Cantabria, ante el gran sofoco del verano

Y después de una noche con 'aires tropicales' en enclaves donde la Aemet ha previsto temperaturas de o por encima de los 20º –Santander o Ajo, por ejemplo–, mañana, domingo, las alertas por calor se extienden por todo el territorio. A partir de la una de la tarde, el mapa de la comunidad autónoma se teñirá de un rojo intenso, porque la Aemet ha activado el aviso meteorológico más elevado en Liébana, en la costa, en el centro y en el Valle de Villaverde. Está previsto que este nivel se mantenga hasta las nueva de la noche y en ese intervalo, la Aemet estima que puedan darse máximas de hasta 40 grados en esas zonas. Además, la Agencia replica el aviso y el motivo para buena parte del País Vasco, y en la Cantabria del Ebro mantiene el nivel naranja, que advierte de máximas de hasta 37º.

Está por ver, no obstante, si la comunidad va a rebasar las temperaturas récord registradas el pasado agosto. El 23 de ese mes, Santander llegó a los 41º, la temperatura más alta desde 1956, año en el que la Aemet comenzó a registrar los datos. La ciudad se derritió con semejante marca, poco habitual en un verano cantábrico con valores mucho más moderados. Este mes de julio ha sido prueba de ello.

También hace un año, Ramales de la Victoria alcanzó la temperatura máxima del día –con 43,3 grados, fue el quinto municipio en la clasificación nacional de aquel episodio de calor estival– y se quedó a solo dos décimas, según recogió El Diario Montañés, del récord de 43,5º de Terán, en Cabuérniga, un enclave que ayer también brilló en el mapa del calor de Cantabria.

Dicho esto, la semana comienza el lunes de forma bien distinta. Ese día no hay prevista alerta alguna –el apartado de los avisos de la Aemet está de color verde (ninguno)–; el cielo lucirá, previsiblemente, encapotado; pueden registrarse lluvias y chubascos ocasionales en las horas centrales del día, y las temperaturas máximas van a descender de forma clara.

Casi todo el país se ha visto afectado desde el viernes por una 'dorsal anticiclónica a niveles medios', es decir, un fenómeno que trae una masa de aire muy cálida y provoca un aumento de las temperaturas. Es la cuarta ola del calor del verano, que ya no puede sino leerse y analizarse teniendo en cuenta los efectos del cambio climático.

Y aunque mañana las temperaturas van a subir en el Cantábrico, en paralelo, la ola de calor va remitir este domingo con un marcado descenso de las temperaturas por el oeste, según el pronóstico que ha lanzado la Aemet.