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La Dirección General de Tráfico ya está pensando en reducir la velocidad límite en las carreteras de doble sentido, ésas que cuando se estropean ... y crían baches, reclamamos que se arreglen para evitar que el coche se convierta en una máquina saltimbanqui. Menos mal que existe el riego asfáltico. Claro que cuando comenzamos a disfrutar de la conducción, resulta que nos colocan unos badenes reductores que llaman guardias tumbados o lomos de asno, una especie de protuberancias capaces de hacer brincar a un coche mucho más que los baches que teníamos antes.
Así es la seguridad vial, llena de curiosas y paradójicas contradicciones. La más importante de ellas supone además una especie de tortura china. Porque por un lado nos construyen carreteras que parecen aeropuertos, nos venden vehículos que vuelan como aviones y para alimentar nuestro espíritu, nos emocionan con el espectáculo de un rally o una carrera de Fórmula 1. En otras palabras, nos proporcionan los más poderosos instrumentos para correr, nos motivan a ello y cuando ponemos las manos al volante, nos echan el freno con lomos de asno y multas. Esto es un sinvivir.
Con este panorama tengo la impresión de que los conductores, más que objetivos a los que hay que proteger, somos elementos principales de recaudación a base de limitaciones que en realidad no interesa que cumplamos. Las multas y las prohibiciones parece que sólo miran para el lado de los automovilistas, cuando en realidad tendrían que proyectarse también sobre los fabricantes. Primar en los vehículos factores como la seguridad o el respeto medio ambiental antes que obsesionarse por la velocidad, sería lo más responsable, igual que colocar las señales de limitación de velocidad que quiere imponer la DGT, además de en las carreteras, en las mismas fábricas donde se construyen los coches.
Obremos todos en consecuencia y, por favor, no caigamos en la trampa de correr, aunque nos construyan carreteras que parecen aeropuertos, nos vendan vehículos que vuelan como aviones o nos inviten a hacerlo con el espectáculo de un rally o una carrera de Fórmula 1.
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