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José Escamilla, director de Innovación del Instituto Tecnológico de Monterrey, es la persona encargada de pilotar la implantación de este centro de referencia a nivel mundial en la Fundación Comillas. El próximo curso empezará a funcionar esta colaboración con un plan de búsqueda de modelos ... de innovación educativa que espera aportar los primeros resultados y conclusiones en tres años. Si la experiencia es positiva, la colaboración entre la institución mexicana, la Universidad de Cantabria y el Gobierno regional se prolongará más allá de este horizonte con nuevos proyectos.
-Cantabria ha puesto grandes esperanzas en el HUB de Comillas y en la colaboración con el TEC de Monterrey, pero muchos cántabros no tienen muy claro en qué consiste el proyecto.
-Queremos investigar sobre cómo llevar la educación a los lugares a los que ahora no llega y hacer que a los lugares sí llega lo haga de forma más eficiente. Buscar cómo mejorar los aprendizajes, la motivación, la implicación de los estudiantes y profesionales... Eso incluye también usar mejor las tecnologías. La educación es uno de los sectores que menos digitalizados está. El comercio o el entretenimiento, por ejemplo, van muy por delante.
-Los expertos que estén en Comillas buscarán el camino para lograr ese objetivo pero ¿cómo se traslada el conocimiento que puedan generar al mundo real?
-Me pongo en el lugar de un estudiante en Cantabria. Lo que lograremos es tener acceso a mejores oportunidades de formación con herramientas digitales que van a hacer ese proceso más interactivo y eficiente. Se busca que el estudiante llegue a su clase y tenga acceso a tecnologías como la realidad virtual, la realidad aumentada o la inteligencia artificial. En Comillas tendremos un laboratorio para investigar con estas técnicas. Y los profesores tendrán acceso a analíticas para colocar a los estudiantes en función de su nivel de aprendizaje para darles un apoyo más personalizado. Uno de los sueños del siglo XXI es lograr que la educación que se da en una clase no se haga para el promedio de los estudiantes, sino individual para cada uno de ellos.
-La idea es vincular todo eso a uno de los problemas que tiene Cantabria: la despoblación de las zonas rurales.
-Es que uno de los objetivos es llevar educación de calidad donde ahora no está llegando porque no hay un centro de formación cerca. Lo digital permitirá llevar educación a lugares sin necesidad de construir una universidad o una escuela de ladrillos. Lo ideal es combinar modelo presencial y a distancia sacando el mayor provecho a cada uno.
-Las universidades se han apresurado a recuperar el 100% de presencialidad en cuanto han podido. ¿No se fían de la formación online?
-Lo que hemos vivido en pandemia son sesiones a través de videoconferencias que reproducen lo mismo que se hace en la clase. Fue una respuesta de emergencia ante una necesidad, pero aquí estamos hablando de otra cosa. Unas herramientas y modelos digitales específicos que permitan una interacción totalmente distinta. En pandemia muchos estudiantes añoraban recuperar la presencialidad, pero hay encuestas que dicen que alrededor del 30% está conforme con los cursos en línea. Ambas vertientes se pueden lograr si conseguimos ese objetivo de la personalización de las enseñanzas. Hay que dar flexibilidad porque hay estudiantes que también trabajan o que tienen familia y no se pueden adaptar a los horarios. Para personas que no se pueden desplazar o que no tienen una oferta cerca, la educación a distancia es su única opción. Por eso no puede ser una opción de segunda calidad.
¿QUÉ SE INVESTIGA?
¿PARA QUÉ SE INVESTIGA?
-Estos métodos requieren una inversión importante para su puesta en marcha. A medio y largo plazo, ¿su implantación supondrá un ahorre de costes?
-Hace falta invertir para implantar el modelo y formar a los docentes y estudiantes porque hemos sido formados para aprender en una clase, pero no sabemos funcionar en un ambiente de aprendizaje remoto. Hay que invertir en tener las herramientas, pero también tiempo en preparar el diseño del modelo. La pregunta es: ¿Cuál es el coste de no atender las necesidades de los estudiantes? Hay estudios que dicen que si ofreces educación presencial incrementas la tasa de estudiantes que terminan los ciclos. La inversión inicial que requiere la educación digital hay que compararla con la tradicional. Lo que cuesta construir aulas, contratación de profesores en localidades remotas... A medio plazo es claramente rentable. Se ahorrarían horas de desplazamientos e incluso impacto ambiental. No estoy en contra de la presencialidad, hay que encontrar cómo hacer el mejor uso de cada sistema.
-¿Qué infraestructura tiene pensado el TEC de Monterrey instalar en Comillas y con qué medios humanos?
-El plan es tener un grupo de personas, una combinación de talento local con personas que vengan de Monterrey a dirigir el proyecto y ser el enlace entre lo que hagamos aquí y lo que seguimos haciendo en México en I+D+i. Un grupo de alrededor de diez personas.
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