«Me dieron la vuelta y uno me penetró. Me revolví, pataleé... hice lo que pude»

Pero el año pasado, cuando se reabrió el caso gracias al relato de un preso al que uno de los dos acusados reconoció la violación, los fantasmas del pasado volvieron a su vida. Este martes ha tenido que rememorar aquella fatídica noche e identificar –a través de un biombo– a dos de los tres supuestos agresores, los únicos acusados (de nacionalidad marroquí) por estos hechos (del tercero no se sabe nada) y que se enfrentan a una petición de pena, por parte del Ministerio Fiscal, de trece y siete años de cárcel, respectivamente. El primero por haberla penetrado analmente y, el segundo, como cooperador necesario.

En la primera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial, la supuesta víctima, que en el momento de los hechos tenía 16 años, relató que aquella noche mantuvo «relaciones consentidas» con un joven extranjero. Acto seguido aparecieron tres jóvenes, entre ellos los dos acusados, y «empezaron a insultarme por hacer el amor». «Me llamaron cerda, cochina... Y se mofaron por la situación. Después dice que se abalanzaron sobre ella y la agarraron de los brazos y las piernas (en el posterior parte médico se reflejó esa acción). «Me dieron la vuelta y me pusieron la cabeza contra el suelo. Me revolví, pataleé, solté los puños... hice lo que pude. Y uno de ellos me penetró analmente».

Cuando la soltaron su reacción fue lanzar una patada a sus agresores, salir corriendo hacia donde estaba su grupo de amigas y buscar a su hermana. «Después de violarme reconocí a dos de los agresores y mi hermana fue hacia ellos para preguntarles qué me habían hecho». La hermana, que también ha declarado este martes, contó que, cuando preguntó a los jóvenes qué había pasado, uno de ellos dijo que «nada», pero «salió corriendo». «Estaban muy nerviosos», apuntó antes de identificar en la sala judicial a uno de los dos jóvenes (el que no salió corriendo) a los que se dirigió aquella noche.

Aunque durante sus primeras declaraciones ante la Guardia Civil no pudo dar muchos detalles, cuando hace año y medio le mostraron una serie de fotografías entre las que aparecían los supuestos responsables de la agresión, la víctima identificó a dos de ellos. «Uno tenía los ojos muy caídos y una mirada tan sucia...», aseveró antes de volver a identificarlos, entre lágrimas, en sede judicial.

¿Cómo pudo identificarlos siete años después de los hechos si ese día declaró que no pudo verles la cara?, le preguntó uno de los abogados defensores. La joven contestó que «hubo un momento (después de la presunta violación) en el que vi a dos de ellos y se los mostré a mi hermana». Y los forenses que comparecieron este martes por la mañana, a preguntas de la acusación particular, confirmaron que la víctima puede sufrir un bloqueo tras una experiencia como esta y posteriormente recordar lo que vivió en su momento.

De su lado, los dos acusados han negado los hechos que se les imputan. Uno de ellos, el que habría contado lo que ocurrió a un compañero de celda que ha facilitado la celebración de este juicio, aseguró que «no estaba en Santander en julio de 2015». «No he cometido los hechos que se me imputan y nunca dije que había violado a nadie». Es más, sobre su compañero de celda, dice que le propuso casarse con él para obtener el permiso de residencia, «pero yo no quería». Afirmación esta que desmintió después del confidente de la Policía. «Conté lo que le habían hecho a esta chica porque a mi hermana la violaron en Marruecos y no me gustan los violadores». El otro acusado, que dice estar en «shock» tras su detención, también ha negado haber estado ese día en Revilla.

El juicio continuará este miércoles con las declaraciones de los testigos propuestos por las defensas, los informes y conclusiones y el derecho a la última palabra de los acusados.