífico».

Ignacio Cernada había nacido en Puente Viesgo y había vivido muchos años en Mar (Polanco) pero se había trasladado hacía tiempo a Las Presillas, donde instaló una carpintería metálica con la que se ganaba la vida. Se había casado con Clara y tenían un hijo de 14 años. «A medida que te va cambiando la vida quedábamos menos, pero la amistad seguía intacta», cuentan sus amigos. «En las últimas quedadas que habíamos hecho era claro que su pasión actual era la autocaravana. Contaba muchas historias de escapadas que hacía con ella y se le veía muy feliz».

En esas cenas, o comidas, Ignacio siempre se mostraba «risueño», recuerda Muela, que lo conoce desde hace más de 25 años. Todos saben que le echaran en falta este año en las citas de El Carabel, el bar de Zurita donde «solía parar», con la cuadrilla que tenía de Las Presillas. «Nunca faltaba a comer callos el día de San Martín, que es tradición», recuerda Caramés.

En ese mismo grupo de 'WhatsApp' que comparten todos sus amigos, la familia agradeció esta mañana todo el apoyo de la gente que les ha mostrado sus condolencias y anunció que su cuerpo será incinerado en la intimidad.

Algo inexplicable

Ignacio iba a bordo de su motocicleta la tarde de este pasado domingo cuando, por causas que aún se desconocen, se salió de la vía e impactó contra otro vehículo que se encontraba estacionado. Los hechos ocurrieron alrededor de las 17.00 horas en el punto kilométrico 223 de la carretera nacional N-634, a la altura del bar del pueblo. Hasta el lugar del siniestro se desplazaron efectivos de la Guardia Civil de Tráfico y sanitarios del 061, que solo pudieron confirmar el fallecimiento del hombre.

Según informan los testigos, la pareja del motorista conducía su propio vehículo a unos metros de distancia. También la propietaria del coche contra el que chocó Ignacio era vecina de Las Presillas. «O se ha despistado o algo le ha pasado», contaba sin poder explicarse lo sucedido. Es la cuarta víctima mortal del año por accidente de tráfico en Cantabria y el segundo motorista.