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La publicación ayer por parte del Ministerio de Hacienda de los datos de la ejecución presupuestaria de las comunidades autónomas en lo que va de año deja, a grandes rasgos, dos noticias para Cantabria. La positiva es que hasta julio, a pesar de las ... dificultades derivadas de la pandemia del covid-19, el Gobierno regional se mantiene en superávit. Es decir, que ha gastado menos de lo que ha ingresado, con una diferencia positiva de 88 millones de euros, debido principalmente a que los sobrecostes, sobre todo en materia sanitaria, se han compensado con la inyección de dinero a fondo perdido por parte del Estado.
Los ingresos no reembolsables que el presidente Revilla considera insuficientes y con cuyos criterios de reparto no está de acuerdo, ya que prima la población sobre el coste efectivo de la prestación de servicios. Hace un año, en este mismo momento, la situación era la contraria y había un déficit de 86 millones.
Una alegría para las cuentas regionales –por lo menos momentánea, habrá que ver lo que ocurre de aquí a diciembre– antes del golpe de realidad que supone la cifra de deuda pública de Cantabria: 3.509 millones de euros (el 26,1% del PIB), una cantidad nunca antes alcanzada por la comunidad autónoma. Dinero pendiente que se ha ido acumulando de ejercicios anteriores y que tendrán que pagar todos los cántabros.
330millones (+10,4%) es el aumento de la deuda pública de Cantabria en los últimos 12 meses.
En concreto, si se divide la deuda regional entre la población, a cada ciudadano le corresponderían 6.032 euros. Hay otras formas de hacerse a la idea de la dimensión del montante. Por ejemplo, es superior a todo el Presupuesto de Cantabria para 2020, que ascendió a 2.886 millones, por lo que si a lo largo de un año las consejerías no pagaran sus suministros, las nóminas de su personal o los gastos corrientes, aún no bastaría para ponerse al día con los prestamistas.
El dato de deuda no sólo es la mayor de la historia de Cantabria, también constituye el mayor incremento de España en relación al tamaño de cada comunidad autónoma. En los últimos doce meses los pasivos han crecido en 330 millones (+10,4%). La región no es el único territorio que ve incrementada su deuda, pero es aún menor consuelo saber que algunas regiones han conseguido disminuirla en este mismo periodo. Es el caso de Andalucía, Baleares, Extremadura, La Rioja y el País Vasco.
El dato de deuda no ha dejado de engordar anualmente desde 2006, antes de la crisis económica anterior. Además, también ha crecido desde 2018 en todos los trimestres salvo en una ocasión.
Ayer, la consejera de Economía, María Sánchez, no valoró estos datos, pero sí consideró «muy positivo» la medida del Gobierno de España de suspender la aplicación de las reglas fiscales en 2020 y 2021 como medida extraordinaria para hacer frente a la crisis del covid-19. Esto implica dejar sin efecto los objetivos de estabilidad y de deuda pública, así como no aplicar la regla de gasto en 2020 y 2021.
Para la socialista, es un buen «punto de partida» de cara al Consejo de Política Fiscal y Financiera que se celebrará el próximo lunes, 5 de octubre, donde se espera que se concreten las entregas a cuenta a las autonomías y cómo se van a canalizar los Fondos Europeos, información «indispensable» para la elaboración del Presupuesto de Cantabria 2021.
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