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Los hosteleros saben que diciembre es la gallina de los huevos de oro. Hay otras fechas en las que se hace buena caja, como los meses de verano, pero la facturación explosiva (en un periodo corto de tiempo) se contabiliza ahora, durante los fines de ... semana -aunque ya va de miércoles a domingo- previos a Nochebuena y Nochevieja.
Cenas de empresa, de amigos, de compañeros de pilates, de la universidad, del barrio, de antiguos alumnos del cole, de vecinos... cualquier excusa es buena para ponerse elegante y salir a brindar, a pesar del frío.
Para dar cuenta del nivel de ocupación en los restaurantes de Santander, ponemos un caso práctico: intentar reservar una mesa para ocho personas para este sábado, 21 de diciembre, entre las 21.00 y las 22.00 horas. Primeros intentos, vía online. Restaurante Kandela, en la calle Bonifaz, «no hay disponibilidad para este día»; Bodega del Riojano, en el Río de la Pila, «reservas completas»; Daria, en Bonifaz, no permite ni seleccionar la fecha señalada; Umma, en la calle del Sol, lleno; La Casona del Judío, en la calle Repuente, no hay mesa; tampoco hay hueco en el restaurante Magnolia, ni en el establecimiento que tienen en Tetuán, ni en el de Castro Urdiales. En La Casa del Indiano, dentro del Mercado del Este, tienen mesa, ahora bien a horas a las que no se sabe muy bien si es comida o cena, ya que permite reservar únicamente a las siete y media de la tarde.
Descolgamos el teléfono. Primera llamada: restaurante Morro Fino, al otro lado del túnel de Tetuán, en la Avenida de los Castros. «Para el sábado estamos casi llenos», señala el gerente Pablo Salas, quien subraya lo bien que trabajaron el fin de semana pasado, el del 14 de diciembre. «Ese día está en el top ten de los tres más fuertes del año», dice. ¿Y los otros? «Las noches de verano en las que hay fuegos».
Pablo Salas
Morro Fino
La Taberna del Herrero tiene tres negocios en la capital cántabra. Llamamos al más grande, el de la S-20, que tiene mil metros cuadrados y cerca de 40 mesas en el comedor interior. «Buenos días. ¿Tendría disponibilidad para ocho para este sábado a las 21.30 horas?». «Nada. Estamos completos, tanto de comida como de cena», señalan al otro lado del teléfono.
Este breve sondeo no quiere decir que no haya mesas disponibles para cenar este sábado en Santander. Las hay, pero no es fácil conseguir una reserva si lo ha dejado para última hora. En este sentido, Salas, gerente de Morro Fino, solicita a los clientes «seriedad y organización» u optar por días entre semana, como parece que se está poniendo de moda. «El año pasado no era tan llamativo, pero estas Navidades los grupos están viniendo también los miércoles, los jueves...», puntualiza. «Nosotros también hemos notado ese cambio. Estamos teniendo muchas mesas, de 10-20 amigos, que vienen entre semana a comer. Mañana tengo una de 25 y el jueves otra de 15», explica Alejandro Torre, propietario del restaurante El Figón, en Cardenal Cisneros.
Alejandro Torre
El Figón
Esa percepción, la de despachar mesas también entre semana la comparten en Bodegas Mazón. «Estuvimos llenos el pasado fin de semana, estamos completos para este y el siguiente y sí, también vienen a cenar por Navidad de lunes a domingo», señalan.
Es pronto para hacer balance, aún estamos a mediados de diciembre, pero la contabilidad pinta bien para los hosteleros cántabros. No solo en Santander. El arreón que provocan las fechas navideñas en las reservas se nota en toda la comunidad autónoma. En Torrelavega, «a la gente le gusta alternar, sobre todo en estas fechas, con tanto evento en la calle». «Lo bordamos y desbordamos», señala Lorena Sánchez, encargada del restaurante Mundo Canalla, en la calle Confianza. Explica que «hay gente a tutiplen», que el pasado fin de semana fue «brutal» y que «también vienen entre semana».
Lorena Sánchez
Mundo Canalla
Aunque algunos restaurantes ponen requisitos, como dejar una reserva económica, no coger mesas de grupos muy grandes o limitarse al menú navideño, en la mayoría de negocios de Cantabria se da libertad al comensal. «Mientras la capacidad del comedor nos lo permita, aquí cogemos a todos los que vengan», señalan desde La Taberna del Herrero. Lorena Sánchez dice lo mismo, aunque su negocio no tiene las mismas dimensiones, «más de 30 para nosotros es complicado, pero el otro día un gimnasio celebró la cena de Navidad aquí y servimos a 34 personas».
Prosigue el chequeo. En pocos locales hay huecos. Restaurante El Remedio, en Ruiloba, sin disponibilidad; Solana, en Ampuero, imposible; La Dársena de Suances, no tiene mesas libres; La Yerbita, en Sarón, completo...
Eduardo Lamadrid
Presidente de la AEHC
El presidente de la Asociación de Hostelería de Cantabria (AEHC), Eduardo Lamadrid, habla de «un buen momento» para el sector, «especialmente durante los fines de semana, donde las reservas están alcanzando cifras muy destacadas. Este año, las cenas navideñas están generando un nivel de demanda superior al habitual, hasta el punto de que grupos de ocho o más personas están encontrando dificultades para conseguir mesa si no han reservado con suficiente antelación».
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