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Ana del Castillo
Santander
Lunes, 5 de julio 2021, 14:23
La Guardia Civil ha detenido a dos hombres y a una mujer por secuestrar, extorsionar y agredir a un vecino de Santoña -al que conocían y seguían la pista- con el fin de conseguir 14.000 euros. Lo enjaularon durante cuatro días, pero ... acabaron soltándolo porque no cedía a sus peticiones.
Los hechos se remontan al 17 de junio. La víctima, que salía de Noja sobre las siete de la tarde después de tomar algo con unos amigos, circulaba rumbo a su domicilio por la carretera de Helguera cuando se topó en su camino con otro turismo que le impedía continuar la marcha y en el que viajaban tres personas (los tres detenidos). Sin mediar palabra, los dos hombres salieron del coche, le abrieron la puerta y comenzaron a golpearlo. Cuando consiguieron aturdir al varón, lo encapucharon y metieron en su vehículo, con el que se desplazaron hasta una cabaña aislada de Rasines. Esta construcción está ubicada en la carretera nacional 629, entre Rasines y Ampuero, muy cerca de la curva conocida como 'Once Puertas'. Según el alcalde de este municipio, Sergio Castro, se trataría de una estabulación que ha estado abandonada mucho tiempo pero que llevaba unos días ocupada.
Allí tenían todo el operativo montado: una habitación con una jaula para extorsionar a la víctima, a la que pedían -a base de golpes- 14.000 euros. Le alimentaban una sola vez al día y, aunque el hombre intentó escapar en varias ocasiones, no lo consiguió. Lo que sí pudo hacer, gracias a un despiste de los secuestradores, fue ver el rostro de la mujer, a la que conocía, y que ha servido para detener a los tres responsables del suceso.
El segundo día, los delincuentes, al no avanzar en su objetivo, se desplazaron al domicilio de la víctima, ubicado en Santoña, donde se hicieron con un segundo coche, así como con diferente documentación. No robaron nada más.
El cuarto día, sin lograr ni un solo euro del bolsillo de la víctima, los secuestradores volvieron a encapucharlo, lo metieron en un coche y lo soltaron en una calle de Santoña, donde con dos costillas rotas, golpes en la cara, brazos y piernas, logró pedir ayuda a la primera persona con la que se cruzó. A los pocos minutos una ambulancia llegó al lugar y trasladó al hombre al hospital, donde permaneció cuatro días ingresado.
Tras poner los hechos en conocimiento de la Guardia Civil se abrió una investigación que no tardó en localizar en Palencia uno de los vehículos de la víctima, el que robaron en su domicilio de Santoña. Gracias a este hallazgo, los investigadores identificaron a una mujer residente en Noja, precisamente a la que el agredido consiguió ver durante su secuestro. A partir de ahí, la Guardia Civil solo tuvo que tirar del hilo para detener a la pareja de la mujer, otro de los responsables del delito, y a un tercero, el que residía en la cabaña donde la víctima estuvo retenida. Los detenidos -con antecedentes penales por robo y tráfico de drogas- son una pareja de 42 y 43 años, vecinos de Noja, y un hombre de 45 años residente en Rasines.
En la hemeroteca de secuestros en Cantabria destaca un suceso particularmente turbio que ocurrió en 2015. Un vecino de Villapresente encargó a unos sicarios que raptaran a un empresario de Aguilar de Campoo para exigirle el pago de 30.000 euros bajo amenazas de muerte a él y a su familia. Tras sustraerle 1.700 euros, un teléfono móvil y un reloj de alta gama le dejaron abandonado.
Además, aquel mismo año hubo una ola de secuestros a empleados de banca en España. En Cantabria, se recuerdan dos sonados casos: el rapto a punta de pistola de una empleada de una sucursal de Liberbank en Galizano y el hombre disfrazado con una peluca que amenazó con un arma al director de la sucursal del mismo banco en Laredo a la salida de su domicilio. Le obligó a subirse a su propio coche y a trasladarse hasta la oficina bancaria, a ocho kilómetros. Días después, el modus operandi se repetía en un atraco en Burgos.
En agosto de 2017 dos hombres asaltaron a un vecino de Liencres cuando salía en coche de su casa. Le rociaron la cara con una sustancia que le cegó e intentaron «retenerle». Sin embargo su rápida reacción y los gritos que alertaron a los vecinos abortaron el intento de secuestro.
Y no hace tanto, en enero de este mismo año, la Guardia Civil detuvo a una decena de miembros de un grupo criminal de narcotraficantes, con un importante historial de violencia. La operación se llamó 'Lost mounts' y destapó el secuestro de un hombre durante varios días en una cabaña de Liérganes.
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