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Algo muy profundo se ha roto en el tejido morado. Al menos, lo que ayer sonó al repicar el duro y crítico mensaje de despedida en la aplicación de mensajería Telegram de Rosana Alonso al Consejo de Coordinación Estatal -el máximo órgano de Podemos-, ... fue el sonido de un auténtico desgarro. La todavía líder del partido en Cantabria, que tiene las horas contadas y será relevada por una gestora, acusó al partido de organizar un «montaje» y un «pucherazo» para derrocarla de la dirección y de «cualquier posibilidad de candidatura». Y lamentó que «existan cloacas con ratas sin neuronas en un proyecto que es de tantas» que, a su entender, actúan para «maltratar» y «pisotear los intereses de Cantabria».
Sin medias tintas, la dirigente morada reconoció que ha sido una experiencia breve, pero «intensa y amplia en cuanto al conocimiento de las artes y formas que se manejan en este partido y que desde mi característica ingenuidad nunca hubiera acertado a imaginar». Y por primera vez puso nombres y apellidos sobre la mesa. Cargó directamente contra el responsable de Recursos Humanos, Pablo Fernández, y la secretaria de Acción Institucional, Gloria Elizo, a quien situó en el medio de una trama para beneficiar a Verónica Ordóñez con la ayuda de la abogada del Grupo Parlamentario, Rebeca Tombelle, «amiga de ambas».
Alonso responsabilizó a las cuatro ante toda la 'cúpula' nacional de diseñar una operación para inhabilitarla para presentarse «como candidata a las primarias autonómicas», en un «pucherazo tan evidente», «indecente» e «infame» que «una jueza reconoció que se podían estar vulnerando nuestros derechos fundamentales y paralizó el proceso de primarias».
Llegados a este punto, la morada se refirió a los «Pablos» -el líder nacional, Pablo Iglesias, y el secretario de Organización, Pablo Echenique- a los que ha cursado «constantes solicitudes, peticiones y ruegos para reunirse» y sólo ha recibido «constantes negativas a hablarme siquiera».
Antes de que la echen de este espacio, como ella misma apuntó, quiso dar las «gracias a toda la gente guapa que andáis por aquí» y mandó un aviso directo a Iglesias -al que se refiere como «compañero PI»-: «Coraje no es fruncir el ceño cuando se lanza un discurso ni pasar la mano por encima de quienes agachan la cabeza, no es coraje, siquiera dirigir un partido. Muestra coraje quien no teme elegir a los mejores en lugar de quienes parecen dóciles. Muestra coraje, compañero, quien es capaz de mirar a los ojos a aquella a quien quiere eliminar y se atreve a explicarle por qué».
Destacó que «quien sustenta su partido en la coacción y el antagonismo constantes está reproduciendo lo peor de la construcción política española, muy lejos de la necesaria seducción y hegemonía para suscitar consenso que implican la política feminizada y plurinacional a la que apelamos constantemente». Ante todos los acontecimientos relatados, cree que «en todas partes se pudren manzanas y es lógico» -en clara alusión a las personas a las que se ha referido con anterioridad- pero, a su juicio, «expulsarlas es una necesidad y un deber imperioso para una organización digna».
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