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«Lo que conseguimos en Cantabria en 2015 y 2016 fue algo histórico, difícilmente repetible. Estábamos muy ilusionados con mantener un diputado, pero la entrada del PRC en el juego electoral, repartiéndose tan solo cinco escaños, lo hacía bastante complicado y, por desgracia, ha sido ... así». Las palabras de Luis del Piñal, cabeza de lista de la candidatura de Unidas Podemos en Cantabria al Congreso de los Diputados, reflejan bien a las claras la decepción que depararon los resultados de las urnas entre la alianza de izquierdas. La coalición de Podemos, Izquierda Unida (IU) y Equo ha perdido más de 23.000 votos en la región respecto a las elecciones generales del 26 de junio de 2016, lo que hace imposible revalidar el escaño que tuvieron durante la pasada legislatura. El objetivo que se había marcado Del Piñal era repetir, como mínimo, los resultados de entonces. Pero su formación se quedó lejos, en paralelo al descenso que ha sufrido en todo el territorio la formación liderada por Pablo Iglesias.
Las sucesivas batallas internas de Podemos Cantabria –al igual que en otros territorios e incluso en la dirección nacional– no sólo han minado el partido, también han pasado factura en las urnas, a pesar de que Del Piñal intentó durante la campaña defender la labor de autocrítica realizada, insistir en que no se iban a repetir y destacar por encima de todo el «sobresaliente» trabajo parlamentario desarrollado por su formación. «Mientras otros partidos se aprovechaban de unas olas a nivel nacional positivas, nosotros no teníamos la situación más optima para enfrentarnos a este recto electoral. Es así. Estamos contentos de como se ha desarrollado la campaña, pero podíamos habernos enfrentado en una situación más positiva de lo que lo hemos hecho», reconocía el candidato cuando apenas se había alcanzado el 70% del recuento pero la pérdida de la representación en Madrid ya era un hecho.
Unidas Podemos se queda en Cantabria sin la representación en el Congreso de los Diputados que contó durante la última legislatura. La alianza de Podemos, Izquierda Unida y Equo perdió más de 23.000 votos –más de un 7%– respecto a las elecciones generales de junio de 2016, un resultado que hace imposible revalidar el escaño que ocupó Rosana Alonso y que aspiraba a desempeñar ahora Luis del Piñal. Las disputas internas en el seno de Podemos Cantabria han pasado factura en las urnas, en paralelo al decrecimiento general del partido liderado por Pablo Iglesias.
En caliente, no quiso analizar las razones que han desencadenado un descenso de más de 23.000 votos en la región, de 59.845 en 2016 a 36.555, de un 17,7% entonces a un 10,2% ahora. «Ahora mismo las desconocemos, mañana –por hoy– tocará ponerse a pensar y construir para el futuro», apuntaba Del Piñal.
Lo que sí hizo, y de forma reiterada, fue «agradecer el apoyo a todos los votantes que han confiado en nuestro partido y a los militantes que han hecho posible una campaña con muy pocos recursos. Creo que hemos hecho una campaña buena, de hecho ha habido una tendencia al alza respecto a las primeras previsiones, pero no ha sido suficiente».
Fue una noche triste en la sede de 'La moraduca'. Desde los primeros recuentos los resultados de Unidas Podemos en la región se encontraban muy lejos de los de las generales de 2015 y 2016. No eran ni las nueve y media cuando Del Piñal negaba con su cabeza delante de un ordenador. «No entramos, no entramos», expresaba mientras sus compañeros de partido, entre ellas la diputada autonómica Verónica Ordóñez, le pedían paciencia a la espera de que fuera avanzando el recuento. Miraban la televisión, consultaban la página oficial del Ministerio, hablaban por teléfono y caminaban, nerviosos, por la sede, cada vez con menos ánimo. Porque el paso de los minutos no hacía más que confirmar el batacazo de los podemitas: la preocupación crecía, las caras se volvían más largas y el ambiente fue envuelto por la resignación. La escasa presencia de militantes y simpatizantes en la sede, apenas una veintena en el momento más álgido, era una demostración visible de que no había muchas esperanzas de que la noche deparase alegrías.
En ese ambiente de tristeza, Del Piñal, que ejerció su derecho al voto en un colegio electoral de Santa Cruz de Bezana, donde ha sido concejal, se mostró reconfortado por la alta participación. «El pueblo cántabro y el español se han unido y han decidido votar para frenar a la ultraderecha, la gente ha entendido que eran mucho más que unas elecciones normales».
Del Piñal también lamentaba la caída de su partido en el contexto nacional, «aunque al menos los números dan para un Gobierno de izquierdas. Ahora la pelota está en el tejado del PSOE: habrá que ver si decide un Gobierno progresista o prefiere un pacto con Ciudadanos, está en sus manos decidir el futuro que quiere para España».
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