Detenidos en La Rioja con artículos de perfumería de alta gama que robaron en Cantabria

Agentes de la Guardia Civil en La Rioja han detenido a dos hombres de 43 y 47 años, ambos de nacionalidad rumana y residentes en Zaragoza, que forman parte de un grupo criminal y que horas antes habían sustraído artículos de cosmética y perfumería de marcas «de prestigio» en un centro comercial de Cantabria cuyo valor de venta es superior a los 5.000 euros.

Los detenidos, como presuntos autores de un delito de hurto continuado, forman parte de un grupo criminal itinerante, especializado en robos mediante el método conocido como la 'bolsa o jaula de Faraday'. Cuentan con un extenso historial delictivo que incluye robos, hurtos y tentativas en centros comerciales del norte de España.

La detención se llevó a cabo en el término municipal de Alcanadre. Los agentes interceptaron un vehículo marca SAAB, y tras identificar a sus ocupantes, constataron sus antecedentes penales, lo que motivó un registro exhaustivo del coche. En el maletero se encontraron dos bolsas de papel cartón revestidas en su interior con papel de aluminio, utilizadas para inhibir los sistemas de alarma de los comercios. Además, se hallaron 127 artículos de cosmética y perfumería de nombres de alto valor.

Los detenidos no pudieron justificar la procedencia lícita de los productos e intentaron confundir a los agentes con respuestas evasivas y versiones contradictorias. Los artículos fueron incautados, y los implicados fueron trasladados a dependencias de la Guardia Civil en Alcanadre.

Las investigaciones posteriores confirmaron que una gran parte de la mercancía había sido sustraída pocas horas antes en un centro comercial de Cantabria, lo que condujo a su detención definitiva. El valor total de lo incautado asciende a 5.320 euros. Las actuaciones han sido puestas a disposición de la autoridad judicial.

El método de robo conocido como 'bolsa o jaula de Faraday' consiste en el uso de bolsas forradas con material conductor, como papel de aluminio, para bloquear los campos eléctricos generados por las etiquetas de seguridad en los productos. Esto permite a los delincuentes eludir los sistemas de alarma de las tiendas y sustraer los productos sin ser detectados por los arcos de seguridad ni por el personal.

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