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El ministro de Sanidad, Salvador Illa, estuvo el pasado jueves en Cantabria para tratar con las Administraciones de la comunidad autónoma asuntos sobre la evolución de la pandemia o los avances en el proceso de vacunación. Por la mañana mantuvo reuniones con la delegada ... del Gobierno, Ainoa Quiñones, y posteriormente con el presidente Revilla, el vicepresidente Zuloaga y el consejero del área, Miguel Rodríguez. Y por la tarde se desplazó hasta el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla para agradecer en primera persona a los sanitarios el esfuerzo realizado durante estos meses y conocer los trabajos en atención e investigación que se realizan en este centro. Eso era lo que figuraba en la agenda oficial que hizo público el día anterior el Ministerio.
Ayer, el Partido Popular desveló dónde estuvo entre medias y denunció lo que, a su juicio, es un «incumplimiento de las restricciones impuestas en Cantabria por la pandemia de la covid-19». Dice esto porque la comitiva, formada únicamente por miembros del PSOE, se desplazó a la Filmoteca regional, donde se «habilitó un restaurante». Por ello, el portavoz popular en el Parlamento de Cantabria, Íñigo Fernández, anunció que su grupo ha registrado una docena preguntas dirigidas al Gobierno regional para pedir explicaciones «claras y concisas» al vicepresidente sobre esa comida en la que participó y en la que, según apuntó, pudieron juntarse «11 personas».
El PP no tuvo que esperar a la respuesta escrita porque vino forma de comunicado del Gobierno regional. Aunque hasta ayer no se informó de este acto, el Ejecutivo lo enmarca en una «jornada de trabajo institucional» de Zuloaga y Rodríguez, entre otros, con el ministro Illa. El objetivo era «abordar los proyectos de carácter sanitario e investigación que Cantabria ha presentado al Fondo Europeo de Recuperación y Resiliencia».
Sí reconocen que hubo una comida, pero dentro de ese contexto de trabajo. Y ese matiz en el que insiste el Gobierno es importante, porque el decreto al respecto especifica que la prohibición que limita la permanencia de grupos de personas en espacios públicos y privados no incluye actividades laborales e institucionales. «Durante esta reunión de trabajo una empresa cántabra de hostelería sirvió un cáterin», precisa el bipartito.
Antes de conocer esta versión de los hechos, Fernández señaló la «enorme gravedad» del asunto. Con estas preguntas los populares quieren conocer los detalles de la comida y de los comensales y saber «en virtud de qué privilegio miembros del Gobierno de Cantabria pueden habilitar un restaurante en el interior de la Filmoteca, cuando todos los demás restaurantes de la región están cerrados por orden del propio Gobierno». «Si ellos tenían frío por comer en una terraza, los demás cántabros tienen el mismo frío cuando comen en una terraza. Y si ellos tienen derecho a acondicionar un restaurante en el interior de la Filmoteca, cualquier hostelero tendría que tener derecho a abrir mañana mismo el interior de su restaurante», insisten desde el PP.
También se sumó ayer a las críticas Ciudadanos. Su coordinador autonómico, Félix Álvarez, subrayó que si se confirman los hechos que denuncian los populares sería una «irresponsabilidad que alguien tendrá que asumir». Los naranjas consideran que no se puede pedir a los ciudadanos, a los autónomos y a los hosteleros que cumplan todas las restricciones, al tiempo que «los que dictan estas restricciones se las pasan por el forro de su capricho».
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