Un desvío de nueve kilómetros para unir Reinosa y Santiurde durante dos meses

Unas obras que están previstas duren algo más de dos meses, hasta principios de abril. Durante ese tiempo, los conductores tendrán que desviarse por la N-611, la carretera que avanza casi de forma paralela, a lo largo de nueve kilómetros, desde el enlace de Reinosa Norte y hasta Pesquera. Un cambio que se traducirá en más tiempo en el coche, puesto que la conducción por un solo carril de esta carretera en desuso conllevará más minutos, que por el recorrido habitual, sobre todo en las horas puntas de la mañana.

La interrupción en la A-67 se empleará para sustituir el sistema de contención de vehículos (pretiles) del viaducto de La Hía, en la calzada sentido Santander, después de que estos quedaran destrozados tras el accidente de un transporte especial el pasado 7 de octubre, cuando el vehículo y la pieza de grandes dimensiones que portaba impactaron contra los muros del viaducto y quedaron atravesados en la autovía a la altura de Lantueno.

El aparatoso accidente mantuvo cortada la autovía de la Meseta en sentido hacia la capital cántabra durante casi cinco días. Primero se abrió al tráfico uno de los carriles protegido por una barrera de hormigón y días después, el resto de la calzada tras varias jornadas de intenso trabajo con dos grúas de gran tonelaje. En ese tiempo, los usuarios de la autovía ya tuvieron que circular por la antigua N-611 (itinerario alternativo que volverá a ser empleado) para recorrer el trayecto e incorporarse de nuevo al trazado.

Para la sustitución de los pretiles -murete o vallado que se sitúa en los puentes y otros lugares para evitar caídas- se empleará maquinaria pesada (grúas, carros para hormigonado y camiones) y personal sobre la vía, lo que conlleva el cierre del tráfico sobre el viaducto, así lo concretó el Ministerio dirigido por Óscar Puente.

La primera fase de los trabajos se centrará en retirar el sistema de contención actual para después demolerlo con agua a presión (hidrodemolición) y colocar un nuevo sistema de contención metálico. Este proceso se llevará a cabo con un robot que se abastece de agua desde la unidad de alta presión, que a su vez se conecta a un contenedor cisterna de 25 metros cúbicos. El proceso, en este caso y dado que se demuele el canto completo del voladizo, requiere la instalación de un carro que recoja los cascotes.

Aunque sea puntual, ya que el proyecto final contempla dos carriles de acceso a Torrelavega. Las obras en el nuevo ramal de continuidad de Torrelavega -una actuación que servirá para acabar con el solapamiento de la A-67 y la A-8 a la altura de la capital del Besaya- avanzan y ya trabajan en la mejora de los enlaces de Sierrapando, Barreda y Torrelavega. Unas actuaciones que mermarán el acceso a Torrelavega. «Es fruto del avance de las obras», señalan desde la propia Delegación del Gobierno.

Durante la ejecución de los trabajos, se amplió de 2 a 3 carriles. En el de la derecha del todo, que hace de enlace con la A-8 dirección Oviedo; el del centro, enlace con la A-8 dirección Bilbao y y el de la izquierda que permitía el acceso a la ciudad. Desde este martes, ha regresado a su estado original, con dos carriles: el de la derecha, enlace con la A-8 dirección a Oviedo y el de la izquierda permite continuar hacia el centro de Torrelavega o coger el enlace de la A-8 en dirección Bilbao, como estaba configurado antes de iniciarse las obras. El proyecto final contempla cuatro carriles: el de la derecha, a Oviedo; el contiguo a este, a Bilbao; y los dos de la izquierda, como acceso a la ciudad.