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V.S.
Martes, 5 de septiembre 2017
Era un secreto a voces desde el último Congreso Regional que proclamó como secretario general a Pablo Zuloaga: los nuevos dirigentes del PSC-PSOE tenían previsto sacar del Ejecutivo a Ramón Ruiz, mano derecha de Eva Díaz Tezanos, con el objetivo de debilitarla a ella ... . «Aislarla» en la Vicepresidencia del Gobierno, fueron las palabras que usó el domingo en Los Corrales de Buelna un alto cargo del Gabinete Revilla.
Lo cierto es que con la salida de Ruiz, la anterior secretaria general de los socialistas queda en una posición embarazosa: no solo pierde a un compañero de su máxima confianza; también le restan competencias: el área de Universidades pasará a estar controlada por Educación (y, por tanto, por Mañanes) y Sodercán también dejará de estar en su órbita, ya que pasa a manos de Juan José Sota, el actual consejero de Economía y Hacienda.
Tan comprometida termina que no se descarta que dimita del cargo en los próximos días pese a que son numerosas las voces a su alrededor que le instan a seguir en su papel, aunque solo sea por no dar satisfacción a la Ejecutiva regional del partido. En un primer momento, esta nueva dirección le ofreció convertirla en presidenta de las siglas, algo que ella rechazó y que su entorno definió como «una humillación» porque suponía dejarla con un papel puramente testimonial en el organigrama del PSC-PSOE.
Desde ese momento, los partidarios de la vicepresidenta supieron que Zuloaga tenía «muy altas ambiciones» a la hora de enfrentar unos relevos en el Gobierno a los que le da derecho el haber tomado las riendas del partido. El alcalde de Bezana no ha buscado directamente el relevo de la anterior secretaria general, pero sí da un paso con el que le hace todo el daño posible al sacar a un consejero tan allegado y debilitar su poder en dos áreas claves: Sodercán y MARE.
A nadie que circule por los surcos políticos de Cantabria se le escapa que Eva Díaz Tezanos y Ramón Ruiz han sido estrechos colaboradores en los últimos tiempos, un tándem de gestión que se hizo muy evidente durante los ocho años –entre 2003 y 2011– en que ella fue consejera de Educación y él, director general de su departamento, una etapa en la que serán contadas las fotos públicas de la responsable de la consejería en la que no aparezca cerca Ramón Ruiz.
También han sido cómplices en el devenir del partido desde 2013, cuando ella le llamó a su lado en Bonifaz. En ese momento, Ruiz dejó de ser concejal de Santander y pasó a ejercer como secretario de Coordinación y Política Institucional del PSOE y, de facto, como número dos de Tezanos. Luego lo sería también en la siguiente candidatura de los socialistas cántabros al Parlamento regional en las últimas elecciones, en las que además el consejero de Educación actuó como responsable del comité de estrategia electoral. Como secretario de Coordinación, su cometido era aunar el trabajo de las diez secretarías de área de la Ejecutiva, además de ejercer de enlace entre el partido y el grupo parlamentario.
Su marcha del Ayuntamiento de Santander tuvo un efecto colateral que ahora cobra otra perspectiva: quien le sustituyó al correr la lista en el Consistorio fue Pedro Casares, que primero se convirtió en concejal y, más tarde, en cabeza de lista al Ayuntamiento al imponerse a Judith Pérez, ahora ‘tezanista’. Casares ha jugado un importante papel en la caída de Díaz Tezanos de la Secretaría General debido a su papel de íntimo colaborador de Pablo Zuloaga, con el que está compartiendo muy en primera línea el camino a la nueva dirección del PSOE pese a que su nombre no figure en la nueva Ejecutiva.
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