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Después de varios meses de retraso, ya se conoce la fecha en la que comenzará el desmontaje de la Residencia Cantabria. El consejero de ... Salud, César Pascual, ha avanzado que las obras en el edificio comenzarán este verano «o incluso antes». Pese a que en un principio la idea era comenzar el anterior verano, la paralización del contrato con Tragsa -los constructores interpusieron un recurso y acabó desestimado- provocó una demora en la entrega del proyecto.
Una actuación que pone fin a muchos años de discusión política entre los principales partidos de la región. En el caso de PRC y PP apostaron en su día por la demolición y aprovechar el terreno para otro uso. Miguel Ángel Revilla quería convertirlo en un complemento de Valdecilla como hotel para residentes, médicos y familiares de enfermos, sin embargo, María José Sáenz de Buruaga siempre abogó por instalar allí un Parque Científico de la Salud centrado en la investigación. Mientras que la postura de los socialistas fue la de «volver a darle uso» a la instalación. Así lo justificó Pablo Zuloaga, cuando ostentaba el cargo de vicepresidente en la anterior Ejecutiva regional. Y es que el edificio ha sido desde su cierre un objeto de enfrentamiento.
La publicación de un informe técnico del SCS -elaborado en 2016- concluía que reformar el edificio salía más caro que derribarlo y volver a construirlo de nuevo. En concreto, se hablaba por entonces de 39 millones de euros como coste de la rehabilitación y de 26,8 millones del derribo y de la construcción.
Con el inicio de las obras en los próximos meses, el PP coloca la primera piedra para cumplir con una de sus promesas electorales, aunque se trata de un proyecto a largo plazo que llevará más de una década poner en marcha por las dificultades que arrastra el propio edificio.
Pascual ha puesto plazo a la obra en una entrevista en RNE, en la que ha indicado que el proyecto de desmontaje ya está redactado y ha superado unos informes medioambientales «muy rigurosos». Ha recordado que el edificio no se puede derribar, sino que el desmontaje se tiene que hacer a mano, lo que va a llevar mucho tiempo. Una de las grandes complicaciones que tiene el esqueleto del edificio es la presencia de materiales tóxicos, como el amianto, que se emplearon durante la construcción del edificio, a lo que hay que sumar las sustancias peligrosas y radiactivas que se usaban para las radiografías, y que todavía permanecen allí, entre los escombros.
Por si no fueran pocos los inconvenientes que presenta la Residencia, el consejero de Salud ha explicado que en esta obra no se pueden utilizar máquinas porque su estructura es de hierro y acero y la ley obliga a reciclar esos materiales. «Para este verano ya empezarán a desmontar o incluso antes», ha resumido Pascual.
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