El comienzo de curso más incierto

Hace unos meses, escolarizar a los hijos en el instituto o colegio de turno era algo que apenas se discutía. La educación presencial se entiende como un deber, como una vía para favorecer la socialización; también como una pieza importante de las rutinas familiares. Sin embargo, el covid ha quebrado esta idea. A diez días de que empiece el curso, muchas familias reflexionan sobre este hecho: muchas se reafirman en la necesidad de que sus hijos vuelvan a las aulas, y que lo hagan con medidas de prevención, pero otras dudan y algunas incluso rechazan de pleno el regreso por razones de salud, por temor, al tiempo que piden alternativas. La vuelta a clase ha cambiado porque el coronavirus lo ha alterado casi todo.

La consejera de Educación y FP, Marina Lombó, va a plantear preguntas al respecto, hoy mismo, en la Conferencia Sectorial que la reunirá telemáticamente con los ministros de Sanidad y Educación y con el resto de consejeros autonómicos de ambas áreas. ¿Qué respuesta conjunta ha de darse a las familias que dudan, que desechan una vuelta normalizada al aula en las etapas obligatorias?, lanza Lombó. La consejera le reclamará una respuesta clara al Gobierno de España.

La educación es obligatoria de los 6 a los 16 años en los centros educativos, es decir, de Primaria a la ESO y de forma presencial. La falta de escolarización en esas etapas está catalogada como absentismo. En este sentido, la Consejería ha movido ficha en el tramo en el que tiene autonomía total para intervenir: dado que hay familias que le han trasladado su intención de evitar la educación presencial en la etapa no obligatoria -en relación a Infantil-, ha decidido que se guardará la plaza a ese alumnado. «No tendrá, por tanto, consecuencia alguna», ha asegurado Lombó. Sin embargo, en las etapas obligatorias, y ya que esa situación llevaría a un supuesto de absentismo y que la ley educativa es una norma de rango superior, una ley orgánica, la Consejería considera que han de ser el Gobierno de España y la Fiscalía quienes se pronuncien.

¿Hay algún indicio sobre el efecto del covid en las matriculaciones? Los datos del curso 2020-2021 son aún bastante provisionales, y están a falta de completarse con las peticiones dentro del periodo extraordinario de septiembre. Con todo, se revela la disminución de unas 400 matriculaciones en aulas de dos años de la red pública de centros si se las comparan con las del pasado año escolar. Hay que tener en cuenta, por otro lado, que el descenso puede tener que ver también con la caída acumulada de la natalidad en Cantabria.

La vuelta a las aulas preocupa. Ayer, el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, que también participará en la sectorial de hoy, recordó que Cantabria cuenta desde julio con un protocolo de organización. «El protocolo fundamental está hecho, que nadie tenga ningún miedo. Cantabria ha trabajado, ha hecho los deberes. Estamos coordinados para, a partir de ahora, si surge algún caso en un colegio, actuar de forma rápida, coordinada, y evitar que un brote se propague», refirió.

Sobre la posibilidad de hacer pruebas PCR a los docentes, una decisión que tiene que tomar Sanidad, Rodríguez apunta a que hay que esperar a una decisión consensuada a nivel nacional. Sin embargo, el consejero rebaja las expectativas: «Hacer la prueba en un momento puntual no tiene sentido desde el punto epidemiológico, pero haremos lo que diga el protocolo nacional».

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