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V. S.
Santander
Miércoles, 28 de junio 2023, 13:53
Un hombre de 47 años de edad y vecino de Puente San Miguel ha sido detenido por la Guardia Civil como presunto autor de delitos de estafas en la venta de teléfonos móviles. Lo habría hecho anteriormente en Murcia y Ourense y, finalmente, se le ... ha localizado en Reocín por haber vendido los 'smartphones' falsos.
La Guardia Civil comenzó en mayo una investigación al recibir dos denuncias por la compra de móviles de alta gama que resultaron no ser tal. El presunto autor de la estafa publicitaba por internet la venta de 'smartphones' -valorados en unos 1.400€- por un precio mucho menor. Posteriormente, quedaba con los posibles compradores en la estación de tren de Puente San Miguel, en Reocín, para hacer la entrega de los teléfonos.
Los denunciantes de la presunta estafa han declarado que pagaron, en un caso, 500 euros y, en el otro, 900. En las dos ocasiones, cuando los compradores llegaron a sus domicilios, comprobaron que sus nuevos dispositivos móviles eran falsos.
Tras unas primeras pesquisas, los agentes de la Guardia Civil averiguaron la identidad del posible autor, un varón sobre el que existían dos señalamientos de búsqueda, detención y personación por un Juzgado de lo Penal de Santander, por supuestos delito de estafa en la venta de teléfonos móviles. Asimismo, le constaban dos señalamientos de averiguación de domicilio y paradero por parte de un Juzgado de Caravaca de la Cruz (Murcia). También era buscado por la Guardia Civil de Ourense. En todos los casos, por el mismo supuesto delito.
La Guardia Civil de Cantabria también ha investigado a un varón por la supuesta venta de entradas para un concierto que se celebró en Torrelavega el pasado 10 de junio. Los compradores se quedaron sin poder asistir a la actuación al haber sido ya utilizadas las entradas.
En este caso, la víctima se interesó por la compra de entradas para el citado concierto a través de una red social. Horas más tarde recibió una notificación de alguien que se ofrecía a vendérselas: ambos acordaron el pago a través de un sistema instantáneo de envío de dinero.
Una vez se produjo la transacción monetaria, el denunciante recibió los códigos QR para acceder al evento, pero cuando llegó al lugar no logró entrar, ya que los códigos habían sido validados.
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