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Un hito para Valdecilla. El paciente trasplantado, Humberto Romero, en los días siguientes a la operación pionera. Fondo José Luis y Joaquín Arauna (CDIS).
El día que Valdecilla cambió su primer corazón
40 aniversario

El día que Valdecilla cambió su primer corazón

El 17 de diciembre de 1984 el equipo liderado por el doctor Gómez Durán realizó su primer trasplante cardiaco en una operación pionera en España que marcó la historia del hospital

Ana Rosa García

Santander

Domingo, 20 de octubre 2024, 07:38

El reloj marcaba las siete de la tarde de aquel 17 de diciembre de 1984. En dos quirófanos contiguos del entonces Centro Médico Valdecilla, un equipo de profesionales, unidos como una piña y liderados por el doctor Carlos Gómez Durán, jefe de Cirugía Cardiovascular, estaba a punto de protagonizar un hito. El hospital llevaba tiempo preparándose para aquella intervención pionera –antes del gran día, se había frustrado otro intento–, y con los nervios y la ilusión de quien sabe que está contribuyendo a escribir una página nueva en la historia de la medicina, se hizo la magia: extraer el corazón de un donante fallecido tras una caída accidental (tenía 34 años) para darle a otro paciente la única alternativa para esquivar la muerte. Aquel lunes de diciembre de 1984 llegó la hazaña, el primer trasplante cardiaco de Valdecilla, el cuarto que se realizaba en España, después de las experiencias del Hospital San Pau (Barcelona), de la Clínica Universidad de Navarra y del Hospital Puerta del Hierro (Madrid).

Esa tarde el marinero gallego Humberto Romero, de 42 años, volvió a nacer. Casado y padre de tres hijas adolescentes, había ingresado en verano aquejado por una insuficiencia cardiaca que le había causado siete infartos en cuatro años, según recogen las informaciones de la hemeroteca de El Diario Montañés, que siguió de cerca los preparativos, el desarrollo de la intervención y la evolución del trasplantado. Un equipo numeroso y bien sincronizado, en el que «todos fueron importantes, del primero al último», como recordaba el propio Gómez Durán (fallecido el 12 de junio de 2017, a los 83 años), participó en aquella operación que se prolongó durante cinco horas. En ella, no solo se extrajo el corazón que después permitiría alargar la frágil vida del marinero natural de Vigo sino que también se aprovecharon los riñones, trasplantados a otros dos pacientes.

El éxito de aquella intervención «marcó un antes y un después en la historia y el desarrollo de Valdecilla», que ha conseguido cumplir «40 años a la vanguardia», como se destacó esta semana en el acto conmemorativo celebrado en el salón de actos que lleva el nombre del impulsor y creador del programa de trasplante cardiaco, «una de las figuras indiscutibles de la cirugía mundial».

Y fue uno de sus alumnos, el cirujano Juan Francisco Nistal, que era un joven residente cuando participó en aquel primer trasplante de corazón, el encargado de organizar la jornada de celebración, en la que se repasaron los avances en estas cuatro décadas, tanto en técnicas como en tecnología y en donación, y se hizo hincapié en el complejo engranaje que hay detrás.

«Aquella intervención fue la culminación de un proceso que se venía preparando hacía tiempo. El propósito no era hacer un trasplante, sino iniciar un programa para trasplantar a mucha gente», señala Nistal, que describe la expectación en se vivió.

El doctor Carlos Gómez Durán.
Imagen - El doctor Carlos Gómez Durán.

«Había más profesionales de lo habitual en quirófano, la intervención fue muy bien y la sensación generalizada era de euforia. Todos estábamos muy contentos porque el plan salió muy bien». Una alegría que se refleja en las fotografías del equipo que participó y en las primeras palabras de Romero cuando despertó con un corazón que latía con fuerza en su pecho. «Estoy estupendamente bien», titulaba este periódico la información recabada apenas 24 horas después del trasplante. Nistal recuerda el carácter extrovertido y animoso del marinero gallego, que falleció seis años después por un cuadro de apendicitis: «Una vez recuperado, incluso se ofreció a hablar con algún candidato a trasplante que tuvimos después y que parecía reacio a la operación. Humberto se metió en la habitación y cuando salió ya le había convencido».

El cirujano se siente «un privilegiado» por «haber podido vivir todo aquello. Fue una época de mucho trabajo y esfuerzo personal, pero también muy gratificante». «Fue una actividad eminentemente coral», subraya, «porque era necesario que muchas personas hicieran su trabajo muy bien». Y la cadena no solo funcionó a la perfección aquel día que Valdecilla cambió su primer corazón y se convirtió en centro de referencia nacional, sino que desde entonces «se ha mantenido siempre a la vanguardia», como destacó Eduardo Miñambres, coordinador de trasplantes en Cantabria, en su intervención en la celebración del 40 aniversario.

A día de hoy, el hospital santanderino ha superado los 800 trasplantes cardiacos –una media de veinte al año–, el 8% de los realizados en toda España. En estas cuatro décadas «el trasplante se ha ido complicando de forma progresiva», subraya Nistal, «al empeorar las condiciones de los donantes (en los años 80 procedentes la mayoría de accidentes de tráfico, porque había una alta siniestralidad) y de los receptores (pacientes cada vez más añosos y con más comorbilidades). Pero todo eso ha convivido con una mejora en los resultados».

En su repaso histórico, Miñambres destacó el acierto que supuso que Cantabria firmara en 2008 un convenio con el País Vasco y La Rioja. «Al principio, toda la donación procedía de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), de pacientes por muerte encefálica. Hasta que se planteó la donación fuera de la UCI, con dispositivos de asistencia mecánica circulatoria (ECMO), que ha sido la pieza angular en los últimos 15 años», explicó. Así empezó la donación en asistolia (parada cardiaca), en la que Valdecilla ha marcado varios hitos: el primer trasplante de páncreas de un donante en asistolia de España (2015); al año siguiente, fue pionero en un trasplante combinado de hígado y riñón; en 2021 fue el primero del país en realizar una extracción simultánea de corazón y pulmones y ese año realizó la primera donación neonatal cardiaca de Europa.

El primer trasplante cardiaco de donante en asistolia de Valdecilla, «un proceso extremadamente complejo», llegó en agosto de 2020. Y aún faltaba el más difícil todavía (mayo de 2024): el primer trasplante de un corazón resucitado a más de cien kilómetros de Valdecilla, en un hospital del País Vasco, que recibió el cántabro Luis Ignacio Gómez, de 66 años. Una historia paralela a la de Humberto Romero, cuatro décadas después.

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