Diez años de la muerte de Emilio Botín: así ha cambiado Banco Santander

¿Qué destaca Ana Botín de sus primeros diez años al frente del Santander? El propio edificio en el que realiza una entrevista por su aniversario como presidenta (la recién reformada antigua sede del Banco Mercantil y actual sede del Santander) con su fachada histórica y su interior modernizado sirve de alegoría para ilustrar la respuesta: renovarse o morir. «Me ha tocado consolidar primero y luego también reinventarnos», resume ella misma. Incide a la par en que «de lo que más orgullosa me siento es de haber conseguido los números, pero de manera sostenible». Y además lo hace intentando ver más allá en un mercado «que está enfocado al corto plazo y que premia los resultados más altos y más rápido».

Unas cifras que avalan la gestión de Ana Botín pese a que se puso al frente en un momento poco amable para la banca. Sobre todo, porque en 2014 en Europa había unos tipos de interés cero. Es decir, el dinero no valía nada, lo que no trae nada bueno para una compañía financiera. Ahora, Botín señala como su principal némesis a encarar la irrupción de nuevas plataformas que compiten con las entidades bancarias tradicionales. Una lucha de la que Ana Botín ha sido consciente desde sus inicios al mando del Santander. «Cuando hace diez años asumí esta responsabilidad, cambiamos gran parte del equipo y del Consejo y marcamos una estrategia donde queríamos hacer las cosas de manera diferente», recuerda.

De hecho, es «un cambio de cultura» que, según Botín, todavía no se ha reflejado en los resultados y para el que queda camino por recorrer. Sin ir más lejos, la semana pasada se daba a conocer la sustitución de Ángel Rivera como consejero delegado de Santander España por Ignacio Juliá, hasta ahora consejero delegado de ING en nuestro país. «Es un profesional joven, de gran experiencia en el modelo de banco que queremos ser», dijo la presidenta del Santander. Es más, en esa transformación del modelo bancario, también hay que destacar que se ha reducido el número de oficinas en algo más de un tercio, hasta las 8.285 sucursales, aunque el número de empleados es mayor, con 24.000 trabajadores más.

«Santander es el banco europeo con mayor potencial de creación de valor», dice Botín en la citada entrevista. Es algo en lo que coincide a preguntas de este periódico Luis Garvía, doctor en Finanzas por Icade, que además aventura que «si en los próximos años se produce alguna fusión transnacional, yo apostaría a que la va a liderar Banco Santander». El experto cree que está en una posición ventajosa por distintas cuestiones. Garvía remarca que la pérdida del valor en bolsa sufrida por el Santander es algo común en todo el sector y que la entidad de Botín ha conseguido que este descenso no fuera tan grande como en otros bancos.

También destaca como hitos claves de la gestión de la actual presidenta la compra del Banco Popular (que se une a otras como Banif en Portugal y la filial de Citi en Argentina), que había sido declarado como inviable y que «ha sabido integrarlo dentro de la estructura». Además, Garvía ensalza su gestión frente a crisis como la pandemia y el Brexit, así como encarar de la mejor manera la «tormenta» de subida de tipos que afectó a otras entidades, sobre todo en EE UU. Pero especialmente aplaude la capacidad de la compañía para adaptarse en un mercado de gran incertidumbre. La entidad relanzó en 2017 Openbank, su banco digital, que ahora desembarcará en EE UU y México. Con todo, este doctor en Finanzas resume: «Emilio Botín dejó un banco estupendo para un mundo que ya no existe; si Ana Botín no hubiera afrontado el cambio, estaría condenada al más estrepitoso fracaso».

Nacho González Ucelay

Ni la muerte inesperada del jerarca ni el correr apresurado del tiempo, diez años ya, han podido deformar la huella de tan ilustre apellido en Cantabria, donde, al contrario, esa pisada se hace cada vez más profunda al paso firme del resto de la saga. De cada uno de sus miembros, pero de uno de ellos en particular. Aquel 10 de septiembre de 2014, día en que Botín sucedió a Botín, Ana Patricia no solo asumió la presidencia de Banco Santander. También la indiscutible labor de mecenazgo que ejerció su padre –que hizo de esta virtud una de sus grandes señas identitarias– y su firme compromiso con una tierra, la suya, con la que la familia del desaparecido banquero tiene una relación muy íntima en cualquier plano.

Grandes proyectos empresariales pensados para la ciudad (el Centro Botín, el Faro Santander o la nueva sede del banco) y pequeños proyectos personales pensados para ellos mismos (las cabañas turísticas pasiegas) o para el resto de los ciudadanos (las donaciones de material sanitario, científico o deportivo o las impagables promociones turísticas de Santander y Cantabria) mantienen más fuerte que nunca el estrecho vínculo de los Botín con la región.

Imaginado por el propio banquero, que nunca llegó a verlo en pie, y hecho realidad por Renzo Piano, a quien confió su construcción, el Centro Botín vio la luz a la misma orilla de la bahía santanderina en el mes de junio de 2017, cuando el rey Felipe VI lo presentó como «un foco de desarrollo para Cantabria y para España». Eso debía ser, a los ojos del monarca, lo que hoy es, además, el mayor espacio artístico de la ciudad y todo un símbolo arquitectónico de la capital cántabra, que a lo largo de esta última década está experimentando importantes cambios arquitectónicos por cuenta de la mayor entidad financiera del país.

A la apertura del Centro Botín, que gestiona la Fundación Botín (bajo dirección de Javier Botín, otro de los hijos del banquero), se sucedió en julio de ese 2023 la de la nueva sede principal de Banco Santander en Cantabria, que ahora recibe a su clientela bajo el techo del que en su momento fuera el Banco Mercantil, un bellísimo edificio ubicado en pleno centro de la ciudad cuya remodelación se encargaría a los prestigiosos arquitectos Antonio Cruz y Antonio Ortiz, autores, entre otros trabajos, de las restauraciones del Risjksmuseum de Holanda, las estaciones de ferrocarril de Basilea y Sevilla o el diseño del Wanda Metropolitano de Madrid.

En esa operación de mudanza ha tenido que ver, precisamente, la tercera gran obra arquitectónica acometida en la capital cántabra por la entidad financiera, que ha vaciado completamente su icónica sede del Paseo de Pereda para levantar allí adentro el proyecto cultural Faro Santander que la propia Ana Patricia Botín encargó al laureado arquitecto londinense David Chipperfield y que, de no mediar retrasos, abrirá sus puertas en el primer semestre de 2026.

La implicación de Banco Santander con la ciudad en que nació va sin embargo mucho más allá de la arquitectura y la cultura. Ni la entidad bancaria ni su presidenta han dejado nunca de lado la extraordinaria labor de mecenazgo que ejerció Emilio Botín y que se viene traduciendo en numerosas donaciones al mundo de la ciencia y, especialmente, al universo de la salud.

En marzo de este mismo año, y luego de haber adquirido y entregado varios respiradores al Hospital Valdecilla para su uso durante los momentos más críticos de la pandemia, en 2020, Ana Patricia Botín contribuyó a la adquisición de un exoesqueleto de rehabilitación neurológica que ha convertido al centro sanitario santanderino en el único hospital público del norte de España dotado de este equipo de tecnología puntera.

Una muestra de que la presidenta anda los pasos de su padre no solo en este camino del mecenazgo sino también en el sendero promocional de su tierra, que es la tierra de su padre y también de su abuelo.

Como ellos, Ana Patricia Botín también se ha dejado caer por el estadio de El Sardinero para animar al Racing, club del que su banco es un patrocinador más, también ha practicado senderismo por toda la provincia, también ha disfrutado de la gastronomía regional en los restaurantes de moda y más populares, también ha paseado por los Jardines de Pereda, junto a 'su' casa, también ha asistido al concurso de piano que organizaba su madre, Paloma O'Shea, también ha practicado el golf en Pedreña y quién sabe si también ha pernoctado en las cabañas de Pax, un grupo de tres construcciones situadas a la orilla del río Pas bajo la dirección empresarial de s