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Es probable que usted mismo haya pasado últimamente por un buen 'trancazo'. O que haya escuchado más de una vez en su entorno laboral o familiar eso de «no quito esta tos con nada». Si el cóctel de gripe, covid y VRS (virus respiratorio sincitial), ... que tensionó el sistema sanitario a final de año y en el arranque del nuevo, ya está más que superado (aunque se dan casos sueltos a diario), quiénes son los responsables de los cuadros catarrales que están marcando el comienzo de esta primavera. Luis Viloria, jefe de Vigilancia Epidemiológica de Salud Pública, tiene la respuesta: «Tras las infecciones respiratorias del invierno, que dejaron semanas complicadas en los servicios de urgencias y los hospitales, siempre dentro de lo previsible, cuando todos esos virus se diluyen, toman el protagonismo los que hasta entonces se han mantenido en una segunda línea», explica.
Y entre esa mezcla de rinovirus, adenovirus, coronavirus (no covid) y parainfluenza, que suelen estar presentes a lo largo de todo el año, «esta vez hay un germen que está teniendo un comportamiento atípico, el micoplasma, dando lugar a un volumen de casos de patología respiratoria mucho más alto de lo esperado». Tanto, explica, que «en cuatro meses se han detectado más que en los últimos dos años juntos, algo que nos ha llamado la atención», sobre todo porque en el 72% de los diagnósticos confirmados en laboratorio (que han sido 255) los afectados son menores de 15 años. «La mayor parte nos han llegado a través de las consultas de Pediatría de los centros de salud y de los servicios de Urgencias infantiles», subraya Viloria, que recuerda que la cifra en sí de los casos registrados «sirve para constatar ese llamativo aumento (ha subido muchísimo)», porque permite comparar la tendencia de los cuadros causados por micoplasma con años anteriores, aunque en realidad la incidencia real es mayor, pues se da por hecho que habrá quien tenga un catarro originado por esta bacteria y no lo sepa, porque ni siquiera ha tenido que ir al médico, así que no se le habrá realizado una analítica específica.
«Normalmente, alguien que tenga un catarro de estos que cuesta mucho quitar es fácil que se deba a este germen», añade el jefe de Vigilancia Epidemiológica, que reconoce que hasta ahora esta bacteria, que puede causar infecciones respiratorias leves (en la mayor parte de los casos), pero también neumonías graves, «nunca había dado problemas especiales» en Cantabria.
Pero cierto es que en los últimos meses ya se había constatado un mayor impacto en Europa. «En España se empezó a notar a final de año, y es un reflejo de lo que pasa alrededor», precisa Viloria. Y también desde el servicio de Pediatría de Valdecilla confirman que «hemos tenido mucho aumento de micoplasma, una vez acabada la época de gripe y de los virus estacionales, con bastantes más neumonías atípicas». Aunque aseguran que se ha gestionado sin la presión de los meses invernales, «pero sí hemos visto más niños con clínica sospechosa de micoplasma en urgencias y hemos tenido más ingresos por neumonías atípicas derivadas de esta infección bacteriana». Hablan incluso de «un 30% de incremento respecto al año pasado». Los síntomas de estos cuadros respiratorios son similares a los de cualquier otro, aunque «lo característico del micoplasma es una tos residual y de una duración prolongada».
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