Las dimisiones en el SCS elevan a 22 las salidas de altos cargos del Gobierno esta legislatura

Los últimos en marcharse han sido los dos máximos responsables del Servicio Cántabro de Salud, salpicados por la investigación de los contratos irregulares adelantada por este periódico. Julián Pérez y Javier González engordan la lista de los altos cargos que no han llegado a final de legislatura en una consejería, la de Sanidad, con especial protagonismo en los últimos tres años. Hasta seis actas de dimisión ha tenido que firmar la consejera María Luisa Real en ese tiempo.

No hubo que esperar mucho tras las elecciones para el primer adiós. En febrero de 2016, sólo cinco meses después de ser nombrada, la directora médica de Valdecilla prefirió dejar la gestión y centrarse en la medicina. Y apenas un año después de la llegada de Real a Sanidad, dimitió en bloque la dirección de Enfermería de Valdecilla, enfrentada con el gerente, Julio Pascual.

Más polémica todavía fue la salida de la directora del Observatorio de Salud Pública. Estela Goicoechea, destacada militante socialista y miembro de la Ejecutiva regional, admitió haber mentido en su currículum pocos días después de ser elegida como telonera en la visita de Susana Díaz –rival de Pedro Sánchez– en las Primarias socialistas del año pasado.

También dejó su cartera hace solo dos meses el exgerente de la Fundación Marqués de Valdecilla Joaquín Ruiz Sisniega, después de que los tribunales le obligasen a devolver 45.000 euros por compatibilizar una pensión total con su sueldo en el Gobierno.

Buena parte de la avalancha de salidas de altos cargos se explica por el cambio en la dirección del PSOE. La llegada de Pablo Zuloaga a la secretaría general del partido, el pasado verano, ha influido directamente en al menos 8 de las 19 destituciones de dirigentes socialistas del Gobierno. Su objetivo de romper con la llamada 'vieja guardia' arrinconó a la vicepresidenta Eva Díaz Tezanos, forzó el cese del entonces consejero de Educación y la dimisión solidaria de cinco de sus altos cargos, obligó a redefinir el pacto con el PRC y provocó daños colaterales en dos de las principales empresas públicas de la región, Sodercán y MARE, cuyos máximos responsables –Salvador Blanco y Rosa Inés García– aparecían en lo más alto de la lista negra de Zuloaga.

Todo este dominó debía terminar con la marcha de Tezanos de Peña Herbosa, según los planes de la nueva Ejecutiva socialista, pero la mediación de Miguel Ángel Revilla y la obstinación de la exsecretaria general del PSOE –empeñada en seguir en el cargo para terminar las políticas puestas en marcha– atajaron la crisis de Gobierno.

Tampoco ha tenido una legislatura tranquila el consejero de Economía, Juan José Sota. Un año después de llegar al cargo se encontró con la dimisión de la directora general de Empleo por los problemas detectados tras el sorteo de contratos en Marina de Cudeyo. Después llegó el cese de la directora general de Economía y Asuntos Europeos tras la polémica por el «cobro excesivo de emolumentos» en la empresa pública Sogiese. Más sonada fue la despedida del interventor general de Cantabria por sus «reparos» a la gestión de empresas públicas y solo un día antes de que presentara una incómoda auditoría sobre Valdecilla.

En el PRC no se libran de las dimisiones, aunque con una incidencia mucho menor. La directora de Ganadería –investigada y luego exculpada de un delito de tráfico de influencias–, el de Desarrollo Rural y el de la Fundación Año Jubilar. Tres nombres que completan una lista de 22 que puede aumentar en el año que queda de legislatura.