El difícil confinamiento de Santander, 40.000 vehículos y 96.000 personas entran a diario
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Miles de vecinos de otras zonas acceden a su puesto de trabajo, lo que dificulta el cierre de la ciudadCortar el flujo de entrada a la capital cántabra por carretera es harto complicado incluso pese a las nuevas restricciones del confinamiento municipal. Menos todavía en un día entre semana, laboral, cuando miles de residentes en la periferia acceden a su puesto de trabajo, ... una excepción que está recogida en la norma. La Universidad de Cantabria (UC), que lleva años midiendo las tendencias del tráfico en Santander, ha cifrado en 33.000 los vehículos que han accedido diariamente a la ciudad desde que se ha puesto en marcha la nueva restricción.
El panorama no se diferencia mucho de los 40.000 que entraban antes de que se hiciera efectivo el cierre perimetral de ayuntamientos, y sitúa en tan sólo un 20% el descenso de tráfico tras la medida. Y es que una limitación de estas características demuestra tener difícil aplicación en una capital de región como Santander -en la que 96.000 personas que viven fuera de la ciudad hacen vida en ella- si lo que se pretende es conjugar la supervivencia de la economía con las medidas sanitarias.
«No es un descenso muy significativo, cierto; pero también es verdad que nos referimos a datos de un día en que lo normal es que no se vaya a notar tanto el impacto como sucederá, por ejemplo, el fin de semana», aclara el primer teniente de alcalde, César Díaz.
Todos los trabajadores que, como de costumbre, acuden a sus centros de trabajo pueden seguir haciéndolo. «Por eso no hay tanta diferencia; aunque en todo caso sí que se ha notado algo más por la tarde, cuando se supone que los desplazamientos tienen más que ver con motivos de ocio, para hacer compras en el centro, etc», agrega el edil.
El mayor impacto de la medida se dejará sentir, probablemente, a partir de hoy, sábado, y en mayor medida mañana, domingo. Si no hay que trabajar, los viajes tendrán un fin de cualquier otro tipo, y eso está prohibido.
«Esta semana que viene notaremos también un incremento sustancial del tráfico diario pese a la restricción y será debido a que se nota mucho la diferencia entre días lectivos y días sin clases. Y es que esta semana que viene vuelve a haber clase», matiza Díaz. El grueso del tráfico registrado en las dos horas punta de cada día -a las siete y media de la mañana y hacia las dos y media de la tarde- tiene que ver con el transporte de los niños a los centros educativos, y eso es, también, una excepción que contempla la orden publicada el miércoles en el Boletín Oficial de Cantabria (BOC). Con lo que a partir del lunes ese tráfico de acceso superará con facilidad los 33.000 vehículos, y lo hará de forma legal.
El impacto de la nueva restricción apenas se dejó notar lejos de las dos grandes vías de entrada a la capital. En la S-20, donde el miércoles por la tarde la Policía Nacional se apostó para comenzar a disuadir a los conductores más díscolos, el tráfico ha descendido sólo un 10% desde el jueves. «Es normal porque la mayor parte de la gente que accede a la ciudad lo hace por la S-10», justifica el profesor de la Escuela de Caminos e investigador de la UC, Borja Alonso. «Luego, yendo más al detalle, tenemos que entre las calles del centro, todavía se notó menos caída porque en esencia el tráfico que se mueve por el centro es el de los vecinos y comerciantes, que sí pueden continuar con su actividad», explicó el experto a la luz de los datos captados con la compleja red de más de 470 sensores repartidos por toda la ciudad.
«En la zona de General Dávila y el barrio de Tetuán, por ejemplo, sólo hemos notado una caída de tránsito de vehículos de un 6%. Y en pleno centro, en Calvo Sotelo y frente a la Plaza Porticada, hubo sólo un 10% menos de coches», justifica.
Tanto Policía Nacional como Policía Local disponen cada día varios controles en toda la ciudad. Dos de ellos, los más visibles, se instalaron estos pasados días en la rotonda de Corbán, y también en la que se sitúa en el acceso al municipio en Ojáiz.
«Al principio, como sucedió también con el anterior estado de alarma y como cada vez que surge una restricción nueva, lo que hacemos es tener paciencia e informar porque hay muchos usuarios que aún no comprenden bien las normas», señalan fuentes de la Policía Nacional. El jueves, primer día de confinamiento de municipios, no impusieron ninguna multa por saltarse la norma. «Pero a partir de ahora ya seremos más duros porque ahora ya tienen que conocerse los pormenores de la restricción», informan en el cuerpo. Los controles que disponen cada día en diferentes puntos de la ciudad, con carácter aleatorio, buscarán el cumplimiento de las medidas sanitarias. «Lo que sí necesitamos es que todo el mundo lleve consigo los justificantes y toda la información precisa para facilitar el trabajo de los agentes en cada momento». Los puntos de acceso a la ciudad, como la S-10, la S-20, la entrada por Corbán o por Ojáiz, son algunos de los enclaves donde ya se han establecido controles.
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