Desinfectan la casa rural de Selaya que acogió el positivo importado de Vizcaya

El pasado jueves los ocho amigos llegaron a Selaya para disfrutar de tres noches en una de las casas rurales que ofrece el lugar. Ese mismo día, a lo largo de la tarde, uno de los jóvenes empezó a encontrarse mal. Él mismo identificó alguno de los síntomas como los propios del coronavirus y optó por acercarse al consultorio médico. Allí se le realizó una primera prueba en la que dio negativo. También llamó a los propietarios del alojamiento que han estado en «permanente contacto» con los turistas. Los propios dueños destacan la «responsabilidad» con la que el grupo gestionó la situación.

Cuando el joven regresó a la casa, los chavales se organizaron y decidieron aislar al posible contagiado en una de las habitaciones y dejar uno de los baños de la casa libre para que lo utilizara solo él. Mientras, los demás se movían por el resto del alojamiento adoptando todas las precauciones necesarias para evitar la propagación del virus.

Ya el domingo, mediante la prueba PCR, se confirmó el positivo del vecino de la localidad vizcaína de Sestao. Al resto del grupo también se le realizó el test. No obstante, dieron negativo aunque también están, por el momento, en aislamiento en sus domicilios. Salud Pública activó los protocolos necesarios para ordenar el traslado en ambulancia del joven contagiado al País Vasco.

Según explicaron los propietarios de la cabaña, «el domingo por la tarde también se fueron el resto de chavales». El Gobierno vasco se ocupó de trasladar a sus casas a algunos de ellos, residentes en Sestao, para seguir la cuarentena allí, mientras que el Ejecutivo cántabro decidió aislar en la región a otros que tenían familiares y segundas residencias en Laredo y Castro Urdiales. En cualquier caso, ninguno de los turistas vascos llegó a salir del recinto de la cabaña. «No pisaron ni la localidad», insisten los dueños del alojamiento para calmar los ánimos. «Las cosas se han hecho bien», añaden. Y por eso ahora sólo quieren dejar atrás un capítulo que no se descarta que pueda volverse a ver a lo largo del verano en otros municipios.

El número de personas hospitalizadas en Cantabria como consecuencia del coronavirus ha aumentado hasta tres, cuando durante las últimas semanas sólo había habido una. Es el hecho más relevante que revelan los datos transmitidos ayer por la Consejería de Sanidad, que reflejan la evolución de la enfermedad hasta la medianoche del lunes. Una jornada en la que se detectó un nuevo positivo a través de las pruebas PCR, ajeno a los focos de Castilla-Hermida y de los marineros desembarcados en Santoña. Con este último caso, son 28 las infecciones activas en la región. Además de los tres hospitalizados (uno en Valdecilla y dos en Sierrallana), ninguno de los cuales está en la UCI, hay 25 personas en aislamiento domiciliario. El número de fallecidos en Cantabria se mantiene en 211, no habiéndose registrado ninguna muerte desde el 18 de mayo, y el balance de curados alcanza los 2.877, el 92% del total de 3.116 casos confirmados.